La decisión del presidente Donald Trump de suspender la contribución de Estados Unidos en plena pandemia de COVID-19 a la Organización Mundial de la Salud (OMS) provocó un alud de críticas este miércoles, mientras que países europeos como Dinamarca comenzaban el fin del confinamiento al reabrir las escuelas.
Donald Trump acusó a la OMS de «mala gestión» y «ocultación» de información al inicio de esta pandemia en China, en diciembre.
El brote podría haberse contenido «con muy pocas muertes» si la OMS hubiera evaluado objetivamente la situación en China, que Trump considera demasiado influyente en la organización.
Estados Unidos entregó el año pasado 400 millones de dólares a la OMS.
«No hay tiempo que perder» en polémicas, reaccionó en Twitter el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, que luego dijo «lamentar» la decisión de Trump.
La gestión de la crisis por parte de la OMS será examinada «a su debido tiempo», añadió Tedros.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, criticó la decisión estadounidense y consideró que «no es el momento de reducir la financiación» de las organizaciones que luchan contra la pandemia.
Desde la Unión Europea hasta China, numerosos países y organizaciones han condenado esta iniciativa de Washington.
«Debemos trabajar en estrecha colaboración contra la COVID-19. Una de las mejores inversiones es reforzar las Naciones Unidas, en particular la OMS», subrayó el jefe de la diplomacia alemana, Heiko Maa, mientras Rusia denunció «una actitud muy egoísta» de Washington.
Desconfinamiento
El principio del fin del confinamiento parece vislumbrarse en Europa, con Austria y Dinamarca dando los primeros pasos.
Los niños comenzaron a volver a la escuela en Dinamarca, primer país europeos en reabrir los colegios, siempre y cuando los centros educativos instauren medidas de seguridad, comenzando por una distancia de dos metros entre las mesas. Algunos padres juzgaron no obstante precipitada esta reapertura.
En Austria se autorizó la reapertura de pequeños comercios no alimentarios.
AFP / Alexander Nemenov La policía revisa la documentación de unos conductores que entran en Moscú, que instauró un sistema de restricción de paso, para evitar la propagación del coronavirus.
La UE pidió a sus miembros «evaluar muy cuidadosamente» las medidas para levantar el confinamiento.
Pero al mismo tiempo, cada día que pasa la crisis sanitaria ahonda el agujero de la recesión, que según el Fondo Monetario Internacional podría llegar a superar la Gran Depresión de 1929.
España e Italia, países europeos más afectados por la pandemia, retomaron la actividad a cuentagotas para oxigenar su economía, mientras la tendencia a la baja en el número de muertos parece confirmarse.
Un total de 523 personas murieron en las últimas 24 horas en España, lo que elevó los decesos a 18,579. Sin embargo, el número de contagios se elevó, tras seis días a la baja.
Alemania, que ya se encuentra en recesión, aseguró sin embargo que no tiene intención de levantar sus restricciones por lo menos hasta el 3 de mayo.
Francia cuenta por su parte con una fecha para empezar a salir de casa y retomar progresivamente la actividad: el 11 de mayo. En esa fecha debería terminarse también el estado de alarma decretado en España, si todo avanza como previsto.
En cambio, el Reino Unido, con casi 13,000 fallecidos, no registra una disminución en el ritmo de difusión por lo que no vislumbra una flexibilización de sus medidas.
El «Gran Confinamiento» provocará una contracción económica global en 2020 de un 3%, según el FMI. Solo China e India se salvarán de la recesión este año.
El G20 avaló en ese contexto la suspensión temporal del servicio de la deuda a los países africanos, un gesto «histórico» según Alemania.
Con la paralización de la actividad industrial mundial, la Agencia Internacional de Energía pronosticó un retroceso de la demanda de petróleo en 2020, de -9,3 millones de barriles por día.
‘Marchamos a la guerra sin armas’
Cuatro meses después de la aparición del virus en China, la pandemia se ha cobrado 125,000 vidas y ha infectado a más de dos millones de personas en el mundo.
Más de la mitad de la población mundial sigue confinada, aunque los primeros países asiáticos que sufrieron la pandemia dan muestras de volver poco a poco a la normalidad.
Corea del Sur, que logró contener la pandemia gracias a una estrategia de tests masivos, celebró el miércoles elecciones legislativas, con la toma de la temperatura en los centros de votación y la disposición de lugares especiales para los electores con fiebre.
«La gente mantiene sus distancias y todo el mundo lleva guantes», se felicitó Kim Gwang-woo, de 80 años. «Está todo bien organizado», estimó.
En América Latina, la ciudad ecuatoriana de Guayaquil sufre como ninguna otra la fuerza destructora de la pandemia.
«No hay espacio ni para vivos ni para muertos», dijo a la AFP Cynthia Viteri, alcaldesa de esta ciudad portuaria donde se están disponiendo dos cementerios adicionales.
Varias personas que podrían estar infectadas de coronavirus utilizan un gel desinfectante de manos mientras esperan al médico en una clínica en Irpin, a las afueras de Kiev.
«¡Marchamos a la guerra sin armas!», resume una veterana enfermera de la ciudad, contagiada por la COVID-19, que ha matado a cinco trabajadores sanitarios en la ciudad..
Y en México, que ya suma más de 5.300 infectados y 400 fallecidos, los pobladores de lugares turísticos como las playas vírgenes de la costa Guerrero o parajes insólitos en Oaxaca cerraron a los visitantes por el temor a que traigan consigo la COVID-19.
Los temores y los rumores dificultan la tarea de gobierno y sectores sanitarios para combatir al COVID-19.
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, la expresidenta chilena Michelle Bachelet, instó a los gobiernos de América Latina y de todo el mundo a permitir el regreso de sus ciudadanos varados en el extranjero
El llamado llegó después de que cientos de bolivianos fueran bloqueados en los últimos días en la frontera con Chile cuando trataban de volver a su país.
Marcha de campesinos en Perú
En medio de este panorama mundial desolador, surgen imágenes que reconfortan, como en Brasil, el país de la región más golpeado por la pandemia, donde un militar de 99 años se curó de la enfermedad y recibió el alta en medio de honores castrenses.
«Fue una lucha tremenda, más que en la guerra. En la guerra matas o vives, aquí tienes que luchar para vivir y salir vencedor», dijo el segundo teniente Ermando Piveta al abandonar en silla de ruedas el hospital en Brasilia.
En Perú, unos 700 campesinos desafiaron la cuarentena emprendiendo una marcha de más de 400 km desde Lima a sus hogares en la región andina de Huancavelica, tras varias semanas varados en la capital.