Trece aspirantes a la nominación presidencial siguen en la lucha en el Partido Republicano, pero algunos de ellos desistirán antes del 18 de enero –arranque de primarias–, sobre todo por la ventaja que ha tomado Donald Trump. El empresario-político parece tener oportunidad de ser nominado, pero no se le ve como presidente de los Estados Unidos.
George Martínez
(Especial para Crónica-Guatemala)
Washington – Los analistas y en la calle son muchos los que ven a Donald Trump como ganador de la nominación republicana, pero son pocos los que creen que luego podría derrotar a Hillary Clinton y llegar a la Casa Blanca. Candidato, sí (o tal vez); presidente, NO. Ese es el pronóstico generalizado a un mes de que principie el año electoral en este país.
Su retórica racista y su postura radical conservadora lo han fortalecido en las encuestas –duplica a Ted Cruz en la preferencia–, pero mientras se consolida con sus extremismos y excentricidades en la lucha por la nominación, esa misma fuerza lo debilita de cara a la elección presidencial.
Muchos estadounidenses están furiosos y aterrorizados con lo sucedido en San Bernardino, California –en donde dos radicales musulmanes dieron muerte a 14 personas–, situación que Trump aprovecha para presentarse como hombre fuerte e incluso prometer que no permitirá el ingreso de musulmanes a EE. UU.
Hasta ahora, Donald Trump tiene una intención de voto republicano de 30.5 %, contra 15.6 % de Ted Cruz y 13.6 % de Marco Rubio y Ben Carson, pero eso no es garantía de triunfo en las primarias. Hace cuatro años, Newt Gingrich tenía una ventaja similar sobre Mitt Rommey, quien terminó ganando, y cuatro años antes le sucedió algo parecido al exalcalde de New York Rudy Giuliani.
El analista del US News & World Report Robert Schlesinger manifiesta: Hay muchas razones para creer que no ganará la nominación, empezando porque jamás un partido ha elegido a un candidato con tan poca experiencia como Trump.
Sin embargo, para algunos de los seguidores de Trump, esta debilidad de tener poca experiencia política es parte de lo que lo hace atractivo, porque lo ven como un hombre normal, un hombre que ha trabajado para alcanzar lo que tiene. Así se expresan aun personas jóvenes, entre los que el empresario-político tiene menor aceptación.
Muchos vieron como una broma que se lanzara a buscar una candidatura, pero ahora lo miran como un aspirante con posibilidades. Él parece estar aprovechando su momento para lograr mayor conocimiento.
No lo ven presidente
Por más que ha revolucionado la contienda republicana y parece que será un animador de las primarias, son pocos los que lo ven más allá de ese esfuerzo por la nominación. Kyle Kondik, analista de campañas políticas de la Universidad de Virginia, dijo recientemente a la cadena británica BBC que hay que tener en cuenta que Trump, con sus propuestas racistas, ha movilizado a la oposición republicana y demócrata en su contra. No lo ve ganador ni de las primarias, mucho menos con posibilidades en una eventual elección presidencial contra Clinton.
Kondik recuerda que las primarias son un proceso largo que principia en enero en Iowa, y se prolonga hasta la convención en julio. Pronostica que los principales aspirantes no cederán con los primeros resultados, porque saben de las inconsistencias de Trump.
Hay que sumar a eso que el Comité Nacional Republicano modificó esta vez las reglas del juego. Todos los estados que realicen sus votaciones antes del 15 de marzo repartirán proporcionalmente a sus delegados entre los candidatos participantes, lo que dará menos ventajas a quien resulte ganador.
Otro punto débil para el multimillonario controversial es que la mayoría de sus seguidores son más viejos, menos ricos y menos educados que el promedio nacional. Esto no parece darle un voto duro ni entre los republicanos, menos a la hora de una elección presidencial.
Sus declaraciones en contra de los hispanos fortalecieron este importante voto a favor de Clinton en una eventual contienda presidencial. Sus más recientes declaraciones contra los musulmanes le fortalecieron el voto que ya tenía, pero llevan a los republicanos menos radicales a pensar en un sufragio a favor de Clinton. Así que lo que hoy le concede ventaja en la carrera por la nominación es un arma en su contra en la contienda por la Casa Blanca.
El columnista político Froma Harrop considera que las condiciones actuales podrían darle una victoria en las primarias pero no llegará a la Presidencia, y basa su análisis en que las encuestas muestran que un tercio de los republicanos ven sus posturas radicales peligrosas, lo que los podría llevar, incluso, a votar por la alternativa demócrata en noviembre.
Hay otro factor a tomar en cuenta, y es que mientras que en el lado demócrata la balanza ya parece inclinada de manera definitiva a favor de la exsecretaria de Estado, los republicanos podrían sufrir un de-sangramiento de sus líderes en los debates. Todas las encuestas, al menos por el momento, dan ventaja a Clinton sobre cualquiera de los aspirantes republicanos.
Pérdidas por todos lados
Desde que principió su carrera presidencial, Trump ha lanzado ofensas a mexicanos e hispanos en general, a empresarios chinos, al mundo musulmán y se ha peleado también con importantes firmas comerciales y medios de comunicación con los que mantenía relaciones mercantiles.
La cadena Univisión sacó de su programación la presentación de los concursos Miss Universo y Miss USA, ambos patrocinados y organizados por una compañía de Trump, y la cadena de ropa más grande de Estados Unidos, Macy’s, ya anunció que dejará de vender la ropa de marca Donald Trump.
La cadena de televisión estadounidense NBC le retiró el contrato como presentador del programa Celebrity Apprentice, lo que le representa pérdidas de entre US$30 y US$40 millones por año, una cantidad significativa, aunque relativa para una fortuna que la revista Forbes estima en US$4.000 millones.
Hoy en día se estima que muchos de sus negocios en China irán a la baja –se ha dicho que él se aprovecha de los empresarios y políticos de esa nación–, la venta de sus productos en Estados Unidos, peor –los hispanos han realizado campañas para no comprar nada con su marca–, así como sus inversiones inmobiliarias en la región latinoamericana.
No parece que el negocio de darse a conocer con bases en declaraciones controversiales y radicales le pueda dar frutos en el mediano y largo plazo. El problema es que en el corto plazo pueden no tener ningún significado. Aunque las encuestas lo colocan en primer lugar entre los republicanos, no tiene la nominación asegurada… y si la gana, no parece con posibilidades de ser el inquilino principal de la Casa Blanca.
Donald Trump irrumpió en el mundo político con fuerza, pero sus declaraciones radicales y racistas son también su peor enemigo.