Se vencerán cerca de un millón de vacunas: ¿quienes son responsables? (Q90 millones)

Se vencen el lunes y las pérdidas para el país serán millonarias

El ministro de Salud Francisco Coma dijo la semana anterior que se utilizarían «al menos» un 30 o 40 por ciento del poco más de un millón de vacunas rusas Sputnik que vencen el próximo lunes, pero la vacunación ha seguido a paso lento y esa cifra fue imposible de alcanzar, por lo que las pérdidas podrían alcanzar alrededor de los Q90 millones.

El problema que se ha tenido es que la campaña de vacunación se encuentra en un nivel muy bajo y a eso hay que sumar que la población muestra preferencia por las otras marcas que se están inoculando, puesto que no hay confianza en las Sputnik, que hasta la fecha no han sido aprobadas por la OMS como vacunas eficientes.

En este momento se aplican preferentemente las maracas Moderna, Pfizar y AstraZeneca, todas reconocidas por la población y las autoridades internacionales. Para poder viajar, de hecho, solo esas tres son aceptadas por Estados Unidos y los países de la Unión Europea.

Los problemas de la Sputnik

Desde que se firmó en abril del año pasado el contrato para comprar 16 millones de vacunas rusas Sputnik V se dieron problemas graves que se han arrastrado y que ahora representarán una pérdida de Q90 millones para el país.

Las vacunas Sputnik llegaron al país sin ningún programa que se adecuara a la campaña de vacunación. Primero vinieron a cuentagotas y luego demasiadas, en cantidades que el ministerio de Salud no pudo manejar

Primero la compra se hizo en secreto y no se tomaron en cuenta los problemas que presentaba el producto ruso. Además de hacer la compra de manera ilegal –aunque hasta la fecha el Ministerio Público (MP), no ha investigado–, no se midieron los riesgos en que se incurría:

a) La vacuna no estaba autorizada por la OMS.

b) El producto requiere una cadena de enfriamiento que complica su aplicación en el área rural del país.

c) Se hizo el pago por anticipado de Q614.5 millones por los primeros ocho millones de dosis, sin que el proveedor se comprometiera con un plan de entregas para que se pudiera coordinar con la campaña de vacunación.

d) Cuando el país no tenía suficientes vacunas, el fabricante ruso entregó a cuentagotas las vacunas y la población tomó desconfianza de que no estarían disponibles para la segunda dosis.

e) Luego de donaciones de grandes cantidades de vacunas de marcas más reconocidas, el fabricante ruso entregó montos demasiado elevados para que se tuviera el tiempo suficiente para inocular a los guatemaltecos. El ministerio de Salud no pudo anticipar qué con esa forma de entrega se llegaría a su vencimiento y causaría una millonaria pérdida al país.

f) No huno ningún esfuerzo en materia de comunicación para resolver el tema del rechazo a la vacuna Sputnik.

¿Quiénes son culpables de la pérdida de Q90 millones?

Aunque la lista podría ser muy larga, básicamente hay que ver que hay cinco responsables directo si se analiza desde la compra hasta el momento actual.

Los primeros tres son quienes estuvieron involucrados en la firma del contrato y aceptaron los términos del mismo, que eran –a todas luces– nocivos para Guatemala.

En primer lugar, el presidente de la República, Alejandro Giammattei, quien autorizó que se hiciera la negociación y se mantuvo al tanto de todo el proceso. En segundo lugar, la entonces ministra de Salud, Amelia Flores, que fue la encargada de firmar y ver los detalles del contrato. Ella misma reconoció que tuvo conversaciones con los rusos para buscar un arreglo cuando se retrasaron los primeros envíos, pero nada resulto cierto y finalmente presentó su renuncia al cargo.

También dijo que había dejado de ser obligatoria la compra de los otros ocho millones de vacunas, pero eso sigue sin estar claro hasta la fecha.

Además, tiene responsabilidad el Procurador General de la Nación, Jorge Luis Donado, porque se supone que todos los contratos que se firman son aprobados por la PGN. El cuarto implicado,  posiblemente por omisión, es el contralor general de cuentas, Edwin Humberto Salazar Jerez, quien tampoco verificó todas las anomalías que se presentaron durante las negociaciones. Él debe responder por la pérdida que se producirá la próxima semana.

El último es el ministro Coma, pues aceptó lo negociado y no pudo anticipar que se perdería esa enorme cantidad de vacunas. Además, tampoco ha informado sobre la renegociación del contrato, para que no exista obligatoriedad en la compra de las restantes vacunas.