El Salvador exhibe su músculo y suma dos oros históricos en fisicoculturismo en Lima-2019

El Salvador exhibió su músculo y consiguió este sábado en Lima las dos primeras medallas de oro en del fisicoculturismo en la historia de los Juegos Panamericanos.

Paulina Zamora, en fitness femenino, y Yuri Rodríguez, en fisicoculturismo clásico, conquistaron los títulos panamericanos y dieron al país centroamericano su segunda y tercera medallas doradas en Lima-2019, en una cosecha sin precedentes.

Mientras contenían el aire en sus poses, Roberto Hernández aportaba la primera medalla para El Salvador en la capital peruana en tiro con arco compuesto individual. 

Hasta este sábado, El Salvador solo contaba una presea dorada en la competencia continental, ganada por Cristina López en los 20 km marcha femenino de Rio de Janeiro-2007.

Zamora y Rodríguez sumaron para la cuenta en lo que podría ser el debut y despedida del deporte en la competencia continental, ya que aún no se ha confirmado su inclusión en Santiago-2023. 

«Vine a hacer historia a Perú, no solo por obtener una medalla de oro, sino porque nos hemos convertido en los embajadores del fisicoculturismo para el mundo, porque yo sé que los demás continentes están observando con sana envidia», dijo Rodríguez, personal trainer de 35 años, que sueña con la inclusión del suyo como deporte olímpico.

Una estricta dieta de carbohidratos y con una deshidratación que permitió engrosar sus músculos en los días previos a la competencia, contó, contribuyeron a su exposición en el escenario del Coliseo Mariscal Cáceres.

«Estoy soñando», dijo con la medalla dorada al cuello Zamora. «El Salvador es un país que ha pasado por tanto sufrimiento y por tantas injusticias, y quizás por esas injusticias no se le ha podido dar tanto al deporte. Este logro es darle una alegría a mi país», afirmó, emocionada.

Zamora, bailarina de pole dance y acróbata aérea, expuso en la primera parte de la competencia una coreografía en la que combinó movimientos de baile, acrobacia y fuerza, vestida como presentadora de circo, al ritmo de la música de la película «The greatest showman».

Después, lució su físico ante los nueve jurados con un traje de baño brilloso, a tono con los tacos ajustados a la altura reglamentaria, por debajo de los 12 centímetros. 

«Antes de subirme al escenario me dije ‘soy antes artista que atleta’, entonces no voy a pensar en una medalla sino en transmitirle algo a la audiencia que no se les vaya a olvidar», dijo la joven de 29 años, quien confesó que la dieta fue lo más duro para llegar a punto para Lima.  

Camino de Santiago

Desde las gradas siguió el espectáculo el español Rafael Santoja, presidente de la Federación Internacional de Fisicoculturismo (IFBB), que impulsó la inclusión de esta disciplina en los Juegos Panamericanos.

«El fisicoculturismo y el fitness son deportes y estilos de vida. Solo hace falta acercarse a la calle de cualquier ciudad de mundo para ver que están vigentes entre la juventud de todo el mundo, por eso estar en un ambiente olímpico es un honor, una escuela y una inspiración», dijo a la AFP.

El objetivo de la federación es usar estos Juegos como una plataforma para la inclusión del fisicoculturismo en otras competencias de alto nivel y con más disciplinas.

«Empezamos a trabajar para Chile», señaló.

Sobre el uso de sustancias que pesa sobre la reputación de la disciplina, Santoja señaló: «El doping desafortunadamente está en la sociedad y está también en el deporte, y también está en el fisicoculturismo y en el fitness, pero este deporte se llama bodybuilding, y no bodydestruction», dijo, y proclamó la «tolerancia cero al doping».

Las luces también iluminaron este sábado el cuerpo de Ana Marcela Correa, de Colombia. «Escribimos la primera página de un cuaderno en blanco», celebró, pese a quedar afuera del podio. «Esto nos incluye a los atletas que estamos totalmente limpios y trabajamos nuestro cuerpo en torno a una sana alimentación y entrenamiento». 

El mexicano Carlos Suárez estuvo igualmente entre los que lucieron su anatomía trabajada. Pese a no recibir premios, se fue contento: «Es el paso más importante que ha dado el fisicoculturismo; es un parteaguas y formar parte de eso es un privilegio. Los que vinimos hoy queremos demostrar que este deporte se puede practicar a buen nivel, sin sustancias», dijo a la AFP.