Domingo de Resurrección: El día más grande de la cristiandad y su significado

  • Esto es lo que se dice sobre el día en que resucitó Jesús

Los cristianos de todas las denominaciones celebran este día el Domingo de Resurrección, también conocido como La Pascua, Pascua de ResurrecciónPascua Florida,​ Domingo de Pascua, o Domingo de Pascua de la Resurrección― que constituye la fiesta más importante de la cristiandad por el significado de «Salvación» que deja la resurrección de Jesús al tercer día de su nuerte.

Este día, que marca también el final de la Semana Santa, se basa en lo escrito por los evangelista en la Biblia, que es el libro sagrado para los cristianos –católicos, ortodoxos y evangélicos–.

La resurrección estableció a Jesús como el Hijo de Dios y se cita como prueba de que Dios juzgará al mundo con justicia. Dios ha dado a los cristianos «un nuevo nacimiento a una esperanza viva por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos». Los cristianos, por la fe en el poder de Dios han de discernir espiritualmente con Jesús resucitado, para que se pueda caminar en una nueva forma de vida.

La celebración de la Pascua de Resurrección se presenta de diferentes formas entre los cristianos occidentales. La práctica litúrgica tradicional, tal como se practica entre los católicos y algunos luteranos y anglicanos, se inicia en la noche del Sábado Santo con la Vigilia Pascual. Así pues, la liturgia más importante del año comienza con la bendición del fuego pascual en la oscuridad total, la iluminación del cirio pascual (símbolo de Cristo resucitado) y el canto del Exultet (o pregón pascual), atribuido a san Ambrosio de Milán.

Después se leen numerosas lecturas del Antiguo Testamento: pasajes como las historias de la creaciónel sacrificio de Isaac, el cruce del Mar Rojo y la anunciada venida del Mesías. Esta parte del servicio religioso culmina con el canto del Gloria y del Aleluya y con la proclamación de la Resurrección según el Evangelio.

La narración biblica:

Los cuatro evangelios contienen pasajes en los que se describe a Jesús como el que predice la resurrección venidera, o contienen alusiones que «el que lee, entienda» El momento de la resurrección en sí no se describe en ninguno de los evangelios, tomando en cuenta que ninguno de los evangelistas, Juan, Marcos, Mateo o Lucas, pudieron estar presentes en el momento del hecho en sí mismo.

Después de la resurrección, se describe a Jesús proclamando «salvación eterna» a través de los discípulos (Marcos 16:8), y posteriormente llamó a los apóstoles a la Gran Comisión (Mateo 28:16-20Marcos 16:14–18Lucas 24:44-49Hechos 1:4-8 y Juan 20:19–23), en el que los discípulos recibieron el llamado «para que el mundo conozca las buenas nuevas de un Salvador victorioso y la misma presencia de Dios en el mundo por el espíritu».

«Las mujeres que habían venido con Él de Galilea» fueron las primeras en llegar y ver la tumba de Jesús vacía.

Según estos textos, Jesús dice a los discípulos que «recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo» (Hechos 1:8), que «se predicase en su nombre (del Mesías) el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén» (Lucas 24:46-47) y que «[a] quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos» (Juan 20:12–23).

El Evangelio de Marcos termina con el descubrimiento de la tumba vacía por María Magdalena, Salomé y «María la madre de Jacobo». Un ángel en el sitio de la tumba les anunció que Jesús había resucitado, y les ordenó «decid a sus discípulos, y a Pedro, que él va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo» (Marcos 16:7). Además, señala que Jesús se apareció primero a María Magdalena, luego a dos seguidores fuera de Jerusalén, y luego a los once apóstoles restantes, comisionándolos a difundir «las buenas nuevas» (evento a menudo referido como la «Gran Comisión»), diciendo: «El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado» (Marcos 16:16)

En Mateo, Lucas y Juan, el anuncio de la resurrección es seguido por las apariciones de Jesús primero a María Magdalena y luego a otros seguidores. Mateo describe una sola aparición en Galilea, Lucas describe varias apariciones en Jerusalén, Juan menciona apariciones tanto en Jerusalén como en Galilea. En algún momento, estas apariciones cesaron en la comunidad cristiana primitiva, como se refleja en las narraciones del Evangelio: Hechos de los Apóstoles señala que Jesús siguió «apareciéndoseles durante cuarenta días» (Hechos 1:3). Lucas describe a Jesús ascendiendo al cielo en un lugar cerca de Betania (Lucas 24:50-51).

En el Evangelio de Mateo, un ángel se le apareció a María Magdalena en la tumba vacía, diciéndole que Jesús no está allí porque ha sido resucitado de entre los muertos, e instruyéndola a decirle a los otros seguidores que vayan a Galilea para encontrarse con Jesús. Jesús se le apareció a María Magdalena y «la otra María» en la tumba; y luego, siguiendo a Marcos 16:7, Jesús se apareció a todos los discípulos en una montaña en Galilea, donde proclamó que «[t]oda potestad me es dada en el cielo y en la tierra», y comisionó a los discípulos a predicar el evangelio a todo el mundo. Mateo presenta la segunda aparición de Jesús como una deificación, comisionando a sus seguidores a «haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado» (Mateo 28:16-20). En este mensaje, los tiempos finales se retrasan, «para llevar al mundo al discipulado».

Tom´às no creyó inicialmente la resurrección de Jesús, hasta que introdujo sus dedos en la herida que le dejó a Jesús un soldado romano que le atravesó su lanza.

En el Evangelio de Lucas, «las mujeres que habían venido con él desde Galilea» (Lucas 23:55) llegaron a su tumba, que encontraron vacía. Dos seres angelicales aparecieron para anunciar que Jesús «[n]o está aquí, sino que ha resucitado» (Lucas 24:1-5). Jesús se apareció a dos seguidores en su camino hacia Emaús, quienes notifican a los once apóstoles restantes, quienes responden que Jesús se le apareció a Pedro (Lucas 24:13-35). Mientras describían esto, Jesús apareció de nuevo, explicando que él es el Mesías que resucitó de entre los muertos según las Escrituras y que «se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén» (Lucas 24:47). En Lucas-Hechos (dos obras del mismo autor), Jesús luego ascendió al cielo, su hogar legítimo.

En el Evangelio de Juan, María Magdalena encontró la tumba vacía e informó a Pedro. Luego vio a dos ángeles, después de lo cual Jesús mismo se le apareció. Por la noche, Jesús se apareció a los otros seguidores, seguido de otra aparición una semana después (Juan 20:1-29). Más tarde se apareció en Galilea a Pedro, Tomás y otros dos seguidores, y le ordenó a Pedro que cuidara a sus seguidores (Juan 21:1-19)

En Hechos de los Apóstoles, Jesús se apareció a los apóstoles durante cuarenta días y les ordenó que se quedaran en Jerusalén (Hechos 1:3), después de lo cual Jesús ascendió al cielo, seguido de la venida del Espíritu Santo en Pentecostés, y la tarea misionera de la iglesia primitiva.