Trump se enajena de Seúl haciendo el juego a Pyongyang (Corea del Norte)

SeúlCorea del Sur | AFP | l

El presidente estadounidense Donald Trump hace el juego a Pyongyang y corre el riesgo de debilitar una alianza de décadas con Corea del Sur, a la que criticó tras el ensayo nuclear norcoreano, amenazándole con romper un acuerdo comercial.

Más de 24 horas después del anuncio de Pyongyang, Trump no había hablado con su homólogo surcoreano, Moon Jae-In, aunque sí lo hizo con el primer ministro japonés Shinzo Abe.

En una serie de tuits luego del ensayo nuclear del domingo, Trump denunció la actitud de Corea del Norte, pero también emitió críticas al Sur.

«Corea del Sur ya se ha dado cuenta, como les dije: un apaciguamiento con Corea del Norte no funcionará, ¡sólo entienden una cosa!», escribió dirigiéndose a Moon, partidario del diálogo con el régimen de Kim Jong-un.

El sábado, Trump había indicado que estudiaba retirar a su país del acuerdo de libre comercio con Corea del Sur, un texto que según los expertos es uno de lo pilares de la estrecha relación entre dos países aliados desde hace casi 70 años.

Los inesperados ataques de Trump contra Seúl sorprendieron. Los expertos están convencidos de que esos tuits intempestivos agravan la situación en plena crisis internacional.

– Moon, el Chamberlain moderno –

Más aún si se tiene en cuenta que Moon no es una ‘paloma’. Pidió luego del ensayo nuclear infligir «el castigo más fuerte» contra Pyongyang, en particular con nuevas sanciones en el marco de la ONU para «aislar completamente a Corea del Norte».

Pero Trump, según John Delury de la Universidad Yonsei de Seúl, considera a su homólogo surcoreano como un Neville Chamberlain de los tiempos modernos, en alusión al impulsor de la política británica de concordia con Adolf Hitler a fines de los años 1930.

«Acuerda actualmente tan poco valor a esta relación que está dispuesto a criticar públicamente a su socio de Seúl», explicó el investigador a la AFP.

Uno de los primeros mandatarios en visitar Washington tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca fue precisamente Moon.

Estados Unidos es el protector de Corea del Sur, en donde tiene desplegados 28.500 militares. La alianza con Seúl es también el pilar de la estrategia estadounidense en Asia para contrarrestar la influencia de China y contener la militarización del régimen norcoreano.

Donald Trump conversó con Abe y también reconoció que China «intenta ayudar sin mucho éxito».

«La jerarquía está clara: Corea del Sur está abajo en la pila», estimó Delury.

En un tuit, Adam Mount, del Center for American Progress, un centro de reflexión, estimó que el enfoque de Trump frente a la crisis podría ser «fatal a la política norcoreana de Estados Unidos».

«La cohesión de la alianza es la señal más simple y más importante que se debe enviar», añadió.

«La opiniones de Trump sobre el comercio, las negociaciones, la inconstancia política, las amenazas y otras humillaciones destrozaron la alianza», continuó.

– ¿Poner en riesgo San Francisco para salvar Seúl? –

Durante la campaña electoral estadounidense, Trump había acusado a Seúl de no pagar suficiente por la protección estadounidense y amenazó con anular el acuerdo comercial «horrible» sellado con Corea del Sur durante la presidencia de Barack Obama.

El tema volvió a surgir ya que Trump dijo que discutiría esta semana con sus consejeros sobre la posible retirada de Estados Unidos del acuerdo comercial KORUS FTA.

En el contexto actual esa eventualidad podría ser catastrófica, lo que también señaló la prensa surcoreana que alertó sobre los riesgos de desestabilización aún más grande en la región.

Poner fin al acuerdo enviaría «el mal mensaje al Norte en cuanto a la alianza», estimó el lunes en un editorial el JoongAng Ilbo.

Una opinión que comparte Colin Kahl, de la Universidad de Georgetown, que trabajó con la administración Obama.

Washington debería más bien, según Kahl, sosegar en primer lugar a Corea del Sur y a Japón. Aún más cuando los recientes ensayos balísticos del Norte plantean legítimamente la pregunta sobre la voluntad real de Estados Unidos de «poner riesgo San Francisco para defender a Seúl».

«Debilitar la solidaridad dentro de la alianza es idiota y peligroso», tuiteó Kahl. «La administración debe hablar de una sóla voz antes de que la confusión aliene sus aliados a Estados Unidos, o que provoque una guerra, o ambos».