Putin contraataca: Rusia impondrá sanciones económicas a naciones y personas

  • Mientras, los rusos prepara entre dudas el tradicional «Día de la Victoria»

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha firmado este martes un decreto para la aplicación de «medidas económicas especiales» en respuesta a las sanciones aplicadas por diversos países contra Moscú por la invasión de Ucrania, iniciada el 24 de febrero.

El decreto recoge que las medidas serán aplicadas «en relación con las acciones hostiles y contrarias al Derecho Internacional por parte de Estados Unidos y otros estados y organizaciones internacionales que se le han unido, destinadas a privar ilegalmente a Rusia, a ciudadanos rusos y a entidades rusas el derecho a la propiedad o limitando sus derechos de propiedad».

Así, ha dicho que se aplicará una prohibición a personas físicas y entidades bajo jurisdicción rusa «realizar transacciones, incluidos contratos internacionales, con entidades legales, individuos y organizaciones bajo sanciones por parte de Moscú, al tiempo que se prohíbe la exportación de productos y materias primas fabricadas en Rusia y destinadas a los afectados por las medidas punitivas.

Por otra parte, el decreto subraya que el Gobierno tiene un plazo de diez días para «aprobar la lista de personas bajo sanciones» y «determinar criterios adicionales para clasificar las transacciones» con el objetivo de que se apliquen las restricciones contempladas por Moscú, según ha recogido la agencia rusa de noticias Interfax.

Rusia prepara su simbólico Día de la Victoria entre dudas por el conflicto en Ucrania

Rusia ultima ya los preparativos del Día de la Victoria, con el que conmemora cada 9 de mayo la victoria soviética sobre la Alemania nazi. En esta ocasión, los actos vienen precedidos de una ofensiva militar en Ucrania y de las especulaciones en torno a posibles cambios en dicho conflicto coincidiendo con la simbólica fecha.

El principal acto del Día de la Victoria tiene lugar en la Plaza Roja de Moscú, escenario de un desfile militar en presencia del presidente ruso, Vladimir Putin, y de los principales cargos políticos y militares.

«No hemos invitado a ningún líder extranjero», confirmó la semana pasada el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, al anticipar la organización de «un día sagrado para Rusia y el pueblo ruso».

A las celebraciones de 2021 tampoco asistieron dirigentes foráneos –sólo el de Tayikistán y porque estaba de visita oficial– y entonces Moscú lo justificó por no tratarse de un aniversario redondo. Este 9 de mayo, Rusia conmemorará 77 años de su victoria sobre el régimen de Adolf Hitler, previsiblemente con una nueva exhibición de sus capacidades armamentísticas.

En 2015, después de la anexión de la península de Crimea, Rusia aprovechó el desfile para presumir de nuevas armas, pero en esta ocasión no se esperan grandes aspavientos desde el punto de vista militar. El propio Peskov ha reconocido una cantidad «significativa» de bajas personales tras el inicio de la invasión sobre Ucrania el 24 de febrero, aunque Moscú no ofrece cifras actuales.

Sobre el terreno, los ucranianos han dado más pelea de la que Moscú esperaba.

Kiev asegura que han muerto más de 2.000 uniformados rusos y la Inteligencia británica, que elabora sus propios informes, estima que serían al menos 15.000. Datos aparte, lo que parece ya confirmado a estas alturas es que sobre el terreno las cosas no han ido como a Putin le hubiese gustado cuando anunció el inicio de la «operación especial».

CAMBIOS DE FONDO Y FORMA

Para Putin, la guerra de Ucrania no es tal. Tanto él como la cúpula rusa se ciñen al término ‘operación especial’ para referirse a la ofensiva e incluso han castigado a medios y activistas que aludan a términos como guerra o invasión, en una escalada represiva que se ha traducido en una única línea de discurso mediática.

Sin embargo, en círculos políticos occidentales se prevé que el presidente de Rusia pueda utilizar el Día de la Victoria para declarar oficialmente la guerra, según fuentes consultadas por la cadena estadounidense CNN. En la práctica, facilitaría la movilización de más tropas y reservistas, después de que Moscú haya recurrido incluso a mercenarios extranjeros para contrarrestar la resistencia ucraniana.

El ministro de Defensa británico, Ben Wallace, también apuntó en una entrevista a la emisora LBC Radio que Putin pasará página de la «operación especial» para hablar abiertamente de guerra. La premisa sería clara: «Estamos en guerra contra los nazis y necesito más gente», declaró Wallace.

La «desnazificación» de Ucrania ha figurado de forma recurrente entre las justificaciones rusas de la invasión, a pesar de que los objetivos han ido variando después de que las fuerzas rusas no lograsen avanzar en zonas urbanas clave como Kiev. Las operaciones se concentran ahora en «liberar» el Donbás, aunque para ello también se siguen llevando a cabo ofensivas en toda las zonas del este y el sur.

Moscú ha evitado especular sobre el potencial cambio de la terminología, pero sí ha salido al paso de las dudas sobre una resolución apresurada del conflicto. «Nuestras tropas no basarán sus actividades de forma artificial en una fecha específica», zanjó el ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, en una reciente entrevista con el conglomerado italiano Mediaset.

A los rumores se ha sumado este martes el Papa Francisco, quien ha desvelado en una entrevista a ‘Il Corriere della Sera’ que el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, le contó el pasado 21 de abril durante su reunión en el Vaticano que «los rusos tienen un plan, que todo acabará el 9 de mayo».

El portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price, cree que hay «buenas razones» para creer que «los rusos utilizarán todo lo que puedan» para hacer del 9 de mayo una jornada también propicia para la propaganda en relación a Ucrania, por lo que en Washington no descartan anuncios.

Entre posibles hitos que figuran sobre la mesa estarían la anexión de las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk, cuya independencia Moscú ya reconoció apenas unos días antes de la invasión, una declaración sobre la captura total de la ciudad de Mariúpol o la apertura clara de nuevos frentes de batalla en otros puntos de Ucrania como Odesa, según fuentes norteamericanas citadas por CNN.