“En muchos países hay corrupción y Guatemala no es la excepción”

Así lo afirmó el señor Eiichi Kawahara, poco antes de entregar su cargo como embajador de Japón en Guatemala, y sugirió que continúe la lucha por la transparencia. Entre los aspectos positivos del país destacó la estabilidad macroeconómica, pero criticó la escasa inversión en servicios sociales, aparte de descartar un Tratado de Libre Comercio con la región centroamericana.


Después de vivir 3 años en nuestro país ¿Cómo lo describiría?  

Yo vine a Guatemala con mi esposa sin ningún prejuicio y mis impresiones son buenas, pues no tuve ningún problema aquí. Cuando visité las zonas rurales, vi otro tipo de vida y cultura, pero en general, los guatemaltecos son sinceros, muy cálidos y simpáticos.

Guatemala es el país más grande de Centroamérica en cuanto a la economía y su población se caracteriza por ser muy joven. Si se le da buena educación y salud social a la gente, especialmente en el área rural, el país se puede desarrollar más, porque tiene mucho potencial para el futuro.

También sorprendió que, el año pasado, miles de personas conectadas a las   redes sociales convocaron a manifestar contra los exgobernantes y lograron una transición pacífica, democrática y sin violencia, lo que significa que en este país la democracia está bien arraigada y difundida. El pueblo respeta la ley y el orden, lo que puede ser un buen modelo para la región.

¿Qué opina de la corrupción y la forma en que se maneja el tema?

Muchos países en vías de desarrollo   sufren de corrupción, y Guatemala no ha sido la excepción en ese sentido. Desde hace algunos años, la señora Thelma Aldana ha trabajado en equipo con la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig); ambas instituciones mantienen buena comunicación y están investigando a muchas personas, lo que los guatemaltecos valoran y ven muy bien.

    Ojalá que sigan esos movimientos para lograr más transparencia y así crear una sociedad mejor para el futuro.

 

¿Cómo ve a los empresarios guatemaltecos?

Cuentan con una característica muy buena, y esa es que tienen un estándar mundial, lo que quedó demostrado los días 25 y 26 de mayo de 2015, cuando se celebró en Guatemala el Foro de negocios entre Japón y Centroamérica.

    En el evento participaron más de 400 empresarios de la región y se reunieron con 110 hombres de negocios japoneses, de Estados Unidos y México, lo que fue muy exitoso. Las empresas japonesas primero van a otro país para conocer a la sociedad y la economía, después buscan un buen socio y, por último, cierran negocios. Ese foro fue propicio para crear un acercamiento y confianza entre Japón y los países centroamericanos.

 

¿Cree posible un Tratado de Libre Comercio con la región?

Japón ya tiene acuerdos bilaterales de libre comercio con países de América Latina, tales como México, Chile y Perú. También ha participado en la negociación de otros con Colombia y con la Unión Europea.

    Sin embargo, me parece todavía prematuro hablar de un TLC con Guatemala o países centroamericanos. Este país necesita mejorar su ambiente de negocios y la seguridad. Además, en 2015, el país ocupó el puesto 80 en el Doing Business, mientras que Panamá y Costa Rica están mejor posicionados.

    Por otro lado, el nivel de inversión y el ambiente de negocios difieren de un país a otro en esta región y los países compiten entre sí, en lugar de complementarse.

Guatemala y Japón mantienen relaciones diplomáticas desde hace décadas.  ¿Cuál es la situación actual en ese sentido?

Hemos disfrutado de buenas relaciones bilaterales desde hace 81 años y una muestra de ello es que la familia real japonesa ya visitó Guatemala en 1997 y en 2014.

    También cooperamos con el país de diversas formas para mejorar la calidad de vida en lugares necesitados. Por ejemplo, brindamos cooperación técnica en áreas tales como educación, salud y prevención de desastres. Recientemente iniciamos un nuevo programa de fortalecimiento de la policía comunitaria y hemos creado libros de texto para los niveles primario (Guatemática) y secundario.

Además, unos 2,000 profesionales guatemaltecos han sido invitados a visitar Japón para capacitarse y mejorar sus competencias, mientras que más de 700 jóvenes japoneses han venido a Guatemala para trabajar como voluntarios en municipios donde se necesita resolver varios desafíos de las comunidades. Actualmente, 47 de ellos están en 15 departamentos del país y prestan asistencia en nutrición, deporte, salud y otros sectores.

 

Pero el apoyo financiero para el país disminuyó, ¿no es así?

Hemos implementado conjuntamente obras viales bajo acuerdos de préstamo y varias empresas japonesas ayudaron a construir algunas carreteras principales, pero el pago de la construcción de esas obras no se ha realizado en su totalidad. A menos que este problema sea resuelto, nuestra asistencia en nuevos proyectos de préstamo para infraestructura no será fácil, a pesar de las grandes necesidades que tiene el país.

Nuestro gobierno le da mucha importancia al hecho de que cada país desarrolle sus propios proyectos, pues Japón no puede ofrecer ayuda para siempre. Entonces, los países receptores de la cooperación japonesa tienen que aprender a dar resultados de forma independiente.

 

¿Cómo cree que se puede construir un mejor futuro para Guatemala?

Las nuevas generaciones deben tener mejores oportunidades de educación y buenos servicios de salud.

    Después de la Segunda Guerra Mundial los japoneses tuvimos que comenzar desde cero porque no teníamos nada, a excepción de una buena educación. Además, el gobierno le dio mucha importancia a la salud pública y estableció un sistema que cubre a todos los ciudadanos.

    Eso contribuyó a que todos los japoneses pudieran gozar del crecimiento económico, y en 1968, Japón ya era la segunda economía a nivel mundial; pero la clave de ese crecimiento y desarrollo fue la inversión en la gente. Este país necesita un desarrollo económico y social más inclusivo y se requieren políticas de desarrollo económico y social para crear oportunidades de empleo y mejores condiciones de vida para la mayoría.

Guatemala ha sido muy prudente en el manejo macroeconómico; el tipo de cambio de la moneda local al dólar estadounidense ha sido muy estable durante más de diez años; la economía ha crecido constantemente a un ritmo de 3.5 por ciento anual durante la última década; y el gobierno pretende alcanzar un crecimiento de más del 5 por ciento entre 2016 y 2020. Esperamos que este objetivo se cumpla, pero lo más importante es invertir en educación, especialmente para las nuevas generaciones. Ese es mi consejo para el pueblo guatemalteco.