Afición crema molesta: Castigo para Ángel González

El club Comunicaciones ha cambiado de manos durante las últimas tres décadas, hasta terminar en propiedad del magnate mexicano de la televisión Ángel González y González. En resultados no le ha ido mal al cuadro merengue, uno de los de mayor tradición y afición en el país, pero las denuncias de corrupción sobre los canales 3 y 7 parecen estar pasando una factura fuerte.


La afición crema es una de la más grandes del país. Sobrevivió a los vaivenes a los que sometió al club Roberto Arzú, entonces hijo del presidente de la República, Álvaro Arzú, pero sobrevino para la institución deportiva una crisis financiera que obligó a recurrir a un viejo amigo de ambos Arzú: el magnate de la televisión Remigio Ángel González y González, quien se convirtió así en dueño del Club.

Pero la situación ha cambiado desde el pasado mes de junio, cuando investigaciones del MP y la CICIG vincularon a los canales de González (3 y 7) con el caso Cooptación del Estado, por financiamiento ilícito de esos medios al Partido Patriota.  Pronto salieron a relucir todas las anomalías de las frecuencias de radio y televisión del empresario mexicano, y la afición principió a resentirse.

La situación ha tocado fondo en los últimos dos partidos del Club, primero frente a Cobán Imperial y luego contra Carchá. Al primero de los juegos en el Cementos Progreso no llegaron ni 100 aficionados, y el último juego reportó un ingreso inferior a 300 personas, las peores asistencias que se recuerden en la historia de Comunicaciones.

La nota curiosa es que los cremas están peleando por el liderato del torneo nacional, lo que demuestra que el castigo que está dando la acción no tiene relación con el momento deportivo, por más que los aficionados guatemaltecos han sufrido un nuevo desencanto por la eliminatoria de la Selección Nacional rumbo a Rusia 2018.

Por cierto, González también tiene relación con esa eliminación, ya que impuso  como entrenador del combinado nacional al argentino Iván Sopegno, quien dejó comprometida la eliminatoria con los pobres resultados que obtuvo. Su fuerza para imponer condiciones y contrataciones en la Fedefut derivaba de los contratos que sus televisoras firmaban con las autoridades, particularmente con Bryan Jiménez.

Al estilo de Televisa

La relación entre los Arzú y González no se crea por los intereses del Club. Desde que Álvaro Arzú era alcalde en su primer período (1986-1991), la televisión abierta le brindo todo su apoyo. Cuando llega a la presidencia Arzú, inmediatamente modifica la Ley de  frecuencias radioeléctricas y prohíbe que extranjeros operen radios y televisión.  Además, le da en concesión varias frecuencias.

Cuando Roberto Arzú se ve agobiado por las deudas en el Club, acude a González en Miami para venderle la idea de que siga el ejemplo de la televisión mexicana, ya que Televisa es propietaria de varios clubes, entre ellos el América, el más galardonado del vecino país.

Es así como el empresario mexicano acepta hacerse cargo de la institución y nombra a un amigo y cercano empresario mexicano, Pedro Portilla, para que sea el presidente del Club.

Desde entonces la nota más destacada ha sido la conquista del hexacampeonato entre 2012 y el Apertura 2015, pero desde entonces ha principiado un período de menor rendimiento y ahora la afición crema parece estar más dispuesta a castigarle, como también está ocurriendo con los canales de televisión, que registran índices menores de audiencia.

No se olvida aun que durante las manifestaciones en la Plaza Central en 2015, ya la ciudadanía había expresado malestar hacia los canales, porque no informaban de las denuncias de corrupción contra el Gobierno. En una ocasión, una unidad móvil de Canal 3 fue obligada a retirarse de la Plaza.

Por otra parte, hace algunas semanas circuló el rumor de que el Club podría ser intervenido por las investigaciones del Ministerio Público, pero hasta la fecha no se ha confirmado esta posibilidad. Si eso sucediera, el Club podría quedar desafiliado de FIFA y tendría problemas con la Federación respectiva.

La televisión abierta paga grandes cantidades  de dinero por derechos de transmisión de los partidos de la Liga Nacional –que nunca se hacen públicos, a diferencia de otros países–, una situación que también podría ser investigada por las autoridades, dado que la Comisión Normalizadora no lo ha realizado.

 

 

Así ha lucido en asistencia el estadio Cementos Progreso cuando juega Comunicaciones de local.