Montar una obra musical de calidad, con un elenco de 8 actores, 19 bailarines, 6 músicos, y 4 coristas, todos de un nivel sobresaliente, no es tarea fácil. Pues eso lo ha logrado Saravandah Producciones, con la obra Chicago, el famoso musical que se estrenó en 1975 en Broadway, Nueva York, y se ha presentado desde entonces con éxito en las principales capitales del mundo.
Pues bien, Chicago finalizó este fin de semana su exitosa temporada en el Teatro Lux –en la Sexta Avenida–, a donde el público ha acudido masivamente para comprobar el nivel de los artistas guatemaltecos. La obra representa muy bien el violento Chicago de los años 1920, y recrea con música y bailes lo que sucedía en la Ciudad de los Vientos en aquella época.
Excelente coreografía, música, escenografía y actuación. Algo digno de ver, porque poner en alto la calidad de los artistas e intérpretes guatemaltecos.
El elenco de actores está integrado por Leslie Maldonado, Enrique Argüello, Lucía Montepeque, en las principales inter-pretaciones; y por Tita Mendoza, Juan Pablo Rosales, Rochy Arce, Luis López y Fredy Alvarez.
Los bailarines son María Fernanda Brenes, Jennifer Carrera, Wendy Carrera, José Castillo, Gabriela de León, Sam de Paz, Larisa del Pozo, Víctor Ellington –el más destacado–, Karina Flores, Ximena García, Alejandra González, Sabrina Lamuño, Natalia Marsicovetere, Anna Martínez, Sofía Mazariegos, Kenny Méndez, Dany Ríos, Yossef Rivas y Patricia Rosemberg.
El director musical y pianista es Víctor Arriaza, acompañado por Rosse Aguilar (saxo), Fernando Martín (batería), Luis Pedro González (bajo), José Villagrán (trombón) y Jacobo Nitsch (trompeta).
Hay que reconocer que el teatro guatemalteco está mostrando un crecimiento extraordinario, porque cada vez hay más obras de calidad en cartelera. Siguen predominando las obras cómicas, pero la variedad ahora es mayor.
Chicago, la producción guatemalteca, viene a ser un poco de Broadway en Guatemala. El teatro nacional merece más apoyo para seguir desarrollándose.