A usted, ¿le alcanza el sueldo?

En el 2014, un empleado de gobierno ganaba en promedio Q3,885; un trabajador de la iniciativa privada, Q2,315; un jornalero o peón, Q1,103, y la servidumbre del hogar, Q852.  Sin embargo, por la Canasta Básica Vital hay que pagar Q6,242.52, costo que solo el 10 por ciento de la población económicamente activa puede cubrir.

Estuardo Gasparico M.

Cada año, la comisión encargada de fijar el salario mínimo se ufana de que defiende los intereses de los trabajadores, al acordar incrementos de hasta 5 por ciento, mientras cada mes el Instituto Nacional de Estadística (INE) dice que casi no hay inflación. Sin embargo, los ingresos familiares cada vez alcanzan para comprar menos productos y servicios.

Durante el presente año, el salario mínimo para todos los trabajadores, agrícolas o no, es de Q2,644.36, y para los trabajadores de maquila es de Q2,450.81

Pero con esos montos no es posible adquirir ni los alimentos más esenciales que necesita una familia de 5 personas (Canasta Básica Alimentaria), que según el  INE, costaba Q3,420.90 en agosto.

En consecuencia, con esos ingresos tampoco es posible cubrir los Q6,242.52 que valía la Canasta Básica Vital, también el mes pasado, la que incluye alimentos, vivienda, vestuario, transporte, salud, educación, comunicaciones, bienes para el hogar y artículos diversos.

Si se toma en cuenta que para la mayoría de empleados estos ingresos se convierten en lo máximo que reciben cada mes (a menos que tengan la suerte de laborar en una empresa consciente que paga bien las horas extras y les brinda otros beneficios), será necesario que trabajen todos los adultos que forman parte de cada unidad familiar.  La pregunta es, ¿en qué tipo de actividad, para lograr los mayores ingresos posibles?

Los que más y los que menos ganan

Según el Ministerio de Trabajo y Previsión Social, en Guatemala existen dos categorías ocupacionales: los trabajadores asalariados (tienen un acuerdo formal o informal con una empresa y trabajan para ella a cambio de una remuneración en dinero o en especie) y los no asalariados (quienes no trabajan para nadie, sino que lo hacen por su cuenta o son patronos).

En el primer caso se hallan  los empleados del Gobierno, los de empresas privadas, los jornaleros o peones y los trabajadores de casa particular, cuyos rangos salariales promedio eran el año pasado de Q3,885, Q2,315, Q1,013 y Q852, respectivamente.

Entre los trabajadores estatales, destaca que el 16.2 por ciento ganaba hasta Q2,278; el 17.7 por ciento devengaba de Q2,279 a Q2,825; el 38.9 por ciento, de Q2,826 a Q4,150; el 16.1 por ciento, de Q4,151 a Q6,000, y el 11.2 por ciento, de Q6,001 en adelante.

En cuanto a las empresas privadas, el 28.3 por ciento gana entre Q851 y Q1,860; el 21.8 por ciento devenga de Q1,861 a Q2,483; el 29.2 por ciento, de Q2,484 a Q4,250, y solo el 7.1 por ciento cobra más de Q4,251 al mes.

Ahora bien, el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) también maneja una clasificación de ingresos laborales por actividad económica, la cual muestra que en la actualidad los empleados mejor remunerados son los que prestan sus servicios en el sector de minas y canteras (Q8,150.59 en promedio), seguidos de quienes trabajan en la generación eléctrica y la distribución de agua (Q7,019.20).  Sin embargo, estos afortunados son solamente el 0.04 por ciento y el 0.08 por ciento del 1.3 millones de trabajadores afiliados a esa institución.    

Por el contrario, quienes menos ingresos obtienen cada mes son quienes se dedican a la agricultura (incluida la agroindustria), ya que en promedio perciben Q2,448.27 cada mes, siendo el 11.9 de la población ocupada. A continuación están los empleados del sector construcción, quienes en promedio devengan Q3,040.48 mensuales, constituyendo el 1.2 por ciento de los trabajadores.

En el centro de estos rangos se hallan quienes laboran en la industria manufacturera (Q4,000.47 al mes), el comercio (Q4,073.94), el transporte y comunicaciones (Q4,398.52), y los servicios, incluidos los bancarios (Q3,996.86), actividades en las que se halla el grueso de los empleados de la iniciativa privada (85.5 por ciento) y a duras penas les alcanza para subsistir.