El racismo, un cáncer social que continúa enraizado en el país

A pesar de ser una sociedad pluricultural, multiétnica y multilingüe

Como un cuento de nunca acabar, el racismo en Guatemala sigue presente y, aunque se ha tratado de disminuir y erradicar, este problema continúa, paradójicamente, en un país pluricultural, multiétnico y multilingüe. Para bien o para mal, las redes sociales vinieron a evidenciar esta mala práctica, que no ha variado en los últimos años.

Tal como se dio en la Alemania nazi o en Estados Unidos con el Ku Klux Kan, el racismo es una detestable práctica de supuesta superioridad, donde se busca tener subordinada a una etnia por ser considerada como inferior. Lamentablemente, Guatemala también es un país racista, pese a que es pluricultural, por la diversidad de culturas que lo habitan; multilingüe, por los 25 idiomas que se hablan; y multiétnico, por sus 25 etnias.

Desde la firma de los Acuerdos de Paz, se reconoció que en el país cohabitan 4 culturas: maya, garífuna, xinka y ladino o mestizo. Empero, el racismo no cesa, ya que el poco trabajo que se ha hecho para erradicar esta práctica no conlleva un avance de disminución.

En el año 2005 se llevó a cabo una encuesta nacional sobre la relación intercultural en Guatemala, por medio de la empresa Vox Latina, donde se tuvo una muestra de 1 mil 421 personas mayores de 18 años, que estaban empadronados.

Según estudiosos del tema, la situación no ha cambiado mucho.

En la ficha técnica se lee que existe el 95 por ciento de confiabilidad de los resultados, un 4.8 por ciento el máximo de error estimado, el 100 por ciento del territorio nacional cubierto. La encuesta se llevó a cabo en 12 días, específicamente del 29 de julio al 10 de agosto, lo que incluyó 92 preguntas personalizadas.

Artistas como la cantautora maya Sara Curruchich, ponen en alto el nombre de Guatemala.

¿Cree usted que en Guatemala hay discriminación contra las personas indígenas? Es la pregunta número 82 de la encuesta, donde se tuvo una respuesta positiva del 94.3 por ciento. Asimismo, el 49 por ciento de los encuestados indicaron que la discriminación al indígena ha aumentado.

Otra de las interrogantes era si se consideraba que en Guatemala se discrimina a la gente por ser pobre, a lo que un 76.8 por ciento consideró que sí, respuesta muy similar con un 71.2 por ciento, en la pregunta si creían que se discrimina a las mujeres.

Sin embargo, en el tema laboral quedó muy marcado, debido a las respuestas que se dieron, las cuales no escapan de la realidad, ya que a criterio de analistas y expertos, este panorama sigue totalmente igual o peor.

Al ser consultados sobre qué es mejor, si tener un apellido en español o indígena, un 47.7 por ciento prefiere el apellido español, mientras un 42.1 por ciento el indígena. En esa misma línea se consultó para quién, si a los morenos o a los canches (de cabello rubio o claro), puede ser más fácil conseguir empleo. Por muy arriba, la respuesta fue la de los canches, donde un 74.9 por ciento de los entrevistados considera que ser canche le da más posibilidades de conseguir empleo, en contraste con un 12.4 por ciento que indicó que a los morenos.

En este contexto, es evidente cómo se hace de menos a los indígenas, sea esto por sus creencias y cultura, lo cual es lamentable, ya que, según el sentir de la población, a los ladinos o mestizos les es más fácil prosperar en la vida.

Un 10.7 por ciento de las personas estimaron que los indígenas tienen los mejores trabajos, mientras que el 76.9 por ciento afirmó que eran los ladinos, y en ese porcentaje se encaminan muchas de las interrogantes. A quién tratan mejor en las camionetas, era otra interrogante, donde un 84.5 por ciento asegura que a los ladinos, mientras solo un 6.7 por ciento indicó que a los indígenas.

Después de más de una década, todo sigue igual

Pese a que estas preguntas se llevaron a cabo en agosto del 2005, las respuestas que otorgaron las 1 mil 421 personas entrevistadas aún reflejan la triste realidad que se vive en el país, donde para el indígena sigue siendo un gran reto conseguir empleo.

Irma Alicia Velásquez Nimatuj, antropóloga y experta en temas indígenas explica que, al hacer una evaluación del país, puede estudiarse y observarse en cualquier lugar cómo el racismo ha penetrado todas las estructuras del Estado y cómo esta opresión determina qué lugar ocupa, cómo vive y a qué privilegios tiene acceso en la vida diaria, sin que los pida, el criollo (descendientes de europeos), el ladino o mestizo, a nivel nacional.

