Todos cumpliremos el ciclo de la vida, y como dicen, todo lo que nace debe partir, nunca sabremos exactamente cuándo nos pueda tocar, pero si sabemos que nadie se puede escapar.
Es triste observar que personas nos abandonan para poder cumplir su ciclo natural. Es tan común, pero a la vez tan frágil, que nadie quisiera despedirse de un familiar, o amigo cercano.
Este fin de semana se nos adelantó una gran persona, conocido por muchos; jovial, molestón, deportista, social, pero sobre todo, de un gran corazón, siempre estaba para escuchar a quienes necesitaban de un consejo o una plática amena. Así fue en vida Emilio Daniel Mendía Mouynés.
Un poco de su vida, los que lo conocimos personalmente y por muchos años. En especial para que algún día sea recordado por sus hijos, amistades y familiares. Nos faltaron muchas aventuras por vivir, mucha energía que gastar y muchas risas que soltar.
Deportista – Desde muy pequeño fue fanático de los deportes y desempeñó varios de manera formal y con alto grado de participación.
Campeón Infantil y Juvenil de motocross y bicicross en los años 80’s. Recordaran esa época cuando estuvo de moda este deporte, y las pistas Tinco y Florencia estaban en su apogeo, como algunas otras en Guatemala.
Practicaba en las instalaciones del Club La Villa, Racquetball y Squash, bastante bueno por cierto, ya que se codeaba con campeones de la época, aunque no fue su especialidad. Nadador nato y realizó varias competencias en la piscina olímpica y practicaba en el Club Italiano en sus tiempos libres.
Se desempeñó bien en el ping-pong o tenis de mesa, donde practicábamos hasta altas horas de la noche. Formándose un buen grupo de amigos y familiares alrededor de la emocionada mesa. Muy bueno también para el futbol y el judo.
Compañero y Amigo – Durante doce años compartimos toda la educación colegial con un grupo muy especial y querido por todos nosotros.
La LIX promoción del Colegio La Preparatoria lamenta esta partida tan repentina. En cada uno de nosotros queda lo mejor de ti. Posiblemente pocos tan bromistas y molestones, pero siempre dispuesto cuando se te requería de tu apoyo y compañía.
Entre las anécdotas cómicas, que fueron muchas: “el día que subido sobre el escritorio gritabas Que viva la mujer bomba”, refiriéndose a una broma nuestra. Y la directora del colegio doña Clarita Molina Llardén, reposaba en la puerta de la clase viendo semejante alboroto.
¡Qué hace allí arriba y qué está gritando! – Estoy gritando ¡Que Viva la Preparatoria! – Lo felicito por su amor al colegio, pero bájele el volumen al civismo. Y así muchas, pero muchas otras más.
Sabemos que su espíritu seguirá con nosotros y cada vez que nos reunamos será imposible dejar de extrañarlo y recordar los buenos momentos que siempre nos regaló con su buen humor y carácter jovial.
Profesional – Estudio derecho en la Universidad Francisco Marroquín y trabajaba en un bufete de abogados junto con nuestro compañero y amigo, Carlos José Pinto. Fue inversor y desarrollador de varias lotificaciones y urbanizaciones, y siempre estaba al pie del cañón para supervisarlas.
Social – Toda su vida fue súper amiguero, hablaba y bromeaba hasta con los desconocidos y algunas veces caía mal, a quien no lo conocía bien, por su sinceridad.
Apasionado por la música, que no podía faltar en todas sus actividades, de los Cremas del Comunicaciones, del Real Madrid, del backgammon; todo un caballero y educado, como pocos hoy en día; gracias a la educación de las viejitas Molina Llardén.
De las personas que su paso por este mundo no ha sido como las huellas que borra el mar, sino por el contrario, siempre será recordado por su infinidad de anécdotas compartidas.
Padre y esposo – De los últimos en la lista en contraer nupcias, pero con la cabeza ya madura y pensamientos adecuados de un adulto formado. Agradecemos a Ana Lucia por ser buena compañera de nuestro amigo y en especial bendiciones a sus dos retoños. Emilio de 4 años y Arianna de 2 meses de edad. Cuentan con varios tíos que los apoyarán siempre que podamos.
Después de tantos años de amistad, te fuiste repentinamente, es fuerte imaginar que dejamos de contar con tu presencia. Pero ten por seguro que siempre contaremos con el grato recuerdo de haberte conocido.
De parte de todos tus hermanos y amigos, los cuales no logramos despedirnos, pero algún día volveremos a encontrarnos. Hasta pronto Emilio Daniel Mendía Mouynés