- Las fechas que involucran las elecciones presidenciales en Venezuela están cargadas de simbolismo y giran alrededor de la figura del fallecido expresidente Hugo Chávez
Voz de América
Dos de las fechas que marcan las elecciones presidenciales en Venezuela están cargadas de simbolismo y giran en torno a la figura del ex presidente Hugo Chávez, lo que expertos consideran una “manipulación” de los símbolos del chavismo.
El 5 de marzo, onceavo aniversario de la muerte de Chávez, el Consejo Nacional Electoral (CNE) convocó las elecciones presidenciales para el 28 de julio, día de su natalicio.
En menos de un mes el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha visitado al menos cuatro estados del país. Mientras tanto, el partido de gobierno se prepara para nombrar la próxima semana y por consenso a su candidato presidencial para las elecciones presidenciales de julio.
El equipo de seguridad del presidente Nicolás Maduro se ha visto cada vez más atareado en las últimas semanas, mientras el mandatario incrementa sus recorridos por barriadas de Venezuela, algo que hasta ahora no era habitual.
A todas luces, Maduro, con 11 años gobernando y ya en campaña, será el elegido por el grupo chavista, que cumplió 25 años en el poder.
Para Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), se trata de una fecha escogida con “malicia”, no solo por el simbolismo, sino por los cortos lapsos para llevar a cabo diversos procesos que involucran una elección.
“Hay un intento por convertir la elección entre Chávez y la oposición, con Maduro en representación. En el fondo están tratando de exigirle a los que en alguna oportunidad apoyaron a Chávez que decidan si lo siguen apoyando o no lo hacen”, dice a VOA.
En febrero se cumplieron 25 años desde que Chávez asumió el poder y, a pesar de las múltiples crisis y el corte autoritario que, según expertos, fue tomando su proyecto, un sector de la población le sigue mostrando lealtad, pero no necesariamente a Maduro.
El más reciente estudio de la consultora Poder y Estrategia revela que un 32 % de los consultados se identifica con la oposición; 25 % en desacuerdo con el gobierno y con la oposición; 8 % se identifica como chavista y apoya a Maduro, mientras que un 6 % se dice chavista, pero no apoya a Maduro.
Ricardo Ríos, analista de entorno y presidente de la consultora Poder y Estrategia, considera que el mensaje simbólico puede “remolcar” a una parte de quienes se dicen chavistas y no muestran apoyo a Maduro, pero no cree que logre levantar más de 12 o 13 puntos.
Ríos sostiene que el chavismo tiene “una identidad política” y asegura que en medio de la discusión sobre si Maduro ha “acabado” con el legado de Chávez, se busca “surfear” sobre las glorias del chavismo, que durante años gozó de alta popularidad.
“Es muy evidente la manipulación de los símbolos, el papel del partido, que está haciendo su trabajo, pero también el CNE. Ahí es donde se desdibuja la línea entre Estado, gobierno y partido, uno de los grandes dramas que tenemos como país”, dice Ríos consultado por VOA.
Félix Seijas, director de la encuestadora Delphos, opina que el intento de alejarse de los símbolos de Chávez y “sustituirlos de manera progresiva por el liderazgo actual, no funcionó”, por lo que apelan nuevamente a ellos en medio del movimiento electoral.
La semana próxima el partido de gobierno espera nombrar por “consenso” a su candidato que posiblemente será Maduro. “Nuestro pueblo está muy claro del esfuerzo titánico que ha venido haciendo el hermano presidente Nicolás Maduro al frente de la presidencia de la República”, dijo esta semana Diosdado Cabello, primer vicepresidente del PSUV.
Maduro, con 11 años en el poder, se ha mostrado el último mes en actos de masas en al menos 7 estados del país.
Esta semana, con la frase «la esperanza está en la calle» y la imagen de Chávez destacando en la escena, presentó un amplio programa social de “igualdad y justicia social” llamado “Hugo Chávez”, que busca “proteger a la comunidad y el pueblo”.
José Vicente Carrasquero, consultor en Opinión Pública y Campañas Electorales en América Latina, afirmó que el gobierno no cuenta con el respaldo pleno del chavismo.
“El Partido Comunista de Venezuela (PCV) se separó de ellos, muchos chavistas se han separado, eso da una idea de cómo el chavismo se ha ido desmoronando alrededor de la gestión”, sostuvo.
En 2020 el PCV, recientemente judicializado, se retiró de la coalición de partidos liderada por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y dejó de apoyar al gobierno por estar en desacuerdo con sus políticas económicas. Otros partidos de izquierda que eran considerados aliados del chavismo también han sido intervenidos.
De acuerdo al más reciente estudio de la encuestadora Datincorp, el 21 % de los consultados no siente ninguna emoción cuando le mencionan a Chávez, pero un 17,75 % siente alegría. Mientras que, si le nombran a Maduro, un 23 % dice sentir rabia; 20,68 % ninguna emoción y un 7,59 % alegría.