Las mujeres indígenas sufren muchas veces una doble discriminación: racial y de género.

Ni siquiera la pequeña clase media indígena que existe en todas las comunidades lingüísticas escapa a la opresión racial, aunque internalicen el racismo o lo nieguen; y solo el proceso de ladinización, que es largo, doloroso e implica negación o destrucción de origen y cultura, puede operar, pero después de una o dos generaciones, resalta Velásquez Nimatuj.

Desafortunadamente, la discriminación y el racismo siguen siendo para Guatemala un punto bastante alto, comenta María Trinidad Gutiérrez,  al hacer referencia a que hay dos tipos de discriminación y racismo: uno estructural de Estado, que queda demostrado con la falta de acceso de justicia; y otro que es interpersonal, que es el que cotidianamente vivimos los guatemaltecos, donde se tienen diferencias o criterio de superioridad.

A criterio de la experta, la cultura de denuncia ha incrementado; sin embargo, no ha cambiado la situación de la discriminación y racismo, porque siempre existe un tipo de superioridad; en este caso, todo se ha mantenido, incluso puede haber aumentado. Ha mejorado la cultura de denuncia, pero todo lo demás continúa igual, incluso peor.

La evaluación del racismo contra los pueblos indígenas ya ha sido realizada por varias entidades. Está el informe del relator de la ONU sobre Derechos de los Pueblos Indígenas, el que señala cuatro tipos de racismo existentes: estructural, institucional, legal e interpersonal.

Demetrio Cojtí Cuxil, consultor de organismos nacionales e internacionales en temas indígenas, considera que hay un 75 por ciento de ladinos racistas conscientes o inconscientes; un 20 por ciento de ladinos que no son racistas, donde se encuentran los ladinos solidarios con los indígenas. Además, un 5 por ciento que está conformado por ladinos de doble juego o de doble postura, asegura Cojtí Cuxil.

Las redes, ¿catapultas de racismo?

Para Gutiérrez, este problema difundido a través de las redes sociales, cada día es un atentado que flagela la dignidad del ser humano, ya que, a su criterio, las personas actúan, según ellos, detrás de un computador o teléfono, sin darse cuenta del daño que están generando.

En este sentido, Velásquez Nimatuj subraya que las redes sociales son un reflejo de lo que es Guatemala, porque es una muestra de los severos niveles de ignorancia en los que el sistema ha mantenido a la población en general, sin importar su condición étnica.

El mayor daño que han recibido las generaciones que han tenido acceso a la educación formal, es que la escuela, como institución, no ha querido enseñarles la historia crítica de la formación social guatemalteca, sino que han aprendido la historia oficial que se imparte en los establecimientos, que la han escrito los intelectuales orgánicos de la élite, agrega.

Han generado un imaginario racista que se materializa todos los días en diferentes espacios, que asume al indígena como ignorante, incapaz de crear, que es borracho, feo, sucio, atrasado, ladrón, procreador de numerosos hijos, haragán, resentido, paralizado en el tiempo, y que, para salir del atraso en el que vive, necesita del apoyo del otro. Así se considera un buen número de tuiteros o blogueros, superiores al indígena, biológica, cultural y económicamente; por eso, varios de ellos y ellas usan los espacios que tienen para denigrar y destruir la dignidad de mujeres y hombres indígenas que han podido romper el círculo histórico de opresión, que son críticos o demandan el respeto y cumplimiento de sus derechos, recalcó la antropóloga.

Efectos psicosociales del racismo

Codisra llevó a cabo un estudio sobre los efectos psicosociales que sufre la víctima en los delitos de discriminación. Este estudio fue elaborado por la psicóloga Edna Rossana Calderón Barraza.

Calderón explica que el delito de discriminación, adicional al daño psicológico que causa a la víctima y su familia, causa efectos psicosociales que afectan sus relaciones de pareja, familiares, sociales y laborales.

En el estudio se entrevistó a víctimas y familiares, quienes manifestaron que no se les ha referido a instituciones que puedan brindarles atención psicológica, principalmente en el caso de los niños que están evidenciando secuelas emocionales del trauma vivido.

