De sumerios y sommeliers: Los mitos de la cerveza, a prueba

Con más de 1,500 cervecerías, hasta 6,000 marcas distintas, innumerables museos, la cerveza sigue siendo considerada la bebida favorita de los alemanes, aunque la pandemia de coronavirus haya dejado sus huellas en las ventas. 

Algunos datos verificados: 

  • AFIRMACIÓN: Los europeos inventaron la cerveza
  • VERIFICACIÓN: Falso

HECHOS: La cerveza existe desde que el hombre empezó a cultivar cereales. Este brebaje ya era popular hace miles de años atrás en la Mesopotamia, la región ubicada entre los ríos Éufrates y Tigris. Los sumerios que habitaban allí, según los historiadores, conocían al menos nueve tipos de cerveza que elaboraban principalmente a base de cebada y emmer, una variedad de trigo.

El arte de la elaboración de la cerveza llegó a través de los babilonios a Egipto, donde se dice que ya existían las primeras tabernas en el año 3000 antes de Cristo.

Los primeros indicios arqueológicos sobre la producción de cerveza de los germanos provienen de Kulmbach, en el sureño estado federado de Baviera, donde se hallaron jarras de cerveza originarias de 800 años antes de Cristo. 

  • AFIRMACIÓN: La cerveza es beneficiosa para la salud
  • VERIFICACIÓN: Solo parcialmente correcta   

HECHOS: En efecto, los bioquímicos de la Universidad de Nuremberg-Erlangen han descubierto que las sustancias contenidas en la cerveza pueden frenar la generación de grasa en el hígado causada por la obesidad y la mala alimentación e influir favorablemente en el metabolismo de las grasas y los azúcares.

El xanthohumol, por ejemplo, se encuentra solo en el lúpulo y es el responsable del color amarillo de sus flores. Sin embargo, pese a su contenido de alcohol, la cerveza convencional no puede considerarse una medicina natural. Los científicos recomiendan por ello beber la cerveza sin alcohol. 

  • AFIRMACIÓN: La cerveza sin alcohol no posee alcohol
  • VERIFICACIÓN: No es necesariamente cierto

HECHOS: Al igual que las demás cervezas, la cerveza sin alcohol se elabora en Alemania siguiendo estrictamente el precepto de pureza en base a agua, cebada, levadura y lúpulo.

Sin embargo, según la Asociación Alemana de Cerveceros, la cerveza «sin alcohol» aún puede contener una pequeña cantidad de alcohol. «O bien se detiene la fermentación cuando se alcanza el límite de alcohol residual del 0.5 por ciento, o bien se elimina el alcohol de la cerveza terminada tras el proceso de elaboración convencional», señala la entidad.

La buena noticia para los conductores es que incluso luego de haber bebido algunos vasos, no se produce un aumento de la concentración de alcohol en la sangre, de acuerdo a un estudio de la Universidad de Friburgo. Algunos productores de cerveza ofrecen no obstante algunos tipos de esta bebida con 0 por ciento de alcohol.

  • AFIRMACIÓN: Los alemanes lideran el consumo de cerveza en Europa
  • VERIFICACIÓN: Es cierto solo parcialmente 

HECHOS: En Alemania se sirvió en 2019 más cerveza que en ningúna otra nación en Europa, casi 83 millones de hectolitros. El volumen producido en este país también fue el más importante del viejo continente, unos 91.6 millones de hectolitros, de los cuales se exportaron algo menos de 16 millones. Después de todo, ocho de las 40 mayores fábricas de cerveza del mundo proceden de Alemania.

Pero si se evalúa el consumo per cápita, el orden cambia, ya que los checos lideraron el ranking con 142 litros por año, seguidos por los austríacos, con 107 litros. Los alemanes consumieron en promedio unos cien litros de cerveza, por lo que se quedaron con el tercer puesto de la lista. Muy por detrás quedaron los italianos, los franceses o los griegos. 

  • AFIRMACIÓN: La cerveza se disfruta mejor en jarra
  • VERIFICACIÓN: Los sommeliers lo desaconsejan

HECHOS: El verdadero conocedor prefiere una copa de cristal fina y transparente, según señalan sommeliers como Markus Raupach, de la ciudad alemana de Bamberg. El experto sostiene que una jarra de vidrio grueso solo puede reflejar parcialmente el aroma.

Raupach afirma que una Pilsner, por ejemplo, pierde su carácter típico. Además, advierte que se calienta más fácilmente en una jarra no refrigerada. Por el contrario, según el sommelier, un vaso fino y liso garantiza la retención de los aromas y el ácido carbónico. 

Y otro consejo: tomar la cerveza de la botella debería ser un tabú para los sibaritas, porque la mayoría de los aromas se perciben por la nariz al beberla.