El presidente estadounidense, Donald Trump, visita este martes Kenosha, Wisconsin, foco reciente de protestas antirracistas, disturbios y choques con grupos armados, para llevar su mantra de «ley y orden» a dos meses de las elecciones generales.
Trump dijo que no planea reunirse con la familia de Jacob Blake, el hombre afrodescendiente de 29 años que resultó gravemente herido por disparos de un policía blanco mientras sus hijos miraban desde un automóvil.
Ignorando advertencias de que no es bienvenido, el mandatario en cambio se reunirá con autoridades policiales y visitará los lugares golpeados por la violencia que estalló tras el tiroteo contra Blake el 23 de agosto, que lo dejó paralítico de la cintura para abajo.
Kenosha se ha convertido en emblema de las tensiones raciales e ideológicas en Estados Unidos casi cuatro años después de la llegada de Trump a la Casa Blanca.
La pequeña ciudad a orillas del Lago Michigan, en el norte del país, ha visto protestas del movimiento antirracista Black Lives Matter (Las vidas de los negros importan), disturbios y la llegada de grupos blancos armados. En el apogeo de las tensiones, Kyle Rittenhouse, un aficionado de las milicias de 17 años, presuntamente mató a tiros a dos personas en una protesta e hirió a otra.
«Milicia armada»
AFP / Kerem Yucel Un auto de la policía de Kenosha pasa por el palacio de Justicia de Kenosha en Estados Unidos durante el toque de queda, el 31 de agosto de 2020
Los demócratas y los que piden una reforma policial ven a Kenosha como un símbolo del racismo institucional que lleva a enfrentamientos mortales entre policías y sospechosos negros.
Consideran que lo ocurrido con Rittenhouse revela el aumento de milicias de derecha que en forma cada vez más descarada blanden sus armas y se autoerigen en agentes de la ley.
El candidato presidencial demócrata, Joe Biden, acusó a Trump de «débil» por no pedir a sus seguidores «que dejen de actuar como milicia armada».
Pero Trump denuncia lo que considera una «anarquía» en las ciudades dirigidas por demócratas y se presenta como la opción de «ley y orden» de cara a los comicios del 3 de noviembre.
El mandatario «se reunirá con la policía local y algunos dueños de negocios y evaluará los daños» por las protestas, dijo el lunes a periodistas su portavoz, Kayleigh McEnany.
Trump dijo que desea «ver a la gente que hizo un buen trabajo por mí», en alusión a las unidades policiales que sofocaron los disturbios.
El magnate republicano también se negó a condenar los presuntos asesinatos cometidos por Rittenhouse, quien circulaba por la calle con un rifle. Lo consideró «una situación interesante» y dijo que el adolescente reaccionó porque fue atacado.
Aunque Biden conversó con la familia de Blake, Trump descartó esa posibilidad alegando que los parientes del hombre querían que su abogado participara en la llamada.
«Eso es inapropiado», dijo Trump, sin dar más explicaciones.
«Aumentar el amor»
Jacob Blake padre declaró que su familia ha sido objeto de amenazas y que debieron cambiar de hotel.
AFP/Archivos / Kerem Yucel Manifestantes en una protesta contra el tiroteo de Jacob Blake, en Kenosha, Estados Unidos, el 27 de agosto de 2020
El gobernador de Wisconsin, el demócrata Tony Evers, pidió a Trump que no visitara el estado, ante temores de que ello provoque un aumento de las tensiones.
El alcalde de Kenosha, John Antaramian, también demócrata, dijo el fin de semana que no era buen momento para una visita presidencial.
Pero Trump dijo el lunes que su viaje «podría aumentar el amor y el respeto por nuestro país».
Tras meses de campaña estrictamente confinado por la pandemia en su casa, en Delaware, Biden se encuentra de pronto a la defensiva. Los republicanos lo acusan de no denunciar suficientemente la violencia de los manifestantes izquierdistas que se oponen al racismo.
AFP/Archivos / Stephen Maturen El padre de Jacob Blake habla de su hijo durante una concentración contra el racismo y la violencia policial en Kenosha, Estados Unidos, el 29 de atgosto de 2020
El giro en el debate público, alejado por momentos de la criticada gestión del gobierno de Trump de la pandemia de covid-19 hacia el tema de la seguridad, uno de los más subrayados por el presidente, pone a Biden en riesgo de retroceder en las encuestas, que encabeza, de cara a los comicios de noviembre.
Pero Biden contraatacó el lunes en un discurso, al describir a su rival republicano como «una presencia tóxica».
«Arden los incendios y tenemos un presidente que aviva las llamas en lugar de luchar contra ellas», dijo.
También fue enfático con los manifestantes violentos.
«Saquear no es manifestarse. Prender fuego no es manifestarse. Nada de esto tiene que ver con manifestarse. Es anarquía, punto final. Y quienes lo hacen deben ser procesados», señaló.