El fuego ha sido catalogado como medio de sobrevivencia, inspiración, fuerza, calor a lo largo de la historia. En Guatemala vemos cómo el fuego ha representado conexión con nuestros antepasados, además del fin del conflicto armado, entre muchos otros.
En el marco del día de la independencia, vemos cómo miles y miles de guatemaltecos salen a las calles con una antorcha, la cual se enciende con el fuego patrio y luego es llevada a sus centros educativos de origen. Personalmente considero que esta importante actividad que se lleva a cabo en el país, además de motivar a muchos jóvenes a tener una identidad guatemalteca, también promueve que los jóvenes, a través de actividades sanas, demuestren su orgullo de los colores azul y blanco
Hace más de un año se hizo evidente que el fuego chapín hizo estallar ese volcán de la participación ciudadana, lo que permitió al guatemalteco fortalecer el sistema de justicia y depurar la clase política. El proceso vivido no ha sido sencillo, pero, sin duda alguna, los guatemaltecos, desde las redes, desde la plaza, desde cualquier lugar hemos aportado ideas, sueños, acciones y propuestas para una mejor Guatemala.
La fiscalización hacia la administración pública debe continuar, pues aunque nos gustaría una realidad distinta, la clase política sigue siendo la misma y lamentablemente el sistema está infectado desde hace muchos años. El cambio no se percibe de un día para otro, pero si continuamos convencidos de lo que hacemos, opinamos, construimos y proponemos vamos a generar un antídoto muy fuerte, un antídoto que dejará sin opciones estos pocos que dañan al país pues sus acciones simplemente no van a poder contra los millones de guatemaltecos que buscamos un cambio.
Nuestros padres lucharon un día… Así empieza una de las estrofas de nuestro hermoso Himno Nacional, pero hoy, cuando estamos celebrando el mes patrio, el mes de la libertad, de la independencia, del cambio y del orgullo, estas palabras deben ser transformadas y utilizadas para no solo un día, sino hacerlas vida a través de la lucha diaria, para mantener el fuego del alma siempre encendido, tal como lo hacen los niños, adolescentes y jóvenes durante las fiestas patrias.
Está demostrado que la mayoría de guatemaltecos queremos ver resultados y soluciones inmediatas. Trabajemos juntos y no le deleguemos toda la carga al gobierno central, a los diputados y funcionarios. Construyamos país, aportando nuestra llama a Guatemala, para prender esa chispita de cambio que genere un fuego chapín tan grande que nadie lo pueda apagar.