Un potente tifón golpeó el centro de Filipinas el jueves, y obligó a llevar a cabo arriesgadas evacuaciones de decenas de miles de personas confinadas en sus casas por la pandemia del coronavirus.
Al menos 200,000 personas viven en las zonas costeras y en viviendas precarias en la provincia cerca de donde tocó tierra el tifón Vongfong con vientos huracanados y fuertes lluvias.
Decenas de millones viven a lo largo del recorrido que supuestamente seguirá el tifón, que podría pasar cerca de la capital, Manila.
Debido a la tormenta y al coronavirus, los centros de evacuación en el centro del archipiélago solo pueden albergar a la mitad de las personas que podrían recibir habitualmente. Y los evacuados tendrán que llevar mascarillas.
Con la avalancha de personas y el poco espacio disponible, las autoridades han tenido que pedir a 47 grandes iglesias de la zona que alberguen a las personas que huyen del tifón, el primero de la temporada.
«Vamos a estar saturados así que estamos ampliando nuestro dispositivo de evacuación incluyendo iglesias», dijo Cedric Daep, jefe del servicio de desastres en la provincia central de Albay.
Vongfong está trayendo ráfagas de 190 km/h y lluvias torrenciales que pueden causar inundaciones y corrimientos de tierra, advirtió la agencia nacional de meteorología.
Las zonas afectadas por el tifón se encuentran en diversos niveles de cuarentena.
Filipinas registró 772 fallecimientos y 11,618 casos de contagio de covid-19, aunque se teme que en realidad estas cifras sean muy superiores debido a la falta de tests de diagnóstico.