Rusia ha señalado que las relaciones con la OTAN están a «un nivel críticamente bajo» y ha acusado a la alianza de crear «las condiciones previas para incidentes y conflictos» futuros que «socavan los cimientos de la seguridad» con su continua negativa a las iniciativas presentadas por Moscú.
El Ministerio de Defensa de Rusia ha explicado tras la reunión celebrada este miércoles en Bruselas que la actual crisis diplomática entre Moscú y la OTAN sucede, entre otras cuestiones, por «el despliegue de otra carrera armamentística» y por «la degradación total de la arquitectura de seguridad en Europa».
Moscú ha recordado que parte fundamental de las relaciones entre ambos radican en el compromiso de «limitar las actividades militares en Europa», evitar la expansión de la alianza y el despliegue de nuevos sistemas de misiles estadounidenses en la región, así como en «interactuar como socios, sin crear amenazas a la seguridad», algo que la OTAN, ha señalado, no está cumpliendo.
Por ello, Rusia ha lamentado que el rechazo constante de la OTAN a sus propuestas para frenar esta nueva escalada de las tensiones «crea las condiciones previas para incidentes y conflictos» posteriores, que «socavan los cimientos de la seguridad», según el comunicado de Defensa del que se hace eco la agencia Sputnik.
Por su parte, el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Alexander Grushko, ha cuestionado el afán de Estados Unidos y sus aliados por intentar imponerse «en todos los escenarios de operaciones posibles».
«Terreno, espacio aéreo, zonas marítimas y ahora espacio y ciberespacio», ha enumerado Grushko, quien ha subrayado que Rusia no puede permitir ser considerada por la OTAN como «principal adversario y amenaza», por lo que se reserva tomar las medidas que considere oportunas si se ponen en riesgo su seguridad e intereses.
«Hemos dicho de manera franca y directa y sin evitar los temas delicados que un mayor empeoramiento de la situación podría provocar las consecuencias más inesperadas y graves con respecto a la seguridad europea», contó Grushko.
En ese sentido, ha recordado que algunas de las decisiones de Estados Unidos, como su salida del Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio de 1987 y del Tratado de Cielos Abiertos de 2002, así como las presiones para que sus socios de la OTAN no firmaran el Tratado sobre Fuerzas Armadas Convencionales en Europa, han perjudicado los sistemas de control armamentístico en la región.