West Palm Beach, Estados Unidos | AFP |
Después de la formalidad de Washington, es tiempo de golf en Florida. Donald Trump y Shinzo Abe se reencontraron este sábado para evocar la diplomacia de Estados Unidos en Asia, cuestión sobre la que el presidente estadounidense dio un giro radical en las últimas horas.
Tras reunirse en la Casa Blanca, ambos viajaron juntos el viernes a bordo del Air Force One desde Washington a Florida (sureste) para continuar sus conversaciones y enfrentarse en los greens del Club de Golf Internacional Trump de West Palm Beach.
Si bien los periodistas no tuvieron posibilidad de acercarse a los gobernantes, el multimillonario republicano tuiteó una foto en la que se lo ve con una gorra blanca haciendo un «high five» (choque los cinco) con el dirigente japonés.
«Paso un momento excelente recibiendo al primer ministro Shinzo Abe en Estados Unidos», agregó Trump.
Abe, quien ya reconoció que las destrezas del mandatario estadounidense con los palos son mejores que las suyas, señaló que la partida le serviría para «tener tiempo de hablar con Donald sobre el futuro del mundo y el futuro de la región».
Horas después, ambos fueron sorprendidos con la noticia de que Corea del Norte había realizado un disparo de un misil balístico y reaccionaron en una escueta declaración conjunta que realizaron ante la prensa.
«Quiero que todo el mundo comprenda y sea consciente del hecho que Estados Unidos está detrás de Japón, su gran aliado, en un 100%», dijo Trump.
Por su lado, el primer ministro japonés calificó de «absolutamente intolerable» la actitud de Pyongyang y urgió a Corea del Norte a «respetar plenamente» las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que le prohíben efectuar ensayos balísticos.
La cita deportiva que tuvieron ambos líderes tuvo un significado particular para Abe, ya que hace más de medio siglo su abuelo Nobusuke Kishi, entonces primer ministro, compartió su afición por el golf con el presidente estadounidense de la época, Dwight Eisenhower.
El primer ministro japonés expresó sin vueltas su proximidad con el nuevo inquilino de la Casa Blanca.
De hecho, ningún gobernante pasó tanto tiempo con Trump como Abe desde que el magnate ganó los comicios de noviembre.
La primera vez se vieron en la Trump Tower de Nueva York a los pocos días de la victoria presidencial. El viernes compartieron una jornada de trabajo en la Casa Blanca, viaje y cena en Florida. La secuencia es impresionante.
Sus esposas, Melania Trump y Akie Abe, visitaron juntas los jardines japoneses del museo Morikami de Palm Beach.
– Piedra angular –
En momentos en los que todos los presidentes y jefes de gobiernos del planeta buscan, perplejos, como entender mejor a este mandatario imprevisible que maneja parte de su diplomacia a través de Twitter, esta cercanía es valiosa.
La estrategia de Trump sobre Asia dio un giro radical en las últimas 48 horas, tras provocar más de una polémica con sus impertinentes comentarios durante la campaña electoral y las semanas que duró la transición.
El mandatario habló por teléfono la noche del jueves por primera vez con su homólogo chino, Xi Jinping, a quien prometió respetar «el principio de una sola China» y prohibir cualquier contacto diplomático con Taiwán.
Hace apenas unas semanas, el presidente afirmó que todos los temas estaban sobre la mesa de discusión, incluido el de una sola China, poniendo en duda una tradición política que ha prevalecido en Estados Unidos durante décadas.
Por otro lado, Trump aseguró el viernes a Abe que la alianza entre sus países es «la piedra angular de la paz y la estabilidad en la región del Pacífico».
Otra fuente de satisfacción para Japón: los dos dirigentes reafirmaron, en un comunicado común, que el tratado de seguridad estadounidense-japonés se aplicaba al archipiélago de Senkaku, islas llamadas Diaoyu en chino y revindicadas por Pekín.
Donald Trump y aquel a quien llamó por error en un tuit «primer ministro Shinzo» no tienen previsto hablar con la prensa este sábado.
Abe tiene planeado volar a Japón el domingo a la mañana.
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