EL CIMARRÓN: Leyendas y mitos lo rodean

  • Uno de los tesoros naturales de Guatemala, está ubicado en Huehuetenango y destaca por los mitos y leyendas que han surgido entre la población.

A más de 8 horas en automóvil o un vehículo “todo terreno”, en la región de Nentón, Huehuetenango, se encuentra uno de los lugares más espectaculares de Guatemala.  Se trata de un agujero de más de 200 metros de profundidad y 180 metros de diámetro, que se ha formado naturalmente, con un frondoso bosque al fondo.  Pero “El Cimarrón”, destaca también por los mitos y leyendas que le rodean.

Huehuetenango es un departamentos que cuenta con algunos de los paisajes más bellos del país, casi todos ubicados en la cordillera de “Los Cuchumatanes”.  Esta vez, presentamos uno que destaca por ser original, bello y, sobre todo, por su entorno de mitos y leyendas que con el paso del tiempo no se disipan, sino cobran fuerza.

Se trata de “El Cimarrón”, el gigantesco agujero que se formó –aparentemente, porque no hay estudios que lo confirmen–, como una cavidad que un río subterráneo erosionó en la roca, formando primero una cueva, hasta que se derrumbó la parte superior, y quedó expuesto el fondo, en donde ha brotado un nutrido bosque con árboles que pueden llegar a tener 30 metros de altura.

El descenso al bosque de El Cimarrón esta rodeado de historias, leyendas y mitos, pero eso no impide que muchos aficionados o expertos lo hagan.

No existen registros históricos sobre esta formación geológica, ni siquiera fechas supuestas del momento en que ocurrió aquello.  Todo lo que se sabe es que ahora ha cobrado interés entre grupos de turistas amantes de la naturaleza, que llegan a observar este fenómeno natural, único en el país, aunque muchos lo comparan con los famosos cenotes que hay en Petén y Alta Verapaz, en los que corren ríos dentro de cuevas, pero sin que se haya producido el fenómeno de “El Cimarrón”.

Uno de los guías que acude al lugar para atender turistas, algunos de los cuales llegan para practicar el deporte del rápel –descenso de superficies verticales–, dice que llegan “para descender, pero también para escuchar todo lo que nosotros sabemos de este lugar”.

Según explica, hace diez años muy pocos conocían este lugar, pero visitarlo se ha convertido en una especie de “moda”, principalmente porque no existe en el país otro bosque que haya crecido en el fondo de un agujero y porque su entorno y lo que se dice que sucede con quienes descienden, se ha convertido más bien en un reto que despierta en los jóvenes, principalmente.

Designios de muerte

Los habitantes de las aldeas de Nentón –muy cerca de la frontera con México en Huehuetenango–, aseguran que tanto el agujero como el bosque están embrujados y todo el que se atreva a descender tendrá que pagar cara su osadía.

“Aquí se dice que los que bajan tienen solamente dos opciones: la muerte o, si logran volver a la superficie, padecer la locura”.  Explica el guía –se identifica solo como Pablo– que esto se sabe porque así lo han enseñado los “ancestros”, lo que significa que se trata de leyendas que han pasado oralmente de generación en generación.

Eso podría explicar la razón por la que durante mucho tiempo ni siquiera se supo de su existencia fuera de la zona.

Por supuesto que cada vez esta leyenda se diluye ante la realidad, pues no son pocos ya los grupos que han descendido sin que nada extraño, mucho menos mortal les suceda.  Pablo dice que siempre “les decimos a quienes vienen lo que a nosotros nos han contado nuestros padres”, para no sentir “culpabilidad” por cualquier situación que pueda presentarse.

Aunque se trata de un mito decir que quien baje se muere o se vuelve loco, se insiste en destacar que “es lo que puede pasar”, y por eso los guías acompañan a los turistas solo en la superficie, sin practicar los descensos, aunque ya hay guías de otros lugares que llegan con grupos después de haber conocido el impresionante y frondoso bosque.

La leyenda del tesoro

Una de las leyendas que se han tejido y subsisten en el ambiente, es que en el fondo del agujero, en medio del bosque, se encuentra un tesoro.  La razón, es que –así se cuenta–, un hombre adinerado caminaba con un tesoro por el lugar, cuando un grupo de asaltantes intentó quitárselo.

Su reacción fue lanzarse al fondo del agujero con su tesoro y nunca se supo más de él.  La continuación de la historia es que quienes descienden lo hacen para buscar aquel tesoro y por eso pierden la vida y nunca regresan… o al volver, se vuelven locos.

Sin embargo, hay fotos y videos de personas que han hecho el descenso y suben con las imágenes, que luego muestran y confirman la belleza natural que se encuentra en el fondo de aquel agujero, sin que nada les haya sucedido.

Por cierto que, en torno a su formación, circula otra leyenda, y es que esta formación geológica no se formó por ningún río, sino es producto del impacto de un meteorito, hecho que habría ocurrido en “épocas remotas”.

También se menciona que otro riesgo que se corre en el fondo, es encontrarse con extraterrestres, pues se dice que seres de otros planetas visitan el lugar.

Algunos de los expertos en rápel que llegan al lugar, lo consideran como uno de los mejores que hay en todo el país.  Prácticamente se puede descender con cuerdas en paredes verticales por casi 200 metros, una experiencia “fantástica” para los amantes a este deporte.  Aseguran que han llegado personas de otros países para descender al bosque.  Ninguna de ellas se ha reportado luego demente y tampoco se conoce de ningún caso en el que haya muerto alguno de los aventureros.

En Nentón, Doña Minga, una anciana del lugar, comenta que ni ella ni sus hijos conocen “El Cimarrón”, por la sencilla razón que no quieren comprobar si son ciertas las leyendas.  “Nosotros no creemos ni dejamos de creer, pero dicen que ahí pasan muchas cosas raras”.

Guatemala es un país rico en leyendas.  Tal vez algún día alguien se encargue de estudiar y escribir con mayor profundidad sobre “El Cimarrón”, el hoyo al que nadie puede bajar, ni en busca del tesoro, si no quiere morir o volverse loco a su regreso.

Para los amantes de la naturaleza, a quienes gustan de disfrutar de las bellezas de su país y para aquellos que buscan aventura y deportes extremos, sin miedo de las leyendas, pocos lugares tan atractivos como este. 

En las afueras de Nentón, Huehuetenango, “El Cimarrón” promete que todo esto lo puede encontrar en el agujero y su bosque.  Y quien dice que no, quizás corra con la suerte de encontrar un tesoro.

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