Una «marca país» que no refleja lo que es Guatemala

Somos un país de inmensos contrastes.  Tenemos un pasado y belleza natural para hacer sentir orgulloso a cualquier guatemalteco, pero eso solo es un lado de la moneda.

Gonzalo Marroquín Godoy

El lago de Atitlán, la cadena montañosa de los Cuchumatanes, Semuc Champey, la laguna de Lachuá, Río Dulce y el Cráter Azul, son apenas algunos de los lugares con extraordinaria belleza natural que tiene Guatemala; Tikal, Kaminal Juyú, El Mirador, Quiriguá y Yaxá, son parte de una riqueza arqueológica inmensa que muestra nuestras raíces mayas.

A eso se puede sumar el tesoro que nuestro país posee en su folklore y artesanías, así como los vestigios culturales de la época colonial, entre los que destaca Antigua Guatemala con sus ruinas y tradiciones religiosas.

¿Quién puede no sentirse orgulloso de todo esto? No es difícil vender un destino turístico como ese.

Sin embargo, cuando se habla de una marca país, es algo mucho más amplio que diseñar un logo acompañado de una frase o eslogan inspirador y una producción de video que muestra todas esas cosas lindas que el país tiene.  De hecho, eso es lo que se ha venido haciendo por parte del Inguat en diversas administraciones.

Cuando se lleva a cabo un trabajo para construir una marca país, se toman en cuenta los aspectos turísticos, pero también aquello que pueda considerar como valores nacionales, la imagen que se pueda tener en el extranjero y la realidad social y política, entre los factores más destacados.

La marca país, no sirve únicamente para promocionar el turismo, sino también debe promover la inversión y mejorar la reputación nacional.

Guatemala es un país de enormes contrastes.  Por un lado, tenemos esos activos mencionados antes, pero por otro, existe una triste realidad que hace que la balanza no se incline hacia el lado de lo bello y valioso.

Somos uno de los países que tiene mayor migración hacia Estados Unidos en el continente; Tenemos el vergonzoso primer lugar en desnutrición infantil crónica; nos enorgullece nuestro pasado maya, pero el sector indígena sigue siendo el más marginado y explotado de la población.

Por cierto, para esta nueva promoción se utilizará dinero que estaba destinado a combatir la desnutrición: ¡Vergonzoso y contradictorio!

Los valores democráticos que otros países como Costa Rica explotan en su marca país, brillan aquí por su ausencia y, por lo tanto, no se pueden vender hacia el exterior.  De hecho, en los últimos gobiernos se ha visto un deterioro en la mayoría de aspectos de la vida nacional.

Costa Rica tiene menos bellezas naturales, no cuenta con grandes centros arqueológicos, ni compite en folklore y artesanías, pero capta mucho más turismo que nosotros.  Ellos venden un país en donde se respira democracia, con suficiente belleza para disfrutar y un pueblo que vive en condiciones sociales dignas.

Por un excelente trabajo periodístico del colega Juan Diego Godoy me enteré que los ticos invirtieron US$650 mil dólares por desarrollar su marca país, mientras que nuestras autoridades pagaron US$875 mil, con el agregado que ellos tendrán mejores resultados, porque venden lo turístico con los valores democráticos.

Además, en el campo turístico, donde tenemos muchas fortalezas, también hay innumerables debilidades, como son la falta de infraestructura, la inseguridad y falta de una política pública en materia de desarrollo para este importante sector.

Si un turista tiene que ir a algunos de los pueblos alrededor de Atitlán, debe transitar por pésimas carreteras –la corrupción se lleva gran parte del presupuesto que se destina a ellas–, y lo mismo sucede si quiere visitar las ruinas de Yaxá. Estos son solamente ejemplos, pero hay muchos otros factores que hacen que toda la promoción que se haga se diluya.

No hay que olvidar que ni siquiera contamos con un aeropuerto que sea amigable con los turistas, al extremo de que ni los baños limpian.  En fin, no creo que tenga sustento la frase Guatemala asombrosa e imparable.  Asombrosa sí, pero de imparable no tenemos nada, por el momento.  Estamos estancados –o en franco retroceso– en casi todas las áreas: estado de derecho, transparencia, institucionalidad, desarrollo integral, salud, educación, infraestructura.

En la construcción de una marca país cuenta mucho la percepción que se tenga del país en el extranjero.

¿Qué noticias de Guatemala son las que más se ven en el exterior?: la muerte de decenas de migrantes en trágicos accidentes en su trayecto al sueño americano; la inclusión de altos funcionarios en la Lista Engel calificados como corruptos y antidemocráticos; la persecución político-judicial contra operadores de justicia que han luchado contra la corrupción; la captura del periodista que más denuncia la corrupción –José Rubén Zamora–, la falta de independencia entre los poderes del Estado… en fin, se habla de nuestro país más por los desastres sociopolíticos que por los activos turísticos.

Mientras todo esto siga sucediendo, mientras la pobreza no se combata, la corrupción y la impunidad imperen y el oficialismo promueva la confrontación, la marca país dará pobres resultados.