Capitalismo socialista

EDUARDO COFIÑO

Eduardo Cofiño K.


Como mi fuerte nunca ha sido la economía y mucho menos las finanzas y los pocos negocios que he hecho durante mi ya larga vida, se han basado en una enseñanza de mi abuelo que decía: Un buen negocio es aquel en que ambas partes salen satisfechas. Nunca te aproveches de nadie y evita que se aprovechen de ti, —seguramente para los tiburones del mar del dinero esta enseñanza les parecerá una estupidez. Ni modo—, mejor me reuní con un amigo banquero, de esas personas intachables que han pasado la vida en el mundo de las altas finanzas y, abogado, además, aprovechando nuestro almuerzo para consultarle sobre una idea que me ha venido dando vueltas en la cabeza desde hace algunos años. Me respondió que desde los años setentas, el expresidente Vinicio Cerezo, expresaba mis mismas ideas. O sea que esta pensadota no es mía, pues. Uno inventando el agua azucarada.

Resulta que —desde mi punto de vista, ustedes lo saben, con el lente de la ecología— yo veo que todos los síntomas y mediciones de diferentes parámetros del desarrollo de Guatemala, lo que claramente nos indican es que el futuro de este país, lejos de mejorar, irá empeorando paulatinamente, llegando a tocar fondo cuando lleguemos a ser 30 millones de habitantes, cerca del año 2050. Ya estaré muerto, primero Dios.

Y, buscando una solución que nos permita revertir todos los procesos de descontento social, reducir las enormes distancias entre las clases privilegiadas y los segmentos mas pobres, paliar los problemas de envenenamiento constante de nuestros ríos, lagos y el mar, la deforestación y, finalmente, la anarquía en que nos hemos sumido, lo que deberíamos hacer es socializar el capitalismo.

¿A qué te refieres?, me preguntó.

Pues nada, pienso que si los grandes grupos empresariales pusieran a disposición de las masas un porcentaje accionario de sus empresas, con ciertas reglas y lineamientos específicos para cada caso, sobre todo las que tienen una influencia social directa, léase las minas, las hidroeléctricas y las carreteras, pues, finalmente, todos podríamos ser socios de todos.

¿No le gustaría ser socio de la hidroeléctrica que se encuentra cerca de su comunidad?, ¿participar de los enormes beneficios y utilidades de las compañías mineras? Incluso como accionista minoritario podría exponer sus puntos de vista y ayudar a que la labor productiva en la que usted participe como socio sea mejor, mas amigable al ambiente, mas equitativa, eficiente, buscando siempre la excelencia. Porque uno, como empresario, buscará siempre lo mejor para la empresa, porque uno sabe que, mientras mejor sea el funcionamiento de la misma, mejores van a ser los resultados financieros. Es decir, las ganancias.

En un seminario al que asistí hace muchos años en California, en la Universidad de Stanford, para ser preciso, uno de los doctores y catedráticos que exponían los diferentes temas sobre el desarrollo comunitario, hizo una muy interesante presentación. Fue sobre cómo destruir un país en 50 años. Mientras él nos hablaba y nos decía ahora les pondré un ejemplo real de cómo destruir todos los recursos naturales de un país en Centro América —y yo, en mis adentros, repetía ¡que no sea Guatemala, que no sea Guatemala!—, el terminaba diciendo: el ejemplo es El Salvador —y yo suspiraba aliviado, por una vez no éramos nosotros los mas destructores—. También, a lo largo de su plática, nos daba ejemplos donde las empresas —turísticas en aquél caso— influyen en el desarrollo de algunas comunidades en el mundo, lo que llamamos hoy responsabilidad social empresarial, mediante proyectos de educación, salud, deportes, etcétera, utilizando para esto sus recursos económicos en bien de la población. Nos preguntaba, al final, ¿no deberían actuar así todas las empresas del mundo?

Hoy, casi 20 años después, entiendo lo que quería decir. Hablaba del Triángulo Perfecto en el Desarrollo Social: Iniciativa Privada, Comunidad, Gobierno. ¿No le parece que este tipo de esquemas, en este tipo de proyectos y, en realidad, en todas las empresas, podrían aplicarse y así evitarse tantos conflictos sociales si socializaran el capital?

¿No le gustaría ser accionista de Pollo Campero?, ¿de Coca Cola?, ¿de Ingenios Azucareros, de las compañías telefónicas, que gobiernan la economía de este país?, ¿socio de Mac Donald´s?…

Los bancos son así, tienen miles de socios. 

En el caso específico de las hidroeléctricas se podría lograr convenios y acuerdos con las comunidades socias en cuanto la regulación del crecimiento demográfico —nuestro problema más importante, desde cualquier punto de vista—, en cuanto al cuidado de los márgenes de los ríos, en cuanto a las tarifas…Y el otro socio, el señor gobierno, además de los impuestos recibiría dividendos…

Se rumora que la empresa propietaria de la carretera privada que acaban de inaugurar —del Parque de Naciones Unidas a San Miguel Petapa— buscará vender acciones a miles de personas, beneficiando con esto directamente al bolsillo de los inversionistas y logrando, a la vez, que en el futuro, cuando se  llegue a ese punto de los 30 millones de habitantes, el punto de no-retorno, no se le vaya a ocurrir a algún gobierno populista la nacionalización. La carretera ya estaría socializada, sería de todos los guatemaltecos. ¡Ni se les ocurra tocar lo que nos pertenece a todos!

Mi amigo banquero me miraba sonriente, con esa mirada franca y honesta que tienen los hombres cabales y me decía: tendrías que reeducar a todos los ricos del país, la mayoría solo mira su propio bolsillo. El poder, la ambición y la avaricia son sus guías… viven preparándose para irse a vivir a otro país, no se dan cuenta de que el exilio, aunque voluntario, no es mas que una prisión.

Por unos momentos nos quedamos callados, observando nuestros platos de comida, aún sin terminar de comer. Cada quien cavilando en su propio mundo

Cuando por fin levanté la mirada, él me observaba sonriente, como siempre, alzaba la mano para solicitar la cuenta y me decía: …no te vayan a tildar de comunista por estas tus ideas. Aquí, a cualquiera que piensa un poco diferente, lo tildan de comunista, vos…