ENFOQUE: Thelma Aldana y Consuelo Porras

Gonzalo Marroquín Godoy

En Brasil, las fuerzas políticas vienen librando una feroz batalla para impedir que avancen las investigaciones sobre la mega corrupción descubierta a partir del caso conocido como “Lavado de autos”, del cual se han desprendido gran cantidad de escándalos de corrupción, incluso los que tienen en la cárcel al expresidente Lula da Silva y el famoso Odebrecht.

Por supuesto que los políticos se declaran inocentes. Lula pretende incluso volverse a postular a la Presidencia. Lo importante en aquel país sudamericano es que hay personajes que han resultado inquebrantables y han aceptado el reto y la oportunidad que se les presenta de contribuir a que el país cambie y mejore. La corrupción ha tenido tomado el país a partir de las estructuras de poder político, controlando también la justicia, claro.

Cambio en el Ministerio Público no debiera significar el fin de la lucha contra la corrupción y la impunidad en Guatemala.

Por cierto, es más que recomendable la serie de Netflix “O Mecanismo” (el mecanismo), que desnuda crudamente la realidad que se ha vivido en Brasil. Lo interesante de la serie es que muestra gigantescas similitudes con lo que estamos viviendo en Guatemala.

Uno de los puntos medulares en todos estos casos –los de Brasil y Guatemala–, es que para avanzar en las investigaciones, para enfrentarse a ese inmenso poder que tiene la clase política, se requiere de dos características indispensables en los operadores de justicia: independencia y voluntad de hacer prevalecer la ley.

La nota más relevante de la semana que está por terminar se dio el pasado jueves, cuando se produjo el cambio de Fiscal General y Jefe del Ministerio Público (MP). Se fue Thelma Aldana y ha llegado Consuelo Porras. Por cierto cabe destacar que en los tres últimos procesos de elección de Fiscal General han sido nombradas tres abogadas, lo que habla muy bien de las mujeres en este campo.

Cuando Thelma Aldana asumió en 2014 no había demasiadas expectativas sobre ella, pero tras cuatro años de labores demostró tener –abundantemente– las dos características necesarias para el cargo y un temple especial para soportar las presiones e incluso ataques que ha recibido –y seguramente seguirá recibiendo–porque hay que tomar en cuenta que se atrevió a tocar las teclas más sensibles de los grupos de poder.

En una guerra como la que libran la CICIG y el MP contra fuerzas oscurantistas, no todo lo que se hace sale perfecto. A algunos no les gustan las conferencias de prensa, otros hablan del abuso de la prisión preventiva, cuando podría haber medida sustitutiva, pero en términos generales el resultado ha sido el que el país necesita.

Sin las conferencias de prensa –que transmiten transparencia y dan la información necesaria a la que la población tiene derecho–, posiblemente no se hubieran logrado los avances que –con dificultades– se han alcanzado.

Esta actitud de independencia y determinación de Aldana le ha valido también múltiples reconocimientos internacionales –lamentablemente, menos nacionales–, entre ellos, ser incluida en la lista anual de “Las 100 personas más influyentes del mundo” por parte de la prestigiada revista Times, honor que ningún presidente guatemalteco ha tenido jamás.

Las fuerzas oscuras de la clase política no la doblegaron, como tampoco al comisionado de la CICIG, Iván Velásquez, incluso ni siquiera cuando el presidente Jimmy Morales y el fallecido alcalde capitalino Álvaro Arzú, se pusieron al frente del esfuerzo de estos sectores para impedir los avances de la justicia contra la corrupción.

No hay que olvidar que la corrupción es un cáncer que hunde a cualquier país.

Ahora le corresponde el turno a Consuelo Porras. Encuentra un MP muy diferente. Si bien la persecución penal de los delitos comunes –especialmente las extorsiones– han sido atacados fuertemente en los últimos dos años, hay que reconocer que la fachada más visible de la institución es la de la lucha contra la corrupción.

Sus primeras declaraciones son verdaderamente alentadoras. Ha manifestado que seguirá trabajando con la CICIG en el tema contra la corrupción, que tendrá una gestión de “puertas abiertas” con la prensa y que tiene un compromiso con el cumplimiento de la Ley.

Obviamente muy pronto principiará a tener presión de grupos interesados y será a partir de entonces cuando muestre lo que se podrá esperar de ella.

En Brasil el juez Moro y los fiscales del caso “Lavado de autos” siguen librando batalla tras batalla. Aquí, son los Velásquez, juez Gálvez y ahora la Fiscal Porras, quienes pueden lograr que lleguen los cambios que a la clase política no le convienen ¡pero al país sí!. En sus manos –y en las de muchos más alrededor de ellos–, está el futuro de Guatemala.