El Mediterráneo es un punto caliente de la crisis climática

A orillas de tres continentes, el mar Mediterráneo es un punto caliente de la crisis climática mundial, con un aumento de temperaturas superior a la media que amenaza los recursos hídricos y alimenticios, advirtieron científicos de esta región.

Esto se desprende de un estudio de la MedECC, una red de más de 600 investigadores especializados en el cambio climático en la región, presentado este lunes en Barcelona durante un foro de la Unión por el Mediterráneo.

«Somos una de las regiones más impactadas por el cambio climático en todo el mundo», advirtió Nasser Kamel, secretario general de este organismo que agrupa los 28 países de la Unión Europea y otros quince de la orilla sur y este del Mediterráneo.

En el estudio «Los riesgos asociados a los cambios climáticos y ambientales en la región Mediterránea», los autores señalan que la zona ya alcanza un aumento de 1,5ºC de la temperatura respecto al periodo preindustrial, por encima de la media mundial de 1,1ºC.

En 2040, el calentamiento debería alcanzar los 2,2ºC y en algunas zonas de la cuenca mediterránea podría llegar a los 3,8ºC a final de siglo, mientras que los episodios de canículas habituales en los últimos años serán «más frecuentes y/o más intensos», advierten.

Este aumento de temperaturas irá en paralelo a «una reducción de las precipitaciones en las próximas décadas», con un descenso de lluvias de hasta el 30% en algunas zonas como los Balcanes y Turquía y, en cambio, un aumento de los episodios de tormentas torrenciales.

La combinación de calentamiento y escasez de lluvias «contribuye a una fuerte tendencia hacia la desecación del clima», afirman.

Todo ello amenaza los recursos hídricos y alimenticios en la cuenca mediterránea. 

Según los autores del estudio, «la población mediterránea considerada ‘pobre en agua’ (…) pasará de 180 millones en 2013 a más de 250 millones en los próximos 20 años».

Los cultivos también pueden verse afectados por la menor calidad del suelo o las pérdidas de cosechas por sequías u olas de calor, mientras que la pesca se verá afectada por la sobreexplotación y la desaparición de especies por el calentamiento del mar.

«Las inevitables calamidades del cambio climático se ciernen por todo el Mediterráneo a un ritmo más rápido del que pensábamos», insistió Kamel.