El gobierno anunció recientemente una histórica incautación de cocaína, aunque esto, según estudios, tan solo podría llegar a representar el 0.5 por ciento del total de narcóticos que atraviesan el territorio nacional. Poco a poco la nación empieza a convertirse en un productor de drogas sintéticas y a expandir los cultivos de amapola.
Desde hacía 17 años que las fuerzas de seguridad no lograban incautar más de 9 mil 959 kilos de cocaína. Eso se terminó el pasado 8 de septiembre, cuando los decomisos sumaron 10 mil 86 kilos y luego siguieron otros más.
Pronto el gobierno y la cartera del interior lo empezaron a publicitar como un gran logro y duro golpe al narcotráfico. Aunque, en realidad, esto dista de serlo. Por Guatemala se trasiega cerca del 90 por ciento de la cocaína que se consume en Estados Unidos y apenas se captura el 0.5 por ciento en los momentos de mayor actividad antinarcóticos, se afirma en el informe reciente de InSight Crime, titulado Élites y crimen organizado en Guatemala.
Lo que sí es un hecho es que el aumento tiene como telón de fondo las capturas de importantes narcotraficantes guatemaltecos, que se empezó a acelerar desde el 2008, y que han sido extraditados a Estados Unidos (EE. UU.), donde se considera que han estado brindando información a las autoridades antinarcóticas estadounidenses a cambio de una reducción en las condenas.
La filtración a la Policía de información sobre cargamentos de droga entre grupos de trasiego rivales y el cambio de autoridades en la cartera de Gobernación, que está realizando un mejor seguimiento a la información que trasladan las entidades de inteligencia y las entidades estadounidenses, son algunas de las razones que podrían explicar el aumento, según expertos en temas de seguridad. Mientras que los desmantelamientos del año pasado y el anterior de laboratorios clandestinos dedicados a la elaboración de drogas sintéticas y el cultivo de amapola en los departamentos de occidente fronterizos con México, evidencian que el territorio nacional está siendo utilizado para la producción de narcóticos.
De ruta de paso a incipiente productor
El cultivo de amapola, pero, especialmente, la existencia de laboratorios dedicados a la elaboración de metanfetaminas, se puede explicar por la necesidad de los cárteles de las drogas mexicanas de desplazar a territorios vecinos sus negocios ilícitos, debido a las políticas antidrogas en esa nación del norte. El fenómeno es conocido como efecto globo, según expertos en el tema.
En 2015 las fuerzas de seguridad descubrieron y desmantelaron cuatro laboratorios en los cuales se elaboraba droga sintética y que estaban ubicados estratégicamente en la costa sur. Los centros de elaboración de drogas sintéticas destruidos se encontraban en el cantón Las Delicias, Colomba, Quetzaltengo; San José La Máquina y cantón el Triunfo en San Antonio Suchitepéquez, los dos últimos, en Suchitepéquez y en el kilómetro 81 de la ruta a Puerto Quetzal, Escuintla.
En varios de estos centros de producción de metanfetaminas se capturaron a mexicanos y colombianos y en su momento trascendió que la mercancía ilegal era trasladada a la nación azteca vía marítima En el 2014 se desbarató un narco laboratorio en una finca ubicada en Santa Elena Barillas, Villa Canales. Ello solo ha demostrado que Guatemala participa cada vez más en la elaboración y venta de drogas sintéticas.
Respecto de las drogas artificiales, se han desmantelado laboratorios de metanfetaminas que efectivamente están instalados en el país, y no solo en el occidente del territorio nacional, sino que llega a otros lados, señala Julio
Rivera Clavería, analista en temas de seguridad. Mientras que Walter Menchú, del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), comenta que los narcotraficantes mexicanos tratan de diversificar los lugares en los cuales se hacen estas drogas sintéticas para que no les incauten todos estos ilícitos.
Aumenta cultivo de amapola
En septiembre el país fue incluido por el presidente norteamericano Barack Obama entre las 22 naciones consideradas como grandes productoras o de tránsito de alcaloides. En una declaración al diario elPeriódico, el viceministro de Asuntos Antinarcóticos del Ministerio de Gobernación, Óscar Dávila, aseguró que el señalamiento se hizo por la producción constante de amapola en el departamento de San Marcos, donde se ubica el llamado triángulo de la amapola y que está conformado por los municipios de Tajumulco, Ixchiguán y Sinibal.
Aunque también se cultiva esta flor, y cuya resina es utilizada para la elaboración de heroína, una droga altamente adictiva, en el departamento de Huehuetenango. Ambos departamentos tienen en común ser regiones limítrofes con México y con fronteras ampliamente porosas que sirven de paso no solo a estupefacientes, sino a otras actividades ilegales como el tráfico de migrantes, contrabando y de armas. Son también regiones que presentan altos índices de pobreza, abandonadas históricamente por el Estado, ello predispone a los campesinos a arriesgarse a sembrar amapola para los grupos de narcotraficantes que operan en el área.
El informe mundial sobre las drogas
de la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito, del 2012, señala que los informes sobre la erradicación —de amapola— indican que el cultivo ilícito de la adormidera se está expandiendo en Guatemala, aunque no se dispone de datos que permitan calcular el tamaño exacto de la superficie total dedicada al mismo.
En tanto que un informe preliminar que analiza el problema de las drogas en el país y que se conoció en 2014 en el seno de la Comisión Nacional para la reforma de la política de las drogas, señala que la amapola y la marihuana son los cultivos ilícitos principales hoy en nuestro país. La producción de drogas sintéticas
en Guatemala y el Istmo centroamericano es un fenómeno mucho más reciente, al menos visible desde un lustro atrás, como resultado también de los cambios ocurridos en el mercado internacional de drogas y el efecto globo del combate del Gobierno de México a las organizaciones de narcotraficantes.