Warrios, de insignificantes a gloriosos

Durante 40 años —de 1975 a 2015— fueron un equipo del montón en la NBA, el año pasado finalmente brillaron con luz propia y esta temporada están escribiendo historia y pueden principiar una dinastía si repiten el título de la mano de Stephen Curry, genio desde la línea de tres puntos, pero un jugador que siempre da más.

George Anthony García

Los Ángeles – Los Warriors de Golden State pudieron tener en sus filas a Kobe Bryant o Steve Nash, pero los dejaron pasar porque no alcanzaron a ver su potencial, como sí lo hicieron otros clubes de la NBA. Eso explica, en parte, la razón por la que se convirtieron en un equipo del montón por tanto tiempo. Pero ya no es lo mismo, se han vuelto la franquicia de moda.

Superar la marca de 72-10 de los Bulls de Michael Jordan y Scottie Pippen, parecía un reto muy alto, luego de que el año pasado fijaran su mejor marca histórica en 67-15. Pero si el año pasado jugaron un baloncesto extraordinario, este año superaron todas las expectativas y, por supuesto, también aquella marca de la temporada 1995-1996.

Antes de ese triunfo histórico, que incluso aplaudió Jordan, la estrella y líder de este equipo, Stephen Curry, ya había alcanzado otra marca, al superar por primera vez en la historia los 300 lanzamientos de tres puntos efectivos en una temporada. La combinación parece perfecta, como la que había con aquellos Bulls  que se convirtieron en toda una dinastía dominando la NBA.

La noche del 13 de abril es ahora parte importante de la historia de la NBA. En esa misma jornada se retira uno de los más grandes del baloncesto, Bryant marcando 60 puntos, mientras que los Warriors ganaban con solvencia (125-104) a los Grizzlies de Memphis y alcanzaban una marca que nadie ha alcanzado hasta el momento: 73-9

La última nota destacada de esa noche maravillosa e histórica la puso nada menos que el propio Jordan, quien escribió en las redes sociales: Quiero felicitar a los Warriors por su increíble temporada. El deporte del baloncesto siempre está evolucionando, y los récords existen para que alguien los bata. Ha sido muy divertido verles jugar esta temporada, pero ahora estoy deseando ver lo que hacen en los playoffs.

En efecto, han principiado bien la temporada, pero de poco valdría esta marca histórica y todos los logros de Curry, si no se ponen el segundo anillo de campeones.

Adiós a la mediocridad

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Para los aficionados de los Warriors fueron décadas de frustración y la franquicia no respondía. En el sorteo anual de novatos, este club dejaba pasar a figuras que luego escribieron páginas importantes en otros clubes, como Kobe Bryant  o Steve Nash, por citar solo algunos. La lista de desatinos fue muy grande:

Después del campeonato de 1975, los errores gerenciales se hicieron notorios, porque principiaron los cambios de jugadores que iban a otros clubes en donde se volvían estrellas.

Así sucedió con el pivote Robert Parish, que fue cambiado a los Celtics de Boston, o cuando permitieron que Bernard King fuera a los Knicks. El extremo fue en la escogencia cuando estaban disponibles para ellos Bryant, Nash, y Jermaine O’Neal —ahora jugador de la plantilla—, y se prefirió a Todd Fuller.

Esos errores se pagan, y aquel campeón de 1975 mantuvo un proceso de declive que parecía no tener fin. Los años que se hacían más oscuros con marcas de 22-62 (1988) o 38-44 (2003) forman parte de un período en el que durante 12 años, ni siquiera lograron clasificar para los playoffs.

Es apenas en 2009 que hay un nuevo gerente, Larry Riley, quien escoge a Curry ¡en el séptimo turno de la primera ronda! Pero hacían falta otras piezas que llegaron luego, hablamos de jugadores de la talla de Klay Thompson, Draymond Green o Andre Iguodala, y el equipo terminó de tomar forma para la temporada 2012-2013, cuando llegaron hasta las semifinales de la postemporada, pero ya entonces había que poner atención en este club.

¡Campeones y más!

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La dinastía del Showtime de los ochenta marcó a los Lakers, el único club que ha tenido tres dinastías a lo largo de la historia de la NBA.

La temporada 2014-2015 ya resultó ser de ensueño para Golden State, y Curry principió a ser el foco de atención de la prensa, muchas veces por delante de nombres como Bryant o Lebron James.  La máquina no solo funcionaba bien, sino que ganaba a sus rivales, muchas veces con demasiada facilidad.

Perder solamente 15 partidos no es simplemente bueno, es una temporada excelente. Además de la marca 67-17, los Warriors pasaron en postemporada sobre New Orleans (4-0), Memphis (4-2) y Houston (4-1), antes de ganar la final a los Cavaliers de Cleveland (4-2), que eran los favoritos en las apuestas.

Este año la situación es diferente.  Los grandes favoritos son los de Golden State, porque están jugando un baloncesto de ensueño. Curry y compañía han pasado encima de todos sus rivales en la temporada, y así lo demuestran las estadísticas.

