El Congreso finalmente aprueba Ley de Deporte para satisfacer a FIFA

 El Congreso de la República aprobó este miércoles una reforma a la ley del deporte, una de las exigencias de la FIFA para levantar la suspensión que pesa sobre el país centroamericano y que le impide participar en torneos internacionales.

Los legisladores acogieron con trámite de urgencia la modificación del artículo 98 de esa ley, que permite que las entidades deportivas locales se puedan regir por los estatutos de las organizaciones internacionales a las que están adscritas.

Tal medida permite reducir la injerencia estatal en en la Federación de Fútbol de Guatemala (Fedefut), como lo requirió la FIFA.

La votación se produjo horas después de que la Fedefut dio a conocer una carta en la que el presidente guatemalteco, Jimmy Morales, pidió a la FIFA una prórroga de seis meses, a partir del 30 de abril, para que el país apruebe las modificaciones legales requeridas por el organismo que gobierna el fútbol mundial.

Además de la reforma a la ley del deporte, la FIFA pidió a la Fedefut aprobar nuevos estatutos, los cuales deberán ser avalados por el ente rector del deporte local, la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala (CDAG), para levantar la suspensión que pesa sobre el fútbol del país centroamericano.

Asimismo, la Fedefut deberá elegir a las nuevas autoridades que dirigirán el destino del balompié guatemaltecos bajo los nuevos lineamientos de la FIFA.

La FIFA suspendió al fútbol de Guatemala el 28 de octubre de 2016 tras destaparse un caso de corrupción, y la medida impide que los clubes y selecciones del país compitan en torneos internacionales.

El fútbol guatemalteco corre el riesgo de ser desafiliado de la FIFA si no cumple con los requisitos del organismo mundial para el 30 de abril próximo.

Desde la suspensión, los equipos de Guatemala se han quedado sin participar en la Copa Oro, Juegos Centroamericanos y la Liga de Campeones de la Concacaf, entre otras competencias.

La Fedefut entró en crisis en diciembre de 2015 luego de que la justicia estadounidense destapó un caso de corrupción internacional que arrastró a altos directivos del deporte latinoamericano, incluidos los dos jerarcas del balompié guatemalteco.

La situación se agudizó por la negativa de los clubes locales a reconocer la ampliación del mandato de una comisión de la FIFA que pretendía ordenar la Fedefut, incluyendo la redacción de nuevos estatutos y el llamado a elecciones.