De las palabras a los hechos

Gonzalo Marroquin


En cierta ocasión un amigo extranjero me hizo ver un rasgo bastante particular de la idiosincrasia chapina: decimos las cosas, pero no pasamos a la acción o a los hechos. Su observación se centraba en algo muy repetitivo y hasta cierto punto pintoresco entre nosotros: Ustedes dicen, por ejemplo, a ver cuándo nos vemos y llegás a mi casa, pero no fijan fecha y esa expresión de buena intención no pasa a más, en la mayoría de los casos.

¡Muy cierto¡ Es un algo muy típico nuestro, no de todos, pero es una marca hasta cierto punto cultural.

Trasladado este ejemplo a la práctica, podemos ver que se repite en las actividades políticas y empresariales, para citar los ejemplos más relevantes y de actualidad. Veamos:

El presidente Jimmy Morales dice en entrevistas, discursos y pláticas, que está comprometido con la transparencia y contra la corrupción, pero después de más de ocho meses al frente de su administración no ha realizado nada. No existe una política de Estado definida a favor de la transparencia: no se han depurado las empresas opacas que hacen negocios con el Estado, no se ha creado ¡ni propuesto! un sistema transparente y eficiente para compras y contrataciones, y mucho menos se ha visto un cambio radical de actitud en temas como el nepotismo o eliminado las plazas fantasmas.

Más bien han sido palabras vacías, como aquel ¡a ver cuando nos vemos!, sin convicción, sin compromiso, sin transmitir credibilidad, aunque, eso sí, repetido una y otra vez.

Casi todos los análisis que se hacen sobre la caótica situación nacional en los últimos meses —por no decir años—, se enfocan en el fracaso del sistema político, los gobiernos y las instituciones del Estado. Por supuesto que ese fracaso existe, es real y ahora se puede palpar y es imposible negarlo.

El problema es que el gobierno de FCN-Nación y Jimmy Morales no ofrece muchas posibilidades de cambio. Ojalá estuviera equivocado, pero no hay indicios de por dónde se puedan hacer mejoras y se cambie de tanta frase, discursos, fábulas y moralejas, para pasar a acciones y hechos concretos.

Es entonces cuando el sector empresarial debe también recapacitar y empezar a contribuir con el cambio que el país necesita. En estos días tiene lugar la décima versión del Encuentro Nacional de Empresarios (ENADE), que año con año pone sobre el tapete una idea positiva y hasta brillante… pero nada más.  Algo así como aquel ¡a ver cuándo nos vemos! que tanto usamos socialmente para quedar bien los unos con los otros.

Por supuesto que siempre es motivador y algo positivo escuchar a los oradores que vienen de otras latitudes para compartir con nosotros lo que han logrado hacer en sus países, ciudades o comunidades. Pero lo que hay que provocar es que lo mismo —o algo mejor— suceda en Guatemala. ENADE tiene muchas aristas correctas y buenas. El ejemplo, la reflexión, la idea o propuesta… pero no se pasa a la acción.

Recientemente se realizó el foro rol de la Promoción de la Democracia, en donde un panel fue de empresarios muy destacados y exitosos, quienes hablaron de temas tan importantes y delicados como la democratización de la tierra sin una reforma agraria. Se habló también de promover el desarrollo social. Hay que recordar que son varias las empresas que han pasado del ¡a ver cuándo nos vemos! a la acción, con la conocida agenda de Responsabilidad Social Empresarial (RSE).   Esto es muy bueno, pero aún se puede lograr más con una visión más integral de todo el sector.

No es fácil transformar un país y menos como el nuestro, en momentos en los cueles estamos sumidos en un terrible impase, en el que la clase política se niega al cambio, y la sociedad, aunque desea esos cambios, no muestra fuerza para promoverlos o forzarlos. Los políticos y el empresariado tiene que cambiar, pues ambos pueden, y deben, ser motores de desarrollo.

Pero como la esperanza es lo último que se pierde, pues hay que seguir empujando.  Ojalá que Jimmy Morales comprenda y acepte la responsabilidad que pesa sobre sus hombros. Si se sigue desmoronando, si pierde más credibilidad, los efectos pueden ser graves. Los empresarios tienen la posibilidad también de aportar bastante más que un grano de arena. Pueden ser ese motor de desarrollo del que tanto se habla.

La única cosa que parece estar avanzando es la lucha contra la corrupción y la impunidad, pero hasta esta se puede ver detenida si no hay otro tipo de cambios en el país. ENADE es excelente para aportar ideas, los discursos de Jimmy Morales, pues no serán buenos, pero hablan de un compromiso con la transparencia. Si se pasa de las palabras a los hechos, los resultados pueden llegar.

El año próximo podremos decir si pasó algo más profundo que palabras, palabras, palabras…

FRASE:  No es lo mismo hablar que actuar. Entre los muchos cambios necesarios en el país está pasar de las palabras a la acción y los hechos.