Algunos califican de revolución lo que los Warriors están haciendo: más de 1.000 triples por primera vez en una temporada, 34 triunfos jugando fuera de casa y ninguna vez han perdido dos juegos seguidos, algo que nadie ha logrado jamás.

Se habla mucho de los Warriors de Curry, pero habría que decir que también lo son de Thompson — 276 triples este año—, de Draymond Green, y no hay que dejar de mencionar que han estado bajo las órdenes de Steve Kerr, quien se ha convertido en todo un estratega

Suficiente para la polémica

Por supuesto que la prensa especializada de Estados Unidos se ha enfocado ya en hacer comparaciones entre aquellos gloriosos Bulls y estos florecientes Warriors. Hay que partir de que las comparaciones no son buenas, sobre todo, a mitad de camino. Eso parece ser lo que está ocurriendo.

Los Bulls de Jordan alcanzaron el nivel de dinastía, porque fueron dominantes por un largo período, como lo han logrado algunos clubes en épocas específicas. Eso no ocurre aún con Golden State, Curry y compañía, que todavía tienen que demostrar hasta donde son capaces de llegar. Su reto inmediato, el segundo anillo consecutivo.

El que siempre ha estado dispuesto a salir al encuentro de las polémicas, sobre qué equipo ganaría entre aquellos Bulls y estos Warriors, es Pippen, el eficaz compañero de Jordan, quien asegura con toda confianza que en una serie de final de la NBA, los Bulls barrerían a los Wariors 4-0, y fue más contundente aún al explicar que yo sería el encargado de secar a Sthepen Curry y Michael (Jordan),  haría lo mismo con Klay Thompson. Por mi altura podría marcar bien a Curry y lo dejaría por debajo de los 20 puntos, sentenció el retirado jugador.

En cambio su excompañero de equipo en aquel entonces y hoy entrenador de los Warriors, el pequeñín Kerr, solo sonríe cuando le preguntan, y dice que no es fácil responder, porque no sé exactamente que pasaría, pero solo puedo anticipar que unos podrían ganar algunos juegos, y los otros también.

Las dinastías

Por más que algunos puedan opinar diferente, a estos Warrios les falta mucho recorrido para saber si entrarán en la categoría de dinastía. Veamos lo que han hecho las cinco dinastías que son reconocidas por todos hasta el día de hoy.

LAKERS, TRILOGIA PERFECTA: La franquicia de Los Ángeles quería repetir viejas glorias, y logran unir una trilogía capaz de muchas cosas. Para dirigir un equipo fuera de serie, se llamó a un entrenador igual, el Zen Master del baloncesto: Phil Jackson, y a sus órdenes tenía a dos súper estrellas, como Kobe Bryant y Shaquille O’aron cincoa mayoría de generacioeisaron cincoa mayoría de generacioeisNeal, la trilogía perfecta. Ellos ganaron las finales de 2000, 2001, 2002 y perdieron la de 2004.

Eran tan perfectos que, al perder aquella final, se creó un caos y salieron Shaq y Phil para poner fin también a los sueños de mayor grandeza. Hubo cambios y Jackson aun volvió, para sumar en total 10 años con siete finales, cinco títulos. La última dinastía que se ha visto.

BULLS Y JORDAN, ESPECTACULO TOTAL: Dominio absoluto de la NBA en la década de los 90, es decir, finales del siglo XX. Para Jackson, dirigir a jugadores de la talla de los mencionados Jordan y Pippen, así como Dennis Rodman, el propio Kerr y otras luminarias, no significaba más que saber mover las mejores piezas en la duela. Fueron seis títulos, pero pudieron ser ocho si Jordan no decide un retiro prematuro.  Fueron los inolvidables Bulls de Chicago, el mejor equipo de baloncesto que la mayoría de generaciones de esta época pueda recordar.

LAKER SHOWTIME DE LOS 80: Se debe reconocer que la franquicia de las dinastías por excelencia son los Lakers.  En los años 80 lograron cinco títulos de la mano de Pat Riley como entrenador y jugadores de la talla —y vaya talla— de Magic Jhonson y Kareem Abdul-Jabar.  Su carrera de éxitos pudo seguir mucho tiempo, si no hubiera sido porque aparecieron esos Bulls de ensueño.

LOS MITICOS CELTICS: Hoy en día hay que ser de otro planeta para ganar 11 títulos en 13 temporadas de la NBA. Pues eso fue lo que hicieron aquellos legendarios Celtics de Boston entre 1957 y 1969. La figura principal fue Bill Russell, quien incluso en una etapa llegó a ser entrenador y jugador. Nadie ha podido repetir tantos éxitos en una dinastía. Era la dinastía Russel.

LAKERS, LA PRIMERA DINASTIA: Estos no eran de Los Ángeles, porque estaban en Minneapolis, pero dirigidos por John Kundla, y como líder en la duela a George Mikan, lograron cinco títulos en seis temporadas, y son el primer equipo que logra el threepeat —tres títulos continuos—.

Como puede apreciarse en esta lista de las dinastías reconocidas, para ser considerados como tal, los Warriors deben ganar este año y al menos el siguiente. Entonces podrían ser la sexta dinastía.