Camino del Mundial: El «matador» Mario Kempes se afeita y encumbra a Argentina

  • Menotti le sugirió quitarse el bigote y eso lo transforma en el goleador de la copa del Mundo Argentina’78

Todos recuerdan a Mario Kempes por la Copa Mundial de 1978 y los seis goles en cuatro partidos, incluidos dos en la final, que impulsaron a Argentina a su primer título. Lo que a menudo es olvidado es que, a menos de dos semanas de convertirse en el máximo goleador del torneo y en un héroe nacional instantáneo, El Matador estaba pasando por una enorme sequía goleadora. Sorprendentemente, Kempes necesitó 10 partidos entre las ediciones de 1974 y 1978 (11 horas y 38 minutos de juego, en total) para marcar su primer gol en la Copa Mundial.

Fue solo en la segunda ronda de este último torneo, contra un equipo polaco altamente calificado, que se le abrieron las compuertas. “Fue liberador marcar finalmente, una gran satisfacción”, admitió Kempes en una entrevista con FIFA.

“No marqué muchos con la cabeza, pero resulta que así fue como conseguí mi primer gol en un mundial. Le anoté al polaco, (Jan) Tomaszewski”, dijo el otrora artillero. “Curiosamente, jugó contra nosotros en un partido amistoso en Alemania cuatro años antes, y perdí una oportunidad clara al minuto de haber ingresado al partido, aunque estaba completamente desmarcado. Nunca sabes cuándo podrías tener la oportunidad de venderte, y esa fue mi oportunidad. Fue mi primer gol en la Copa Mundial, y fue un gol increíble”, expresó.

El trasfondo del abrupto cambio de suerte de Kempes también se ha convertido en una leyenda, con una sugerencia inusual del entrenador César Luis Menotti, la cual se considera que jugó un papel psicológico crucial. “Nunca salimos de la concentración, y no podía perder tiempo con esa rutina de afeitarme cada dos días. Después de casi tres semanas, tenía una barba y un bigote bastante decentes. Jugué así en nuestros dos primeros partidos, pero me afeité la barba antes del tercero.

Regresábamos después de ese juego pensando en nuestra próxima misión en Rosario, cuando el entrenador me dijo: ‘Mario, ¿por qué no te quitas el bigote y ves si cambia tu suerte?’, relató el exfutbolista.

“El entrenador había ido a verme antes del mundial, para ver cómo me iba en Valencia. En ese entonces yo estaba bien afeitado. ‘No tenías barba ni bigote cuando jugabas en el Valencia’, me dijo, ‘entonces, ¿por qué no te afeitas cuando lleguemos a Rosario y podrías volver a marcar?’. No sé si fue suerte o coincidencia, pero acepté su consejo y terminé anotando un doblete ese día (contra Polonia)”, continuó relatando.

“Eso marcó el inicio de un nuevo capítulo para mí. Después de eso, cada vez que me vio, me decía: ‘Hoy te toca afeitarte, Mario, ¿no?’ Esa fue la famosa historia de los goles y un bigote”, concluyó Kempes. cada vez que me veía, me decía: ‘Hoy te toca afeitarte, Mario, ¿no?’ Esa fue la famosa historia de los goles y un bigote”, concluyó Kempes. cada vez que me veía, me decía: ‘Hoy te toca afeitarte, Mario, ¿no?’ Esa fue la famosa historia de los goles y un bigote”, concluyó Kempes.