Alerta por acoso sexual a menores en redes sociales

El acoso sexual a niños y adolescentes, por medio de plataformas digitales de comunicación, aumenta ante la falta de supervisión de los padres de familia y las facilidades que presentan a los agresores estas nuevas tecnologías. Las redes sociales son una ventana a un mundo al cual los menores de edad no están preparados para enfrentar, ocasionando que la situación en desventaja sea aprovechada por los depredadores sexuales.


El agresor sexual conoció a la niña de 13 años en el colegio, era amiga y compañera de estudios de su hija, la cual tenía la misma edad. El hombre de 36 años y con un hogar ya formado, era un depredador de adolescentes que utilizaba las redes sociales para entablar comunicación, atrapar y manipular a sus víctimas. Se ganó la amistad y la confianza de la menor de edad a través de conversaciones en el Messenger de Facebook. Luego vino la manipulación y poco después la violación sexual.

Desde hace dos meses el abusador de menores está en prisión preventiva y el caso está por llegar a la etapa intermedia.

El caso es conocido en la Fiscalía de Niñez y Adolescencia Víctima, del Ministerio Público (MP), que diariamente recibe de seis a ocho denuncias de delitos sexuales contra niños y adolescentes, de las cuales tres se originaron a través de las redes sociales: Facebook, Whatshap, Instagram, u otras. La Fiscalía funciona desde el pasado 1 de junio; aunque está por ser inaugurada oficialmente en las próximas semanas.

La solicitud de imágenes del cuerpo y de las partes íntimas de los niños y adolescentes para luego amenazarlos y extorsionarlos con dinero, es el delito más denunciado en el MP. La mayoría de los depredadores, un 80 por ciento, son hombres.

En otras ocasiones, lo que empieza como una plática aparentemente desinteresada e inocente en las redes sociales termina, como en el caso de la niña de 13 años, en una violación sexual o en el uso por parte del agresor de violencia física o sicológica para que los menores realicen actos con fines sexuales o eróticos.

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Estamos seguros de que vamos a juicio y esperamos una condena, dice Misael Torres Rodas, agente fiscal de la Agencia I de delitos sexuales contra la niñez y adolescencia, al referirse al caso del agresor sexual que está por llegar a fase intermedia. La pena máxima por violación, según el Código Penal, es de ocho años. Cuando la víctima es menor de 14, la pena se eleva en tres cuartas partes.

Entre las pruebas que posee la Fiscalía están las conversaciones en el Messenger de Facebook entre victimario y la víctima, en las cuales se evidencia la manera en que se dirigía hacia ella, qué era lo que le solicitaba, estrategias de manipulación y pláticas sexuales. Le decía que no le dijera su nombre, sino que se dirigiera a él como papi, y así le llamaba la niña, afirma Torres Rodas.

Delitos emergentes

El acoso y los delitos sexuales a través de las redes sociales son relativamente emergentes y aumentan cada día en el anonimato, ante el descuido de los padres de familia y la seguridad que brindan a los agresores los dispositivos tecnológicos que les permiten entablar conversaciones con sus potenciales víctimas sin que exista una presencia física.

Solicitar fotografías de índole sexual a través las plataformas digitales y luego utilizarlas para extorsionar, es una práctica criminal que crece cada vez más en el país.

Eso fue lo que le ocurrió a una niña de 12 años, y cuyo caso conoce la Fiscalía de Niñez y Adolescencia Víctima del MP. La menor de edad sostuvo una amistad con una persona, supuestamente mujer y de nombre Sara, quien se ganó su confianza a través de pláticas en el Messenger de Facebook. Luego le empezó a pedir fotografías de partes de su cuerpo y luego del cuerpo completo y desnudo.

Lado oscuro redes sociales

Cuando Sara tuvo las fotografías en su poder, amenazó a la niña con mostrarlas a todos sus contactos en las redes sociales y compartírselas a los compañeros de clase. Para no hacerlo, puso como condición el pago de Q3 mil.

En otros casos, cuando los depredadores de menores obtienen de estos imágenes con contenido erótico o pornográfico, los amenazan con hacerlas públicas si se niegan a continuar con el juego delictivo.

También se ha comprobado que las nuevas tecnologías de la información son utilizadas para la explotación sexual, corrupción y abuso de menores y hasta para distribución de pornografía infantil.

Entre preocupación y alerta

Gloria Castro, procuradora de la Niñez y Adolescencia de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), afirma que están altamente preocupados por la mala utilización de las redes sociales y de la tecnología moderna para abusar de niños y adolescentes.

También señala que los menores de edad muchas veces no se percatan de la situación en la cual se están involucrando. Muchas veces creen que están conversando en las redes sociales con otras personas de su edad, pero eso es totalmente falso, porque son adultos quienes están al otro lado del dispositivo electrónico.

Estas personas buscan a los menores que publican estados de ánimo de soledad, entablan comunicación con ellos, saben qué palabras decirles para engancharlos, dan una falsa confianza, y luego los manipulan, dice Castro.

Hay quienes no denuncian estos delitos. Sin embargo, Abner Paredes, defensor de la Juventud de la PDH, afirma que es importante no quedarse callado y notificar al MP, Policía Nacional Civil y Procuraduría, estos hechos.

Es necesario denunciar, porque detrás de una acción no sabemos cuántas personas más están siendo afectadas. Normalmente estas cosas no suceden al azar, hay personas que se dedican a esto. La denuncia sirve para prevenir y detectar al individuo que está cometiendo estas acciones, subraya Paredes.