Atención en el voto hispano es grande: Hillary vs. Trump, la batalla final

Tras las Convenciones Nacionales de republicanos y demócratas, Hillary Clinton ha logrado que se rompa el empate que marcaban las encuestas con Donald Trump, y ahora los esfuerzos de ambos se centran en conquistar el voto de la mayoría de los 226 millones de estadounidenses que estarán convocados a votar el 1 de noviembre; entre ellos destaca el crecimiento del voto latino.


Dennis Rodríguez


Nueva York – Hillary Clinton ha vuelto a tomar ventaja en las encuestas por la carrera presidencial en Estados Unidos, pero Donald Trump ya demostró que es capaz de dar una feroz batalla por la Casa Blanca e intentar que la ex primera dama se convierta en la primera mujer que gobierna la nación más poderosa del mundo.

En la convención republicana, el magnate Trump apeló a los valores americanos, y se concentró en prometer una nación poderosa y segura; Hillary se enfocó más en tocar el corazón de las crecientes minorías —que pueden ser decisivas en las urnas— y  en destacar la importancia que tiene la experiencia cuando se dirige una potencia mundial.

Los testimonios hispanos, especialmente el de la niña Karla Ortíz (11 años), hija de migrantes ilegales guatemaltecos, fijó el rumbo que piensa seguir Clinton, en búsqueda de un reforma migratoria integral, a la que hasta ahora se han opuesto los republicanos.

Los ojos de la nación se centraron en ambas Convenciones, porque los discursos y posiciones de cada uno permiten ahora conocer la estrategia que piensan seguir los principales contendientes que lucharán, una por volver a la Casa Blanca, y el otro por cambiar su lujoso despacho en la Trump Tower por el Salón Oval en la mansión presidencial.

La primera y clara conclusión tras las Convenciones es que supo sumar más la ex Secretaria de Estado. Otra certeza que ahora se puede exponer, es que Trump no cambiará demasiado su discurso en los cien días que restan —más o menos—, como tampoco lo hará Hillary, y ello anticipa que el voto hispano pueda jugar un papel determinante.

La fuerza hispana

Según estudios recientes, las minorías en este país están en constante crecimiento dentro del número de votantes, porque los jóvenes alcanzan la mayoría de edad y pueden votar. El electorado hispano o latino, como también se le conoce, ha crecido desde las últimas elecciones en un 17 %. Las otras minorías con mayor crecimiento son los asioamericanos (16 %), y los afroamericanos (6 %), mientras que el electorado blanco apenas ha crecido un 2 %.

Un aspecto importante a considerar es que el 50 % del potencial voto latino corresponde a hispanoamericanos ya nacidos en Estados Unidos; es decir, es un voto joven, en términos generales.

El experto en el tema, Larid W. Bargad, director del Centro para Estudios Latinos, del Caribe y Latinoamericanos, cuenta que hay estudios que parten de 1992, según los cuáles, los votantes latinos han aumentado de 8.778.000, en aquel entonces, a más de 28 millones este año, cuando sean alrededor del 13 % del electorado total del país. Por eso hay que tener muy en cuenta su influencia en estados con alta presencia de hispanos, como California, Texas, New York, Florida e Illinois. Ellos pueden ser la gran diferencia y decidir la votación, opina el profesor.

Sin embargo, hay una tarea que los demócratas deben impulsar, y es que los latinos se registren para votar, ya que mientras que en las comunidades hispanas solamente se registra el 58.7 % de las personas, entre los blancos el índice es de 75.7 % y algo parecido ocurre entre los afroamericanos. Además, los hispanos capacitados votan poco, solamente el 48 % lo hicieron en 2002.

Lo que sí es cierto es que nunca antes se habían visto posiciones tan distantes en el tema migratorio como en esta ocasión. Trump llega al límite de una xenofobia, mientras que Clinton refuerza la postura de tolerancia hacia los migrantes y promete ordenar el tema con la Reforma Migratoria Integral.

Los demócratas ya fueron influyentes en la última elección de Barack Obama, y las encuestas los ubican ahora con mayor fuerza y determinación hacia el lado demócrata.

Bargard concluye que, con base en los estudios realizados, se puede determinar que el voto Latino en las elecciones de Noviembre de 2016 será, como nunca, el factor crucial para detener la arremetida contra los derechos de los inmigrantes, encabezada por el Partido Republicano y sus organizaciones extremadamente fanáticas, y asegura que los latinos puueden marcar la diferencia, aun en lugares en donde su presencia no es tan significativa.

Las encuestas

A principios de julio, la encuesta CBS News/NYTimes daba un cerrado empate entre Clinton y Trump, 36 % a cada uno y 12 % al candidato del Partido Libertario —conservador, en formación—, Gary Johnson. Otras encuestas, en cambio, le daban en ese momento ventaja a Clinton, por cinco o más puntos porcentuales, como la de Reuters/Ipsos que apuntaba a un 42 %-33 %, la mayor ventaja reportada en los últimos dos meses a favor de la demócrata.

Al momento de las convenciones, las encuestas en general pronosticaban un empate, pero tras la confirmación de ambos como los candidatos de sus partidos, Fox News hizo una encuesta nacional que muestra a Clinton con 41 % de la intención de voto, y a Trump con 36 %. Interesante que Johnson mantiene un 10 %, por lo que algunos consideran que su eventual participación podría afectar más al magnate republicano.

El problema de las encuestas es que solo refleja la intención de los votantes a nivel nacional, pero hay que recordar que el sistema electoral de este país es sumamente complejo, porque la carrera presidencial no la gana quien más votos tiene, sino, más bien, quien logra conseguir más colegios electorales.

Cuando se buscan encuestas estatales, que son las que podrían pronosticar con mayor exactitud lo que ocurrirá el 1 de noviembre, vemos que nuevamente se muestra que la lucha será cerrada.

Otra vez Hillary muestra más potencial, porque con base en estudios, tendría casi asegurados 186 de los 270 votos electorales necesarios, contra 115 de Trump. 

Hay alrededor de 100 votos electorales en estados en donde ninguno de los candidatos tiene asegurada la victoria, entre ellos Florida, Michigan y Ohio, los tres son parte de los estados llamados pendulares, por los resultados electorales que han arrojado, sin clara tendencia hacia uno y otro partido.