Un obispo mormón rompe secreto de confesión para denunciar a violador

 Buenos Aires, Argentina | AFP |

Un hombre confesó ante un sacerdote haber violado a una niña de 13 años y el religioso decidió revelar el secreto de confesión para evitar un nuevo abuso, lo que fue avalado por la justicia, informó la prensa argentina este miércoles.

La defensa del acusado buscó anular la causa penal apelando al secreto de confesión, pero hace unos días la Cámara Nacional en lo Criminal entendió que el religioso rompió su voto en forma justificada por el riesgo potencial para la niña, hija de su pareja y con la que convivía.

Se trata de un obispo mormón de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días de la capital argentina.

Al igual que los sacerdotes y obispos católicos, los mormones tienen el secreto de confesión entre sus dogmas. En este caso se hizo la excepción por el peligro que corría la víctima.

El caso se remonta a seis años atrás, cuando el hombre confesó al religioso haber abusado sexualmente dos veces de la niña, por lo que el religioso decidió contárselo a la madre, también feligresa de su iglesia.

La pareja concurría habitualmente a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, ubicada en el barrio porteño de Vélez Sarsfield, y vivieron una situación de violencia de género. La mujer denunció el caso y la niña confirmó los abusos. El sujeto huyó a Paraguay donde finalmente fue arrestado y ahora espera su extradición.

Los juzgadores entendieron que el sacerdote actuó movido «por una causa justa».  Los magistrados Mariano Scotto y Mauro Divito, explicaron  que no se estableció si la iglesia de Jesucristo forma parte de un culto admitido pero que por los dichos del obispo se trata de un credo en el que rige la intimidad de la confesión. No obstante, la avalaron para la causa penal.

«Las particulares circunstancias de este caso, en el que la revelación no sólo importó dar a conocer a la madre de la víctima los dos hechos delictivos pasados sino, principalmente, alertarla acerca de su presumible reiteración en un futuro inmediato, permiten estimar que -al menos en principio- se verificó la ´justa causa´ que contempla la ley, con mayor razón al ponderar que la afectada resultaba ser una menor de edad y que, por su situación de convivencia con el imputado, el riesgo de nuevos ataques a su integridad sexual podía considerarse inminente», sostuvieron los camaristas.

Los magistrados explicaron que el Código Penal establece como delito la difusión de un hecho amparado por un secreto cuando es sin causa justa.  Para el tribunal, la violación de la confesión está justificada: «El inminente peligro que, en el momento en que se produjo tal revelación, podía advertirse para la integridad sexual de la menor damnificada, conduce a convalidar lo actuado, en tanto impide considerar, al menos en el estricto marco del planteo aquí tratado, que el conocimiento de los hechos por parte de la denunciante hubiera sido obtenido mediante un delito»