Rusia corta el gas a dos países de la UE (Polonia y Bulgaria) y conflicto ve escalada en Europa

  • Moscú asegura que se debe a que ambos países se niegan a pagar en rublos

La decisión de Gazprom de cortar el gas a dos países europeos fue otro giro oscuro en la guerra, que revivió las divisiones geopolíticas de la Guerra Fría y tuvo un impacto inmediato.

Rusia abrió un nuevo frente en su guerra por Ucrania el miércoles, al decidir cortar el suministro de gas a dos naciones de la Unión Europea que respaldan incondicionalmente a Kiev, una escalada dramática en un conflicto que se está convirtiendo cada vez más en una batalla más amplia con Occidente.

Un día después de que Estados Unidos y otros aliados occidentales prometieran acelerar más y mejores suministros militares a Ucrania, el Kremlin subió la apuesta y utilizó su exportación más esencial como palanca. Los precios de la gasolina en Europa se dispararon con la noticia, que el presidente de la Comisión de la Unión Europea calificó como un intento de “chantaje”.

La escalada se produjo en un memorando del gigante ruso controlado por el estado Gazprom, que dijo que había cortado las entregas de gas natural a Polonia y Bulgaria porque se negaron a pagar en rublos rusos, como había exigido el presidente Vladimir Putin. La compañía dijo que no había recibido ningún pago desde principios de mes.

También sobre el terreno se temía que la guerra traspasara las fronteras de Ucrania. Por segundo día, las explosiones sacudieron la región separatista de Trans-Dniéster el martes en la vecina Moldavia, destruyendo dos poderosas antenas de radio. Nadie se atribuyó la responsabilidad de los ataques, pero Ucrania casi culpó a Rusia.

Y un misil ruso golpeó un puente ferroviario estratégico que une la región portuaria de Odesa en Ucrania con la vecina Rumania, miembro de la OTAN, dijeron las autoridades ucranianas.

Justo al otro lado de la frontera en Rusia, un depósito de municiones en la región de Belgorod ardía el miércoles temprano después de que se escucharon varias explosiones, dijo el gobernador, Vyacheslav Gladkov, en la aplicación de mensajería Telegram.

La decisión de Gazprom de cortar el gas a dos países europeos fue otro giro oscuro en la guerra, que revivió las divisiones geopolíticas de la Guerra Fría y tuvo un impacto inmediato. Los precios del gas en Europa se dispararon hasta un 24%.

Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía con sede en París, calificó la medida como una “armamentización de los suministros de energía” en un tuit.

“La decisión de Gazprom de cortar por completo el suministro de gas a Polonia es otra señal más de la politización de los acuerdos existentes por parte de Rusia y solo acelerará los esfuerzos europeos para alejarse del suministro de energía ruso”, escribió.

La presidenta de la Comisión de la UE, Ursula von der Leyen, calificó la medida como “otro intento más de Rusia de utilizar el gas como instrumento de chantaje. Esto es injustificado e inaceptable”.

El martes, el jefe de defensa de EEUU instó a los aliados de Ucrania a “avanzar a la velocidad de la guerra” para llevar más armas y más pesadas a Kiev mientras las fuerzas rusas bombardeaban el este y el sur de Ucrania.