Pese a que las víctimas de racismo valorizan el acompañamiento y apoyo que reciben de Codisra, se desmotivan al ver la cantidad de tiempo que duran los procesos y el riesgo que este tiempo representa para que el agresor pueda hacerles daño; sobre todo, cuando las autoridades no han dictado ninguna medida de seguridad para la víctima y su familia, lo cual incide en que tomen la decisión de desistir de la denuncia.

Como parte de los efectos psicosociales, están las reacciones de la familia, compañeros y amigos de la víctima, que pueden transformarse también en otra forma de discriminación, ya que la dejan sola, la aíslan y propician que se desarrolle un sentimiento de culpa, al hacerle sentir que está poniendo en riesgo la seguridad de la familia o ambiente de trabajo, concluye Calderón Barraza.

La justicia no les favorece

Guatemala es uno de los países de Centroamérica que sí tiene normado el delito de discriminación, donde las penas van de 1 a 5 años. Asimismo, se tiene una reparación digna de Q500 hasta Q50 mil.

Sin embargo, el sistema de justicia es un claro ejemplo en donde puede analizarse con detenimiento el impacto del racismo en las poblaciones indígenas. Sí realizáramos una investigación sobre cuál y cómo es el acceso a la justicia, que tienen las mujeres y hombres indígenas pobres y rurales, los datos mostrarían un universo de exclusiones a través de miles de casos concretos, considera Velásquez Nimatuj.

La antropóloga agrega que hasta los jueces, quienes deberían ser profesionales altamente probos, practicantes de una profunda sabiduría y de fallos ejemplares, pues tienen en sus manos la vida de seres humos al momento de emitir sus sentencias, no actúan así frente a los indígenas. Guatemala llenaría tomos y tomos de las sentencias que han condenado injustamente a las personas por su condición racial, sin importar su condición de clase social. Aquí aplica aquella frase que está escrita en varias paredes del país: La justicia, en Guatemala, es una serpiente que solo muerde los pies de los indios y los descalzos, concluye Velásquez Nimatuj.

El racismo no se puede eliminar del todo, sino reducirlo y mantenerlo bajo control. Esto debido a que es un instrumento de dominación; y cualquier gobernante o sector social dominante, por la necesidad de mantener o justificar su hegemonía e intereses, recurrirá al mismo, opina Cojtí Cuxil.

 Casos en Guatemala y el mundo

Desde el 2002 se tipificó el delito de discriminación en el país, pero son pocos los casos que han llegado a judicializarse. Lamentablemente, por los procesos largos que se llevan en el sistema de justicia y lo costoso que suelen ser, muchos denunciantes desisten de las demandas.

Algunos ejemplos delprofundo racismo: el medallista olímpico Erick Barrondo denunció que fue víctima de un comentario racista en las redes sociales por el locutor Julio Reyes, quien publicó en su cuenta de Twitter, lo siguiente: ¿Quiere maní, semilla de marañón o habas?, junto a una fotografía de Barrondo.

El cantante de rap Fernando Reynoso, conocido como Mr. Fer, publicó en su cuenta de Twitter: Sí hubo genosIndio, fecha que coincidió cuando algunas organizaciones conmemoraron la condena por genocidio de Ríos Montt, dos años atrás.

Países racistas

En la red de Internet se detallan a algunos países donde las prácticas racistas siguen siendo un mal ejemplo para el mundo, algunos son de Latinoamérica y otros de Europa.

Se menciona a Argentina, donde el racismo es palpable desde la sociedad al gobierno, en donde la gente usa términos despectivos como negro cabecitas de negras para los que no son rubios.

Estados Unidos y su política ha sido tildada de racista, desde su independencia, al mencionar el período de esclavitud, genocidio indígena y segregación racial, donde ha sido más evidente el ataque a los negros, ladinos, chinos, japoneses y musulmanes.

Alemania tiene un pasado nazi pero se dice que parte de su sociedad todavía se sienten orgullosos de ese pasado, por lo que todavía se reportan ataques de jóvenes a los judíos y musulmanes.

Chile es considerado otro país  racista, en donde se denota el odio hacia los indígenas mapuches, así como la discriminación a los peruanos y bolivianos.

En los países nórdicos se dan ataques hacia los musulmanes y están surgiendo grupos neo nazis y skinheads de tendencia fascista.

Ruanda es un país pobre donde se marca una distinción entre las tribus hutus y tutsis. En 1994 se dio el mayor genocidio contra los tutsis, donde el racismo causó la muerte de alrededor de un millón de miembros de dicha tribu. Otros países donde hay racismo son Israel, Austria, Rusia y Suiza.