Un país lleno de emprendedores

Ante la falta de un entorno económico que genere suficiente empleo para ocupar a 200 mil trabajadores cada año, un 42 por ciento de los guatemaltecos en edad productiva se lanza a la aventura de emprender un negocio. La mayoría lo hace por necesidad, más que por aprovechar una oportunidad, pero muchos logran el éxito.

Estuardo Gasparico M.

En el año 2000 existía un pequeño restaurante de nombre Expresso Café, en el que se servían pasteles, galletas, sandwiches, café y refrescos.

Aunque tenía menos de 15 años, Karina Koper ayudaba a cocinar el menú del pequeño negocio familiar y, con el tiempo, ella y sus compañeras de colegio crearon varios productos que ofrecían a los clientes.

Contra todo pronóstico, tuvieron éxito, por lo que nació la intención de abrir un restaurante, lo que fue posible hasta en el 2003, con el nombre Café Gitane.

Doce años después, Karina ha abierto 38 de estas minitiendas-cafetería, dándole empleo a unas 200 personas, por lo que delegó la gerencia a su padre y hermana para abrir los nuevos Myogourt y Mylife, restaurantes con especialidad en comida saludable, ensaladas, vitaminas y suplementos alimenticios.

Otro ejemplo es el de Guillermo Monzón, quien asistió a un curso de Empresarios Juveniles, en 1990, y ahí surgió su inquietud por ser empresario. El sueño se vio hecho realidad cuando en 1996 fundó Dimegsa, una compañía dedicada al control de plagas y servicios de fumigación, cuyo valor agregado es la utilización de químicos que no son nocivos para animales ni plantas.

Por lo tanto, combate insectos y roedores que atacan los granos y otros productos almacenados, da tratamientos contra polillas y termitas, aplica métodos de control de vida silvestre y ofrece control de malezas.

Como actividad adicional, presta servicio de inspección canina, para detectar la chinche de cama y otros parásitos, por lo que actualmente cuenta con dos establecimientos en la ciudad capital y otro en San Salvador, El Salvador, empleando a un total de 88 personas.

Contra los obstáculos

En todo el mundo, el emprendedor, como propietario, productor y consumidor de recursos, trata de alcanzar sus fines dentro de un marco de restricciones impuestas por el ambiente que le rodea; pero los guatemaltecos tienen inserto un gen que le permite salir a la calle y realizar una distribución y asignación de recursos lo mejor posible, en comparación con naciones que tienen las mismas características socioeconómicas.

Tal afirmación se desprende del Global Entrepeneurship Monitor (GEM), que es el esfuerzo de investigación sobre emprendimiento más grande a nivel mundial, el cual describe las actitudes, actividades y aspiraciones del emprendedor.

En Guatemala se generan 20 mil empleos formales cada año y se gradúan en promedio 200 mil estudiantes del nivel diversificado, por lo que la mayoría de los emprendimientos son por necesidad, no por una oportunidad pura.

De ahí, que el emprendedor guatemalteco sea joven (el 55 por ciento tiene entre 18 y 34 años de edad), pero su nivel de educación es bajo, ya que solo el 52.9 por ciento de la población ha completado el nivel  básico y el 25.7 por ciento ha terminado el diversificado.

Por otro lado, el rostro femenino está presente, porque el 53 por ciento de los emprendedores son mujeres, tendencia que se observa en toda Latinoamérica.

El GEM también señala que el 65 por ciento de los emprendimientos son negocios orientados al consumo, 31 por ciento a transformación, 3 por ciento a servicios y 1 por ciento a actividades extractivas.

Esto indica que, con el poco capital que tiene, el guatemalteco decide emprender un negocio relacionado con el consumo, porque este requiere menor número de habilidades técnicas para producir, pero menos capital: la mayor parte de los negocios iniciales se encuentran en el rango de Q1 mil y Q5 mil de inversión.

Ello ocasiona que estas pequeñas empresas no generen las utilidades suficientes para subsistir y, mucho menos para crecer, pues no puede cubrir el salario mínimo de un empleado. Por lo tanto, los negocios nuevos que logran sobrevivir 42 meses, son solamente el 3.1 por ciento.

Las principales razones del cierre, son la falta de rentabilidad (25 por ciento); motivos  personales (23 por ciento); inseguridad y otros (17 por ciento); otro trabajo u oportunidad de negocio (16 por ciento) y problemas de financiamiento (8 por ciento).