Contra viento y marea, Arévalo es juramentado y promete «Nunca más autoritarismo, violencia y arbitrariedad»

  • El nuevo presidente fue juramentado en la madrugada de este lunes a causa del retraso del Congreso, en donde el Movimiento Semilla ganó la primera batalla a la nueva alianza de oposición

Alejandro Giammattei terminó su período y tuvo que salir por la puerta trasera, sin aplausos y con más pena que gloria. Bernardo Arévalo y Karim Herrera fueron juramentados en horas de la madrugada de hoy lunes en medio del jubilo y cansancio de sus seguidores e invitados especiales, quienes siguieron en medio de tensión las últimas acciones que el oficialismo y sus aliados intentaron hacer para retener cuotas de poder.

Con la «Primavera» de Antonio Vivaldi, Arévalo ingresó con 8 horas de retraso a la Gran Sala Efraín Recinos del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, en donde fue juramentado finalmente como nuevo presidente de la República tras la inédita persecución que sufrió durante meses por parte del Ministerio Publico (MP) y las fuerzas que formaron el oficialismo y sus aliados.

Con la mano izquierda sobre la Constitución , Arévalo dijo el tradicional y esperado “Sí, juro”, al ser investido como gobernante por el presidente del nuevo Congreso, su compañero de bancada Samuel Pérez Álvarez, sorprendente ganador de la elección en la nueva legislatura, en donde contó con votos de algunos diputados de partidos que forman parte de la alianza de Giammattei.

En su primer discurso como presidente de Guatemala, Arévalo dijo que marcaron un hito para demostrar que hay la democracia de Guatemala tiene la fortaleza necesaria para resistir y señaló que, «con voluntad se puede transformar el panorama político del país»

Además, destacó que el apoyo de la comunidad internacional ha sido fundamental para llegar al lugar en donde se encuentra.

Treinta minutos después de la medianoche principió su discurso en el que destacó como piensa gobernar y la importancia que tendrá para su gobierno la participación ciudadana, la misma que le respaldo ante los embates del MP y el sistema político que ha imperado en el país durante los últimos 8 años.

“En este día trascendental, avanzamos por el camino que muchos hemos labrado con esfuerzo, marcando un hito significativo gracias al ejercicio democrático. Me llena de profundo honor asumir esta alta responsabilidad, evidenciando que nuestra democracia tiene la fortaleza necesaria para resistir y que, mediante la unidad y la confianza, podemos transformar el panorama político en Guatemala”, dijo Arévalo.

Llegó la hora del cambio

En un hecho inédito en la historia de Guatemala, Bernardo Arévalo, de 65 años y Karin Herrera, de 55, fueron juramentados en horas de la madrugada del 15 de enero como presidente y vicepresidente, pasado un día de la fecha estipulada por la Constitución Política.

«Me llena de profundo honor asumir esta alta responsabilidad. Mediante la unidad y la confianza podemos transformar Guatemala. Este momento no solo representa un logro personal, sino un paso firme a la democracia», dijo Arévalo en su discurso inicial, qué utilizó también para destacar el apoyo de la comunidad internacional para superar los embates en su contra durante los últimos meses..

El retraso de la toma de posesión de más de 8 horas, se dio por una falta de acuerdos en el Congreso mientras se elegía a su Junta Directiva y a sus diputados para un nuevo período.

El impasse se destrabó a las 10:30 p.m del domingo, luego de que se votara y juramentara a la nueva Junta Directiva encabezada por el diputado Samuel Pérez, del Movimiento Semilla, quien fue electo nuevo presidente del Congreso.

Arévalo, un político que llegó al poder con un discurso anticorrupción y la promesa de restaurar la democracia en el país, enfrentó un sinnúmero de obstáculos para poder asumir su mandato este lunes, pasada la media noche, en la madrugada del 15 de enero.

Las más de 12 horas de actividades previas a la juramentación, obligaron a algunos de los invitados a retirarse, como el Rey de España, que abandonó el teatro pasadas las diez y media de la noche, o el presidente chileno, Gabriel Boric, quien se excusó diciendo que debía regresar a su país para cumplir con actividades de su agenda política.

Arévalo, ya como nuevo mandatario guatemalteco dijo que «actores corruptos» buscaban asestar un golpe de Estado en su contra, dirigido por la fiscal de Guatemala Consuelo Porras, sancionada por Estados Unidos, país que la señala de socavar la democracia en el país centroamericano y de ser una persona «corrupta y antidemocrática».

Tras la juramentación de Arévalo, miles de personas se autoconvocaron en la Plaza de la Constitución en el centro histórico de Guatemala para celebrar junto al mandatario su asunción.

Arévalo dijo en su discurso que agradecía a los jóvenes de Guatemala, así como al liderazgo de los pueblos indígenas ancestrales «que no perdieron la esperanza» ante las complejidades que vivieron tras el triunfo en los comicios presidenciales.

De hecho desde el sábado por la noche decenas de indígenas pernoctaron en la Plaza de la Constitución para rechazar «cualquier intento de golpe de Estado» contra Arévalo.

El retraso de la ceremonia este domingo, encendió nuevamente las alertas de cualquier intento de frenar este proceso por lo que surgieron protestas en la sede del Congreso de la República y el Ministerio Público de Guatemala.

en medio de retraso, las delegaciones extranjeras que participaban en el evento de toma de posesión, emitieron un comunicado en el que demandaban el respeto a la democracia.

«Estos fueron los últimos recursos de las personas que pretendían dar un golpe de Estado en Guatemala, pero no fue posible por la democracia», dijo a la Voz de América Mercedes Martínez, una líder indígena guatemalteca que esperó por más de 8 horas la asunción de Arévalo en el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias.

El mundo está mirando, dice EEUU

Arévalo fue juramentado con el apoyo de la comunidad internacional que estaba expectante de que se completara el proceso constitucional.

La Corte de Constitucionalidad del país emitió un ultimatum para que el Congreso juramentara a Arévalo el domingo, como lo establece la Constitución del país.

Samantha Power, quien encabezó una delegación de Estados Unidos en la asunción de Arévalo en Guatemala, hizo un llamado al Congreso guatemalteco a defender la voluntad del pueblo. «El mundo está mirando», escribió Power en la red social X, antes Twitter.

Mientras que el presidente de Colombia Gustavo Petro, quien se encuentra en Guatemala, dijo en la misma red social, que su delegación no se retiraría hasta la posesión del presidente Arévalo.

Temprano la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos (OEA) emitieron un comunicado conjunto con diversos países en donde indicaron que el pueblo guatemalteco expresó su voluntad democrática en elecciones justas, libres y transparentes, por lo que «esa voluntad debe ser respetada».