Dos bellos e importantes lagos, pero ambos languidecen

PlazaCRONICA LOGOMayor: 

 


Dos lagos con múltiples similitudes y marcadas diferencias. Sus nombres tienen raíces de la lengua náhuatl: Amatitlán significa entre amates, y Atitlán entre las aguas. Ambos están fuertemente contaminados y languidecen paulatinamente, sin que sus autoridades,

AMSA y AMSCLAE, respectivamente, hayan encontrado la vía del rescate y saneamiento.

Amatitlán, bastante más pequeño, ha dejado de ser el paraíso que solía ser hasta la década de los años setenta en el siglo XX.

Los desechos —principalmente industriales, pero también residenciales— nutren sus principales afluentes con una descarga de contaminación que ha llevado al reservorio a un punto crítico.

Esto no es nada nuevo. Lo más triste es que ninguna noticia, reportaje o estudio científico ha logrado despertar la necesidad de llevar a cabo un rescate ambiental profundo, como lo amerita el lago, no solo por su valor turístico, sino también por lo que representa para el mantenimiento de nuestro entorno natural.

Algo parecido viene sucediendo con el lago de Amatitlán, considerado como uno de los más bellos del mundo, pero abandonado a su suerte —aparentemente—, porque las autoridades del lago y las corporaciones municipales de los poblados que lo rodean, no han asumido con seriedad y responsabilidad la tarea de impedir que continúe su deterioro ambiental.

La Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca del Lago de Amatitlán (AMSA) y la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca del Lago de Atitlán (AMSCLAE) fueron creadas por medio de decretos ley del Congreso de la República en 1996, cuando ya era evidente el nivel de contaminación que había alcanzado el primero, pero apenas principiaban a conocerse los problemas ambientales que empezaban a afectar al lago sololateco.

Este año se cumplen 20 años de trabajo de estas instituciones estatales, ambas con significativos presupuestos, sin que puedan apreciarse resultados sustanciales que permitan suponer que el trabajo realizado ha sido el adecuado. Más bien, lo que se ha visto es que el deterioro de los lagos continúa, por más que se hable de planes maestros.

Las noticias que llegan de otras partes del mundo muestran las dos caras sobre este tema: por un lado, que es factible el rescate de lagos altamente contaminados en países industrializados, y por otro, la forma en que se están perdiendo este tipo de reservorios de agua en otras latitudes, en donde, al igual que ocurre en Guatemala, no se atiende adecuadamente la problemática. Estudios hay. Los recursos necesarios existen o se pueden obtener, lo que hace falta es ponerse a trabajar verdaderamente.

Hay organizaciones de la sociedad civil en ambos lagos y hacen aportes importantes, pero hace falta la intervención decidida de las autoridades si no se quiere ver morir estos lagos. Los expertos han advertido sobre las consecuencias de continuar como hasta ahora. Sin ser fatalistas, ambos lagos podrían morir, ambientalmente hablando.

El problema es que en ambos casos hay más implicaciones que las ambientales. El efecto de que la contaminación ambiental avance, es que las comunidades que dependen del lago y su cuenca se verán afectadas muy seriamente. Dejar que mueran tiene, pues, implicaciones ambientales, sociales y económicas, todo en gran magnitud.

Ahora hay nuevas autoridades que deben hacer una rápida evaluación del trabajo realizado en el pasado, con el fin de rescatar lo que se pueda y acelerar la búsqueda de una solución. Salvar Amatitlán y Atitlán podría ser un legado gigantesco de la administración de Morales. Ojalá lo entiendan así y que se acelere toda la acción de rescate de ambos lagos.

No hay que confundirse. No se trata de dar pequeños pasos. Se trata de hacer esfuerzos gigantescos verdaderamente, para que esos lago-paraísos que han sido en el pasado, vuelvan a serlo, por el bien de las comunidades, por el bien de nuestro entorno ambiental, y por el bien del país.


National Geographic

natgeo

Revista Internacional

Endiosado y adorado, el lago de Atitlán atrae en Guatemala a poetas y pensadores (…) es uno de los atractivos turísticos más destacados de América Latina.

Es una cita de la prestigiada revista que muestra la belleza y el valor que tiene este lago.

 


Sandra Torres

Sandra

Ex Primera Dama de la Nación

Me canso ganso, si no sacamos adelante el problema del lago de Atitlán.

Expresión de la dirigente política cuando asumió la responsabilidad de sanear el lago durante la gestión de Álvaro Colom. Promesa incumplida.

 

 


Roxana Baldetti

Roxana

Exvicepresidenta de la República

Esto es lo más shuco de lo shuco: olía a popó (…) Yo sí voy a bucear aquí antes de irme, lo dije y lo voy a hacer.

Una de las muchas frases de la exfuncionaria cuando defendía el proyecto-estafa para sanear este importante lago. Otra promesa incumplida.