“Ciudadanía está fortalecida, superó el miedo”

Conversatorio con Stella Zervoudaki, exembajadora de la Unión Europea en Guatemala.


Antes de partir a Chile el pasado 30 de agosto, para asumir un nuevo reto diplomático, la ahora exembajadora de la Unión Europea concedió una entrevista a Crónica, en la cual analizó la situación actual del país. Se marchó, dijo, muy optimista, porque la nación empieza a caminar sola y porque se ha iniciado un importante proceso de transformación que ya no se podrá detener.


¿Desde hace cuánto está en el país y cuál fue su primera impresión?

Llegué a Guatemala el 15 de enero del 2012, unas horas después del juramen­to de Otto Pérez, y había una euforia, todos estaban esperando cambios im­portantes. Viví un proceso electoral his­tórico que llegó cuando había una mo­vilización ciudadana muy grande que dijo somos libres y es el momento de luchar contra la corrupción. He vivido debates públicos como el de democrati­zación de los partidos, justicia, indepen­dencia judicial y el rol de las institucio­nes. Son signos de una madurez im­portante de la ciudadanía e institucio­nes. Hay unas tendencias difíciles de revertir y que van por buen camino.

¿Cuáles son esas tendencias?

Una nueva manera de trabajar de las instituciones, el señor Presidente deja a los tres poderes del Estado asumir sus roles. Hay una concientización de tener

un mejor equilibrio y redistribución de la riqueza.

¿Por qué las tendencias son irreversi­bles? Porque el poder Judicial, Legisla­tivo, las Secretarías del Estado y depen­dencias como la SAT y PGN están forta­lecidas. La ciudadanía está fortalecida, ya superó el miedo, y la desconfianza entre los distintos sectores comienza un poco a cambiar.

¿Cuál es el factor para que esa des­confianza empiece a desaparecer?

Cuando la ciudadanía se propone con el Estado dos o tres metas importantes, que ya no son debate de un partido, cla­se social o sector. ¿Quién no quiere una mejor justicia, educación, salud y opor­tunidades económicas para todos? Hay algunos temas que son trascendentales y otros que necesitan un debate más a profundidad.

¿Cuáles son esos debates trascen­dentales? El modelo económico que requiere el país, cómo crear oportuni­dades de inversión, empleo, de lucha contra la pobreza al interior del país. Cómo trabajar mano a mano entre la economía campesina y la gran agroin­dustria. Un gran debate que comienza es sobre los ingresos del Estado. El país necesita más fondos, más recaudación, necesita una política fiscal responsable.

¿Cómo ve la propuesta de reforma tributaria que hizo el Gobierno?

He visto que hay varios sectores que dicen que hay varios asuntos que se de­ben mejorar y clarificar. Pues, bueno, que lo hablen, todo el mundo está de acuerdo con que ha llegado el momen­to de fortalecer al Estado, y eso significa limpiarlo, pero también darle los fon­dos para actuar y generar políticas

públicas.

Muchos creen que el Gobierno no ha dado muestras de transparencia y eso deslegitima la propuesta de re­forma tributaria, ¿qué opina?

Al contrario, el Presidente ha dejado al poder Judicial hacer las investigaciones pertinentes, no se mete. Hay investiga­ciones anticorrupción, las cuales son bastante importantes. No compartimos esa concepción.

¿Qué es lo que más destaca de abril del año pasado hasta ahora? Un pro­ceso electoral correcto y una participa­ción en las urnas muy elevada, mien­tras que al mismo tiempo se caía la mi­tad del Gabinete del Presidente y Vice­presidente anterior. El que ahora las instituciones tomen las medidas nece­sarias para hacer su trabajo con los po­cos fondos que tienen. He seguido el debate sobre la CICIG, pero si no hu­biera una Fiscalía General libre y empo­derada, no se podrían hacer las investi­gaciones que han salido a luz.

La población demandó cero corrup­ción, pero parece que la clase política no ha entendido el mensaje ¿Cómo lo ve usted? No lo sé. La corrupción en Guatemala estaba muy arraigada y casi normalizada. Entonces es normal que cada día, con las investigaciones, salga otro caso. El Presidente nos pidió a no­sotros y al Banco Mundial apoyarlo para hacer un censo del servicio civil.

¿Qué van a determinar? Hay varias fa­ses y todavía estamos en la formulación. Tener la fotografía del funcionariado del Estado: hay pocos o muchos funciona­rios, son formados o no son formados. El Presidente quiere terminar con las plazas fantasmas, la corrupción, pero también valorar al funcionario, ver dón­de trabaja, cuáles son sus competencias para determinar si se pueden adecuar mejor las necesidades del Estado.

¿Cuánto tiempo llevará el proceso? Esperamos comenzar la formulación concreta de cómo lo vamos hacer a par­tir de fin de año.

¿Cuánto tiempo se prevé que lleve este proceso una vez ya esté hecha la formulación? Dentro de un año, qui­zás, vamos a poder dar al Presidente lo que pide.

¿El Banco Mundial va a dar un prés­tamo? No sé si el Banco Mundial va a conceder más tarde un préstamo, pero los primeros 5.5 millones de euros son una donación de la Unión Europea para este censo.

¿En el tema de justicia que avances ve? La independencia de la Justicia. Ahora hay un debate sobre una eventual refor­ma judicial, y en septiembre creo que algo va a llegar a la mesa del Congreso.

