Un Nuevo Rincón Español

Nuestros paladares mantienen aún apegado el buen sabor de la comida española. Hemos visto que en los últimos años las comidas latinoamericanas han despegado y se han posicionado como una de las mejores comidas del mundo, pero el viejo mundo y la madre patria, nos llaman para recordarnos los buenos sabores que se mantienen en esas culturas centenarias. Y España definitivamente tiene lo suyo.

Ahora en Guatemala, contamos con un especio romántico, moderno, juvenil y llamativo. Con una decoración adecuada para el comensal que desea compartir un agradable momento con amistades o con su pareja.

Se trata de Filemón. Ubicado en el Centro Comercial La Estación en la zona 10 capitalina. Su diseño arquitectónico, muestra el restaurante como si estuviera en un muelle, atravesando el canal para llegar a él.

Al llegar se puede observar al host esperando para servirle a los clientes, tanto la mejor ubicación, como la cantidad de comensales adecuado a su reserva. Hay dos ambientes, uno dentro del restaurante y el otro en la pérgola. En este último fue escogida la reserva para la ocasión.

Entra en acción la primera actriz, nuestra anfitriona, de nacionalidad cubana y con experiencia alimentaria española.  De nombre Belkis, muy original, aunque común en su tierra. Es una carta muy importante para mantener en la jugada con un buen servicio y atención personalizada.

Una vez acomodados en nuestra mesa, tuvimos una adecuada asistencia de nuestra mesera, Teresa, quien amablemente explicó los platillos. Nuestra primera opción, una entrada de nacionalidad española por excelencia. Desde pequeño las croquetas han sido de mis entradas favoritas para compartir.

Croquetas de jamón serrano, acompañadas de dos salsas, una a base de hierbas <salsa Alioli> y otra a base de pimento <salsa Brava>. Un punto de mejora, un poco más crocante en boca y en tacto. Son fabricadas desde cero en la cocina del restaurante.

Con un sabor desbordante en el paladar; desde la primera mordida, se logra sentir su sabor inconfundible. En boca y vista muy ricas, un platillo sugerible a pedir nuevamente. El plato consta de ocho croquetas, adecuadas para dos o tres personas como una pequeña entrada. Buena temperatura, y buen relleno.

También se probó una ensalada de tomates, combinación de verdes y rojos con un sabor muy especial de hierbas y aceite de oliva.

A los tres minutos de habernos terminado las croquetas se vuelve acercar Teresa, muy buen tiempo para solicitar los siguientes platos fuertes.

  • Róbalo a la plancha en Tapenade español.  Con una muy buena presentación y un sabor bastante bueno. Su consistencia en el paladar suave y con un adecuado cocimiento en una base de mezcla de aceitunas.

Acompañado de una guarnición de elote en salsa española. El elote a un buen término de cocción, y como recomendación, pedirlo despenicado, para sentir todos los sabores.

Como punto de mejora, bajarle un poco a la concentración de ajo y subirle un poco a la de las aceitunas.

  • Camarones a la parrilla en mojo de ajo. A la vista uno de los mejores platos del lugar. En tacto y paladar muy buena consistencia y fácil el desnudarlos de su cáscara.

 En sabor se sugiere más tiempo de cocción junto con la salsa a base de ajo, para que al pelarlos se mantenga el sabor animado en el cuerpo desnudo.

Este plato lo acompañó un brócoli al dente con una salsa de maní licuado. Muy rico y original, sugiriendo una baja de baño de la salsa, para mantener el sabor de la verdura.

Por último, para endulzar nuestros sentidos, el postre, el cual fue una Tarta Vasca, conocida en nuestro medio, como un pie de limón. Con un sabor realmente exquisito, muy buena opción, combinarlo con una taza de café arábico.

El servicio muy ejemplar y todos los colaboradores siempre atentos y dedicados a una atención adecuada de un buen nivel. Volveremos a visitarlos, ya que es un punto de reencuentro con la buena gastronomía.