Aumenta la cinematografía nacional

Hace 101 años que se da la primera producción cinematográfica nacional, y,  a la fecha, son cientos de largometrajes, cortometrajes y documentales los que tienen la etiqueta chapina. Importantes y abnegados productores han logrado mantener en pie una industria que no alcanza altos vuelos, pero sí reconocimientos internacionales.

Redacción de Crónica Cultura

No había transcurrido ni una década desde el estreno mundial en París del primer cinematógrafo, cuando la familia Valenti trajo el primer proyector a Guatemala, y poco tiempo después, Carlos Valenti presentó el cortometraje Las fiestas de Minerva en Guatemala. Era 1905, y principiaba así la historia del cine en el país.

Un recorrido por este siglo de producciones nacionales, muestra que se han dado diferentes etapas, cada una marcada por los momentos históricos que se vivían. En la actualidad se puede decir que hay un boom en la cinematografía nacional, enfocada principalmente en temas de denuncia, el conflicto armado interno, la marginación indígena y las violaciones a los derechos humanos.

Recorrido en el tiempo

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Una escena de la película Doña Amelia, una historia sobre la ciudad de Guatemala.

Luego de la producción de Valenti, y durante la primera mitad del siglo XX, se observa el surgimiento de algunos directores importantes, que se enfocaron casi siempre en documentales y cortometrajes con mensajes políticos. Es Gerardo Gordillo Barrios, el primero en incursionar en los largometrajes, con el filme Manifestación Cívica 26/10/44. Buena parte de su producción se enfocó en destacar los progresos del gobierno del presidente Juan José Arévalo.

Antes del gobierno revolucionario, el dictador Jorge Ubico también aprovechó el surgimiento de esta industria para destacar sus obras y filosofía política.

Entre los títulos más destacados, en ese período de despegue del cine guatemalteco, se pueden mencionar los dos primeros filmes de ficción, El agente No. 13 (1913), y El hijo del Patrón (1915),  esta última tuvo una saga, El hijo del Patrón 2 (1929), ambos dirigidos por Adolfo Herbruger.

La segunda mitad del siglo principia con buenas noticias para el cine nacional. El director y productor Guillermo Andreu Corzo presenta el primer largometraje sonoro, bajo el título El Sombrerón. Esta película permite, por primera vez, escuchar el estilo de hablar y acento guatemalteco, así como el fondo musical de marimba, lo que le da un toque nacionalista muy especial.

Para ese entonces, Guatemala tenía un desarrollo cinematográfico más avanzado que el de los países vecinos, no así de México, a donde principiaban a viajar los cineastas nacionales, ya sea para incursionar en la industria mexicana o para tomar experiencia y volver al país a seguir sus carreras.

Tres nombres de cineastas destacan entre 1950 y 1960: los directores y actores Marcel Reichenbach, Rafael Lanuza y Eduardo Fleischmann. El primero se dedicó más a la producción de corto metrajes, mientras que Lanuza incursionó en películas de ficción con bastante éxito y se mantuvo vigente hasta la década de los ochenta. Su nombre debe ser considerado como uno de los más importantes en la historia del cine guatemalteco.

Se podría decir que luego hubo una especie de bache en la producción cinematográfica nacional, no porque ya hubiera más películas y documentales, sino porque bajaron en cantidad y calidad.

Primer Reconocimiento internacional

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Hay un punto de referencia en el crecimiento del cine nacional. En 1994 Luis Argueta presenta El silencio de Neto, un largometraje que logró los primeros premios y reconocimientos internacionales para una película nacional. Esta película de ficción es sobre las vivencias de Neto, un niño de 12 años, en los meses que siguieron a la caída del entonces presidente Jacobo Árbenz.

El gran impacto de esta película fue que se presentó con éxito en el país, pero no sin antes haber ganado varios premios internacionales, entre ellos:

Mejor ópera Prima en el Festival Latinoamericano en Nueva Inglaterra.

Mejor filme en el Festival Latino de     Nueva York.

Premio especial del Jurado en el Festival de Biarritz.

El Quijote, en el Festival de Huelva.

Lo importante es que estos reconocimientos produjeron expectativas en las nuevas generaciones de cineastas, que comprobaron que los trabajos bien realizados generaban el interés del público. En los últimos años hubo otra película con varios premios internacionales: Gasolina de Julio Hernández, el más importante de ellos es el de Mejor Película Latinoamericana en el Festival de San Sebastián, España (2008).

La más galardonada

Para cerrar con broche de oro este recorrido histórico por el cine guatemalteco, se puede decir que la reciente producción Ixcanul, ha demostrado el alto nivel técnico y de actuación que se puede lograr en el medio nacional.

En total ha sumado 12 premios internacional como mejor película o por actuación, lo que ha proyectado a María Mercedes Coroy como la actriz nacional más galardonada.

La película fue dirigida por Jayro Bustamante, y la historia gira en torno a la vida de María, su matrimonio arreglado familiarmente y su trabajo en una finca cafetera del país. Entre los premios más destacados se pueden citar los siguientes:

Oso de Plata, en Festival de Cine de Berlín.

Mejor Película, Festivales de Guadalajara; Cartagena, Armenia, Noruega, Bélgica, Filadelfia (EE. UU.) y Ucrania.

Mejor Actriz Internacional, Festivales de Montreal y Eslovaquia.

La calidad y cantidad de producciones nacionales ha sido significativa desde el inicio del siglo XXI, al extremo de que en la actualidad se producen entre cinco y 14 películas por año —el de mayor producción ha sido el 2010—, y cada vez se puede apreciar que hay mejores direcciones, actuaciones y producción, en general.

De actor a Presidente

Nito y Neto
Películas como El Silencio del Neto, Ixcanul y producciones de los hermanos Jimmy y Sammy Morales,  son parte de un legado de las distintas facetas del cine guatemalteco.

Una de las particularidades del cine guatemalteco es que un actor cómico, con bastante recorrido fílmico, ha llegado a la presidencia de la República. Se trata de Jimmy Morales, uno de los principales protagonistas en las películas de la productora Corporación Moralejas.

Inicialmente, los hermanos Morales Jimmy y Sammy— se dedicaron exclusivamente a producir programas para la televisión abierta del país, pero pronto incursionaron también con relativo éxito en las películas de largometraje, entre las que destaca la realizada en 2010, bajo el título de Gerardi.

En la actualidad se concluye la edición y producción de un largometraje que principió a filmar el hoy Presidente, pero se ha terminado sin su participación, por razones evidentes.

Así presenta sus películas la productora Moralejas.