¿Cómo blindar esos consensos para que no sufran mayores cambios en el Congreso? El rol de toda ciudadanía, en todos los países de mundo, es de monitorear las políticas públicas, y creo que por ahí va el tema.

¿Qué falta por hacer en el tema de justicia? Que la justicia se extienda a todo el territorio.

¿Cuál es la principal limitante?

El principal impedimento para el mejora­miento de la educación, salud, de los hos­pitales y justicia son los fondos públicos.

¿Cómo evalúa el trabajo del presi­dente Jimmy Morales? Primero, quie­ro que lo dejemos claro, nosotros no juzgamos, nosotros estamos trabajando con el Estado, y lo que advierto desde enero es un fortalecimiento de la insti­tuciones, un dialogo entre las institucio­nes del Estado y la sociedad civil y una lucha contra la corrupción que sigue.

¿Hay un sentimiento entre la pobla­ción de que el mandatario no ha sido transparente; como por ejemplo, cuando se eligió a su representante ante la CC y eligió a los gobernadores departamentales? La Constitución di­ce cómo tiene que nombrar a los ma­gistrados y prevé que el Ejecutivo no es­tá obligado a comunicar y abrir el pro­ceso; entonces, no es el Presidente quien no quiso, es que se prevé que se puede hacer así.

Pero con voluntad hubiera podido transparentar el proceso para no ac­tuar como los gobiernos anteriores, ¿no es así? Bueno, no lo hizo. No es más importante, como acto de transpa­rencia, que se pusiera en instituciones claves a gente proba y capaz que propu­siera sociedad civil y otros actores.

También hay quienes perciben falta de liderazgo en el Ejecutivo. ¿Qué piensa de esas opiniones? Hay lide­razgo que se concentra en una persona y también lo hay participativo. El hecho de que se hayan fortalecido las institu­

ciones y dejado en libertad de asumir sus roles y sus responsabilidades, es una forma de liderazgo participativo.

¿Qué es mejor entonces, el liderazgo individual o participativo? En la Unión Europea el liderazgo es partici­pativo. Yo creo que el Congreso y poder Judicial y las instituciones del Estado, como la SAT, PGN y la Fiscalía General, tienen que asumir sus responsabilida­des. Ahí el verdadero liderazgo es dejar a las instituciones tomar sus roles. Este liderazgo participativo es el más difícil.

¿Por qué? Cuando es participativo to­dos tenemos un pedazo del éxito y, si se fracasa, todos somos responsables de trabajar más y hacer las cosas mejor la próxima vez.

¿Cómo ve la comunidad internacio­nal los señalamientos de que dentro de la seguridad del Presidente hay un grupo que se dedica a espiar a secto­res de derechos humanos y a políti­cos? Eso es un asunto exclusivamente interno. Yo creo que el gobierno de Guatemala va a hacer todas las investi­gaciones necesarias para ver qué está pasando.

¿Y no les preocupa esto? En este mo­mento en el mundo en general hay un debate de cómo encontrar un equilibrio entre la seguridad nacional y el respeto de los derechos humanos. La democra­cia, privacidad de la gente y los derechos humanos hay que respetarlos, de eso no hay la menor duda. Pero también es im­portante luchar contra el crimen organi­zado y el terrorismo y velar por la segu­ridad nacional; entonces, ahí hay un equilibrio que se debe encontrar.

En marzo o abril el Presidente pidió a comunidad internacional que no in­terviniera en asuntos de Guatemala ¿Hay intervención de la comunidad internacional? La comunidad interna­cional no interfiere jamás en los asun­tos internos del país. Lo que hace es cooperar y colaborar con un Estado.

¿Y por qué cree usted que el Presi­dente dio esa declaración? Hay que hacer esa pregunta al Presidente. A mí nunca nadie me hizo creer que estamos interviniendo. La comunidad interna­cional jamás, en ninguna parte del mundo, puede intervenir, no tiene nin­gún instrumento para hacerlo.

¿Por qué no puede intervenir?

Cómo quiere usted que intervenga.

Presionando para que se tomen cier­tas decisiones. El diálogo no es una presión diplomática, créame. Cuando Guatemala está de acuerdo con algo de la Unión Europea o en contra, nos lo dice muy claramente, se lo puedo ase­gurar y no lo considero como presión. Lo tomo en su justo valor, que Guate­mala me diga, señora embajadora, no­sotros creemos que esta ley tiene que ser así y no como dicen ustedes, y noso­tros respetamos el Acuerdo de la Aso­ciación de tal manera y no de esta.

¿Cómo juzga el trabajo del Congreso hasta el momento? Ha hecho un enorme trabajo de transparencia, hizo una reforma de la Ley Orgánica del Congreso, hizo publicar un poco su planilla, lo que se gana, fue un acto de transparencia de las más audaces. Se ha legislado sobre temas importantes como la reforma de la Ley de Partidos Políticos, no puedo discutir si fue lejos o menos lejos, pero se discutió y se aprobó algo. Ahora es una base sobre la que se puede partir. Veo al Congreso fortalecido.

Existe la percepción de que los parti­dos siguen sin democratizarse y sin ser verdaderos intermediarios ante el Estado de los intereses de la po­blación Es importante fortalecer a los partidos políticos en Guatemala, y en el mundo, porque la ciudadanía organiza­da y los partidos son entes complemen­tarios para fortalecer las instituciones del Estado.