Renuncia de Primera Ministra británica Liz Truss obliga de nuevo a conservadores a ir a campaña

  • Boris Johnson sorprende al salir hoy a buscar espacio entre los candidatos para sustituirla; economía, la causa del nuevo cambio en la conducción del Reino Unido.

LONDRES — La Primera Ministra del Gran Bretaña, Liz Truss, renunció el jueves tras un turbulento mandato de 45 días y reconoció que no podía cumplir su plan económico de reducción de impuestos.

Varios legisladores británicos, incluyendo el ex primer ministro Boris Johnson, trataban de recabar apoyos el viernes antes de una breve e intensa contienda para sustituir a Liz Truss como líder del país.

Truss renunció el jueves tras un turbulento mandato de 45 días y reconoció que no podía cumplir su plan económico de reducción de impuestos.

El Partido Conservador se embarcó en una carrera acelerada para reemplazarla y nombrará a su nuevo líder, que se convertirá además en primer ministro, en el plazo de una semana.

El exsecretario del Tesoro Rishi Sunak y la líder de la Cámara de los Comunes, Penny Mordaunt, están entre los favoritos de las casas de apuestas, además de Johnson, quien se vio obligado a dejar el cargo hace poco más de tres meses tras una serie de escándalos éticos y financieros. Su regreso sería una notable resurrección para un político tan popular como divisivo.

Johnson, que mantuvo su acta de diputado, no dijo si se presentará, pero sus aliados en el Parlamento están trabajando para recabar apoyos.

Las nominaciones se cerrarán el lunes por la tarde y, para optar a ellas, los candidatos tendrán que conseguir las firmas de 100 de los 357 diputados conservadores, lo que limita el abanico de aspirantes a un máximo de tres. Los legisladores votarán entonces para eliminar a uno de ellos y celebrarán una elección orientativa entre los dos restantes. A continuación, los 172.000 miembros del partido podrán votar a uno de los dos finalistas en una consulta online. El nuevo líder será elegido antes del 28 de octubre.

Sunak, que fue segundo por detrás de Truss en la votación celebrada en verano, es el preferido de muchos que consideran que puede estabilizar una economía en problemas. Mordaunt, que había acabado tercera, es popular entre las bases del partido.

Pero el comodín de la elección es Johnson, quien es adorado por algunos dentro del partido por su eficacia para captar votos con su inusual don de gentes, y vilipendiado por otros por el caos y el escándalo que empañan sus tres años en el cargo.

Nadine Dorries, aliada del ex primer ministro, dijo que el partido debería elegirlo porque “es un ganador conocido” que llevó a los conservadores a una histórica victoria en las urnas en 2019.

“Tener un ganador es lo que el partido necesita para sobrevivir”, dijo en declaraciones a Sky News.

Pero otros legisladores señalaron que abandonarán la formación si Johnson — que enfrenta una investigación del comité de estándares sobre si mintió al Parlamento — recupera el liderazgo.

“No veo ninguna forma de avanzar en el gobierno, a ningún nivel, para alguien que está bajo ese tipo de escrutinio, y creo que es altamente divisivo”, dijo el diputado tori Roger Gale a Times Radio. “Y creo que habría gente, como yo, que se encontraría en la horrible posición de tener que renunciar a la disciplina conservadora”.

La segunda pelea del año por el mando conservador se produce luego de que Truss se convirtiese en la persona que menos tiempo ha ocupado el cargo en la historia del país. Fue elegida por los conservadores a principios del mes pasado tras una elección interna tras la marcha de Johnson.

El nuevo líder será el tercer primer ministro de Gran Bretaña este año, y el caos conservador está incrementando los llamados a convocar elecciones generales. El sistema parlamentario británico no prevé las próximas hasta 2024.

Las encuestas sugieren, de celebrarse ahora, los comicios supondrían la debacle del Partido Conservador, mientras que los laboristas de centro izquierda obtendrían una amplia mayoría.