- El apoyo del magisterio al STEG se ha reducido y solamente cerca de un 10 por ciento persiste en apoyar el paro de clases. Tres amparos ordenan a los maestros volver a las aulas.
- Mañana se cumplen cinco semanas de la huelga sindical. En marcha proceso administrativos contra maestros que no dan clases..
Hasta hace unos meses Joviel Acevedo se consideraba «intocable» y mantenía una controversial influencia en el sistema educativo. En cinco semanas de huelga y un pulso con las autoridades de ministerio de Educación, el escenario ha cambiado y de ser el poderoso acosador, pasa a ser señalado y su poder se diluye.
En medio de horas en una carpa en la Plaza Central y reuniones sobre un nuevo pacto colectivo en el ministerio de Educación (Mineduc), Acevedo ha logrado mantener latente una huelga magisterial, que sin embargo se encuentra bajo fuego por al menos tres resoluciones judiciales que ordenan a los maestros a volver a las aulas. El líder del STEG ignora las órdenes de los jueces.
Pero la fuerza del dirigente magisterial se ha erosionado en en estas cinco semanas. La paralización de labores afecta alrededor del 10 por ciento del magisterio, según declaraciones de la ministra Anabella Giracca, quien anticipa «medidas disciplinarias» para los maestros que no se reintegren a sus labores.
El movimiento que ha logrado Acevedo en esta ocasión no ha logrado la paralización de la mayoría de centros educativo y, según la ministra Giracca, poco más del 80% «están trabajando con bastante normalidad», aunque en algunos de ellos se reportan ausencias de maestros.
Hasta el momento se han levantado cerca de 6,500 actas a maestros por no presentarse a sus labores, lo que marca un proceso de sanciones que van desde la suspensión del pago por los días no laborados, hasta llegar al despido, cuando la situación y el proceso legal lo permita. «Todas nuestras acciones están apegadas en ley», dijo la titular del Mineduc en una entrevista en Emisoras Unidas esta mañana.
La huelga de maestros, que mañana cumple cinco semanas, y surgió en protesta contra el aumento decretado por el Gobierno del presidente Bernardo Arévalo del 5% para todo el magisterio, una cantidad superior a lo negociado por el STEG con el anterior gobierno, que fue del 3%.
Sin embargo, lo que aparentemente molestó a Acevedo fue que la Procuraduría General de la Nación (PGN) impugnó, por considerarlos inconstitucionales, siete artículos del pacto colectivo vigente, los cuáles le concedían al STEG injerencia en asuntos de la política educativa que debe dictar el ministerio.
El MP sin actuar
Hasta este jueves tres amparos de distintos tribunales han ordenado s maestros volver a sus labores y en uno de ellos ya se ha ordenado que el Ministerio Público (MP) intervenga y certifique lo conducente a quienes no acaten la orden de juez, pero hasta el momento el ente fiscal no ha intervenido en este conflicto, favoreciendo a STEG con esta actitud.
Una fuente de la fiscalía dice que «no será fácil la intervención del MP en este caso, porque hay muy buena relación entre el sindicato magisterial y la fiscal general, Consuelo Porras». La fuente pidió guardar el anonimato por temor a represalias.
Se sabe también que hay varias denuncias en poder del Mineduc, las cuáles se han hecho llegar a las autoridades por las presiones que muchos maestros reciben para mantenerse en la huelga. También se les exige a los maestros una cuota que sirve para mantener activo el movimiento.
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El tiempo contra Acevedo
El tiempo empieza a jugar en contra de Joviel Acevedo y el STEG. Un recorrido por la Plaza Central muestra que hay menos maestros cada semana, aunque algunos llegan «por turnos», como uno de ellos comentó. Además, Acevedo ve que la presión de las acciones administrativas pueden hacer que los maestros vuelvan a sus labores para no perder sus plazas, mientras que sigue la amenaza de una persecución judicial por persistir en la huelga.
Además, en las mesas de diálogo que se mantienen abierta con las autoridades del Mineduc la postura sindical se ha visto debilitada, por la actitud oficial de no ceder ante las presiones de Acevedo y la dirigencia sindical, que pretenden mantener el poder dentro del ministerio, como ha sucedido desde la época del presidente Álvaro Colom.
En efecto, desde entonces, el STEG ha tenido una importante cuota de poder en las administraciones de los presidentes Otto Pérez, Jimmy Morales y Alejandro Giammattei, los que negociaron incluso apoyo político del magisterio a cambio de prebendas y ceder espacios en el Mineduc.
«No veo un pulso político (con Joviel Acevedo). Nosotros estamos en una postura institucional. Desde el inicio de nuestro mandato, anunciamos que haríamos cambios de fondo. Hay estructuras de poder, de unos cuantos, que habían mantenido, por décadas, el control de la educación en el país», dijo en la entrevista esta mañana la ministra Giracca, quien anticipó que «no cederemos».
Acevedo es un dirigente sindical que ha mantenido el control del STEG durante las últimas dos décadas, y la mayoría de sus críticos le responsabilizan del estancamiento que se ha visto en la educación durante ese tiempo.
Guatemala es uno de los países con mayor rezago en materia educativa en Latinoamérica, y las políticas influenciadas por el dirigente sindical no han servido para mejorar el rumbo.
Giarcaa anuncia un cambio: «Nosotros llegamos aquí para transformar. Nosotros llegamos aquí para hacer las cosas diferente y sabemos que eso es duro, pero estamos avanzando y estamos intentando recuperar la educación y que la educación no siga funcionando con base en los intereses de unos pocos».