Adriana Quiñónez (ONU Mujeres Guatemala) considera el empoderamiento como una necesidad para detener violencia contra la mujer
- La problemática de la violencia contra la mujer es un tema permanente, pero en las últimas semanas ha cobrado notoriedad por los numerosos casos de niñas secuestradas y abusadas, mujeres asesinadas y la violencia intrafamiliar, que se ha disparado durante el tiempo de la pandemia.
Enma Reyes
Niñas secuestradas y asesinadas. Mujeres brutalmente asesinadas y violencia intrafamiliar, son algunos de los casos que han provocado un despertar en la sociedad guatemalteca, que exige de las autoridades c políticas de prevención y justicia para quienes cometan delitos de femicidio.
La representante de ONU Mujeres Guatemala, Adriana Quiñónez, expresa su preocupación por la situación que se vive en el país, algo que no es nuevo,pero que muchas veces se invisibiliza, como parte de la estructura social del país.
Una de las situaciones que más destaca la experta en el tema de género, es que la mujer guatemalteca sufre por discriminación racial y social, además de la falta de oportunidades para alcanzar la igualdad con los hombres en el campo político y económico.
Con ella, Crónica abordódiversos temas. A continuación, lo más importante de la entrevista.
¿A qué se debe que en Guatemala se ha llegado a este punto de ensañarse tanto con las mujeres, niñas y adolescentes?: La violencia que afecta a las mujeres y se acentúa aún más en las mujeres indígenas, constituye uno de los problemas cruciales y uno de los grandes desafíos de la sociedad guatemalteca debido a sus complejidades como fenómeno social.
Sus causas y efectos son diversos; los tipos de violencia contra las mujeres indígenas se dan en diferentes ámbitos y modalidades. Sin embargo, históricamente, estos elementos no han sido visibles.
Debemos tener en cuenta que los crímenes en contra de ese sector de la población vienen desde antes del conflicto armado interno. Todas esas agresiones sexuales a las que fueron víctimas quedaron impunes.
Además, Guatemala es un país con arraigadas concepciones y prácticas sociales que privilegian lo masculino en detrimento de lo femenino, es por ello, que la violencia contra las mujeres se ha convertido en una práctica común y masiva en todos los estratos sociales.
¿Cree que los efectos de la pandemia, como el confinamiento ha elevado la violencia contra las mujeres?: Por supuesto que los ha elevado. Durante la pandemia COVID-19 la violencia contra las mujeres y las niñas, en particular la violencia intrafamiliar, ha escalado dramáticamente. El confinamiento reforzó el aislamiento de las mujeres que tienen compañeros violentos, separándolas de las personas y los recursos que mejor pueden ayudarlas.
Ha sido la situación perfecta para ejercer un comportamiento controlador y violento en el hogar. Las mujeres se vieron de un momento a otro, sin ninguna protección y sin los recursos para pedir ayuda o abandonar una situación que pone en riesgo sus vidas.
El impacto es devastador. En lo que va del presente año, el Ministerio Público registra 23 víctimas de femicidio y 2,648 denuncias, y, en el 2020, registró un promedio de 202 denuncias diarias por los delitos de violencia contra las mujeres.
Esta es una situación insostenible que nos concierne a todas y todos, nos afecta a todas y todos. Requiere un esfuerzo concertado y urgente. Ya no podemos permitirnos que una Isabel, una Claudina, una Alba, una Sharon, una Hillary, una niña, una adolescente, cualquier mujer siga siendo privada del derecho fundamental a la vida y de su bienestar.
“Cuando una mujer sobrevive una crisis es más probable que pierda sus medios de vida y enfrente mayores riesgos de violencia en su contra. Estas formas de violencia incluyen la violencia sexual y la violación, el matrimonio precoz y la trata de personas”.
¿Cómo califica el actuar del Ministerio Público para atender esta problemática?: El Ministerio Público requiere de mayores recursos. La fiscalía especializada en femicidio tiene grandes retos entre ellos el presupuestario, pues necesita de más recursos para atender la gran cantidad de casos que se presentan a diario.
¿Cuál es su opinión de la campaña #TengoMiedo y que fue criticada por algunos funcionarios y una fiscal del MP?: Este tipo de campañas no son para criticar al gobierno, son campañas que invitan a más personas a que se interesen con estos problemas sociales, a responsabilizarse y tomar acciones. No debe tomarse como crítica sino como algo que se hace para que la ciudadanía reaccione, y es importante unir esfuerzos.
Además, el Ministerio Público (MP) debe comunicar lo que está haciendo y que pida apoyo para tener más presupuesto. Ha sido un error terrible criticar estas campañas e insisto, debemos fusionar esfuerzos para defender a las mujeres y va también para el Congreso y demás dependencias del Estado.
¿Está de acuerdo de que se vuelva a aplicar la pena de muerte como lo propone el presidente Alejandro Giammattei?: Según los estudios realizados a nivel internacional, en ningún país en donde está permitida la pena de muerte se ha logado reducir la delincuencia. Este tipo de castigos tomaría acciones de criminalización para ciertos grupos sociales, cuando en realidad lo que se debe hacer en fortalecer las condiciones de vida de las mujeres en la sociedad.
Guatemala es un país con el menor número de mujeres con ingresos propios y en donde solo 10 han logrado ocupar el cargo de alcaldesa en los 340 municipios que cuenta el país. Si no tenemos una ley de participación política igualitaria, ¿cómo vamos a lograr que la mujer sea valorada? Esa es la verdadera pregunta.
Varios estudios han demostrado que, cuando mayor igualdad se tiene entre un hombre y una mujer, mayor es el desarrollo y menos el índice de violencia contra este sector.
Para lograr erradicar este flagelo no es suficiente castigar a los agresores, la prevención y la atención son fundamentales. Se ha hecho evidente que la igualdad de género es uno de los fundamentos esenciales para construir un mundo pacífico, próspero y sostenible.
Guatemala cuenta con leyes para erradicar la violencia contra las mujeres, ¿Considera que no son suficientes para erradicar este tipo de flagelo?: Las leyes deben tener un presupuesto y deben ser evaluadas en su implementación. Es por ello que se lanzó el Programa Nacional para la Eliminación de la Violencia en 2019, pero lamentablemente no se ha puesto en marcha.
Las leyes por sí mismas no bastan. Se debe invertir en el empoderamiento económico de las mujeres, en mayor participación política, en la prevención primaria que es la que puede generar nuevas normas sociales, desde las edades más tempranas hay que invertir en construir sociedades más iguales.
Si las niñas están en la situación donde deben entrar en un matrimonio temprano, las condiciones de vulnerabilidad son muy altas, y es en eso donde tenemos que trabajar.
¿Cuáles son los desafíos que deben afrontar las mujeres en este país?: Uno de los grandes desafíos es unir esfuerzos y voluntades para tener instituciones públicas que generen programas de recuperación económica para las mujeres, para que no existan más obstáculos en el acceso de créditos para el inicio de un negocio. Hay toda una agenda en el Congreso de la República para lograr todos estos esfuerzos, pero hasta el momento no ha existido una verdadera voluntad política para lograrlo.
Se hace urgente un compromiso de Estado para implementar políticas públicas que atiendan las causas estructurales de la violencia y la discriminación contra las mujeres. Solo si transformamos la situación de desigualdad de las mujeres en la sociedad, podremos garantizar su derecho a vivir una vida libre de violencia.
“El desplazamiento y la ruptura de estructuras de apoyo para mujeres aumenta los riesgos que corren”.