El Real Madrid no quiere hincar la rodilla en la defensa del título liguero y este martes dio un paso al frente, confirmó su recuperación tras ganar en Huesca, y acabó con autoridad con el Getafe (2-0) en un partido aplazado de la primera jornada que deja a los merengues a cinco puntos del liderato del Atlético, aunque sus vecinos sigan teniendo dos encuentros en su debe.
El 13 veces campeón de Europa tiene más vidas que un gato, eso dice la historia, las noches épicas del Bernabéu y la más reciente trayectoria con Zidane en el banquillo. Ese orgullo que salió a la palestra hace una semana, con el técnico francés enfadado, tuvo continuidad esta noche en Valdebebas en el peor de los escenarios. Hasta nueve bajas no fueron óbice para que el cuadro blanco dominase a su rival desde el comienzo.
La versión fue buena, incluso notable aunque el marcador no se moviese hasta el segundo asalto. Casemiro, que corrió un maratón, y Benzema dieron los primeros avisos -sonido de la madera incluido- ante un Getafe que fue todo compasión. Bordalás, en la grada por su expulsión en Sevilla, devolvió la portería a David Soria y apostó por una delantera poco habitual: Cucho-Ángel.
En resumen, cero tiros a puerta, cero córners y un 30% de posesión, guarismos que hablaban del buen bagaje blanco y del sufrimiento azulón, que se agigantó cuando la lluvia hizo acto de presencia en el estadio Alfredo di Stéfano y los técnicos tocaron las primeras piezas. La de Zidane fue tocar al canterano Marvin, que le quitó el sitio a Isco, con la idea de cambiar el dibujo y meter a otro joven de la fábrica: Arribas.
El movimiento de pizarra obligó a Vinicius a ocupar el costado derecho y en su primera acción puso un caramelo al corazón del área que no desaprovechó Benzema. El brasileño puso un centro impropio de lo que ha demostrado hasta la fecha y el francés, siempre con la caña, logró su undécimo tanto liguero, el decimosexto de la temporada, y un alivio instantáneo para Zidane, que celebró el gol como si valiese un pase a una final.
El Geta sacó la bandera blanca, sin muchos recursos, los mismos que dice su racha: un punto de doce posibles, y fue entonces cuando llegaron los mejores minutos del Real Madrid. Buena circulación, juego de bandas y un oponente dormido que no molestó en toda la noche. Para colmo de los getafenses llegó el 2-0 en una buena jugada de Marcelo y Mendy. El brasileño fue el más anárquico este martes y el francés, más aseado, fue quien metió la diestra para confundir a Soria y sentenciar el choque.
El triunfo devuelve la confianza a un Real Madrid que había perdido su último encuentro como local y llega -justo- un día después del primer tropiezo rojiblanco en más de dos meses. Ahora, el siguiente reto es el Valencia, que visitará Valdebebas este próximo domingo.