Caos ambiental… ¿Y nosotros qué?

 “La Tierra tiene solamente una década para salir de varios ‘puntos de inflexión’ ambientales, puntos a partir de los cuales el daño se vuelve irreversible” .

(Advertencia de científicos)

Alejandra Marroquín

El mundo se incendia, se inunda, se derrite y se seca.  Y nosotros, sin querer ver las consecuencias de nuestros actos.  Migraciones humanas, hambruna, epidemias, violencia social generalizada.  Guerras, narco, adicciones, vandalismo, corrupción galopante, políticas nefastas, economías mortales… La vida no está fácil, las sociedades humanas están un tanto locas. 

Complicado para todo el mundo.  Las crisis, conflictos y problemas de todo tipo, a la oden del día.  Pero al menos, ha sido un año en el que al tema ambiental se le ha dado la importancia de estar en el tapete de discusión a nivel mundial. Es indiscutible que estamos en problemas.

Quienes no quieren aceptar la realidad, que se hace tan obvia, ya no son tantos como hace unos años.   Poco a poco admitimos que hay un gran problema, que hemos generado nosotros. Y, que también nosotros podríamos, no sin un gran esfuerzo de nuestra parte, si no revertir, acaso enfrentar de la manera más consciente, amorosa, respetuosa y valiente.

Aun no tenemos claro el panorama real que enfrentamos y hay muchísima desinformación y discusión sobre qué y cómo va a ser, y que es lo que va a suceder.  Desde mi perspectiva, a lo mejor no se acaba el mundo, pero si va a cambiar aceleradamente a como lo conocemos. 

Si hoy creemos que las migraciones están a la orden del día, habrá que ver cómo se van poniendo en los próximos años, cuando el equilibro esté roto y sea tal el desastre que solo quede aceptar nuestra total responsabilidad.

A como yo lo veo –y también científicos y expertos–, lo que viene son climas extremos, calores que matan, fríos que congelan, océanos que crecen y ciudades que habrá que evacua; incendios descontrolados y sequias nunca antes vistas, lluvias y huracanes fuera de control y predicciones;  hambrunas, falta de alimentos, de agua y aire puros.  Sin agua no hay energía, en países como el nuestro, en el que dependemos de los ríos para tenerla, puede haber problemas energéticos. En países de climas extremos los cortes elèctricos van a ocasionar pérdidas humanas.  Estos fenómenos climáticos nos llevan a no tener comida ni agua potable, eso genera caos y muerte.  Si hoy, que no es tan malo el panorama, hay quienes están así de mal ya, imaginemos la cantidad de gente al borde de la muerte y la desesperación en un escenario dantesco que ya no es utopía.

Podríamos decir que eso es exactamente lo que ya principiamos a vivir, pero falta que se ponga peor si no hacemos un cambio de nuestros hábitos de consumo como humanidad y como sociedades.

Digamos que el cambio climático no existe, como dicen algunos: ¿Quién puede negar el daño ambiental que los humanos hemos causado al Planeta?  ¿Podrán negar los detractores del cambio climático y del calentamiento global la existencia e incremento de los fenómenos naturales que hoy en día causan desastres en todas partes del mundo.  Cada día somos más vulnerables.

¡Si! Hemos descompuesto todo el sistema: envenenado y deforestado la tierra, contaminado y llenado de basura océanos, lagos, ríos, lagunas y mantos freáticos; hemos envenenado el aire y también los alimentos que consumimos.  Además de esto deforestamos y terminamos con la biodiversidad y autosuficiencia.  Estamos a dos rayitas de perder la seguridad alimentaria que aun salva a algunos países de la miseria absoluta y alimenta al resto del mundo.  Estamos perdiendo las semillas nativas. Tenemos destrucciones masivas de especies de fauna, flora e insectos.  De ejemplo, veamos lo que ha sucedido con la Amazonía y sucede con nuestra Biósfera Maya.  El impacto es máximo.

Si aun después de todo eso alguien dice que es locura opinar así, pues…

Así estamos, tan asustados que en lugar de aceptar la situación entramos en negación. Una herramienta de supervivencia nata en el ser humano inconsciente.  Quienes la padecen no por fuerza lo saben. Pero es una actitud peligrosa en este momento. Entre la negación, la avaricia y la estupidez corremos el riesgo de perder toda posibilidad de un futuro digno y un planeta apto para la vida humana.  Pueden decirme alarmista, eco histérica y loca.  No importa, está de moda.  Igual, cada día somos más los que lo notamos y estamos dispuestos a hacer el cambio.

El dejar de usar plásticos de un solo uso, es apenas un paso, de los muchos que tenemos que dar.  A golpe dado no hay quite, dice el dicho popular.  Para la humanidad y el Planeta ya no hay una solución fácil.  No tenemos un Planeta B y el daño que hemos generado es ya irreparable. Solo nos queda, como dije, adaptarnos de la mejor manera posible.  Eso sin duda requerirá de toda nuestra capacidad de resiliencia, amor incondicional, solidaridad y capacidad de adaptación ante circunstancias climáticas adversas y extremas.  No es un Gobierno, somos todos, somos nosotros los que vamos a lograr esto. No por medio de una ley, sino de la consciencia.