PROVOCATIO: ¿Virtual, híbrido o presencial?

Un referente diferencial importante es el tema político que solo existe en la USAC, la ausencia presencial de alumnos en el campus, ha resentido la actividad electoral y la participación sindical y estudiantil. Las acciones espurias de quienes tienen cooptada la Tricentenaria así como de oportunistas de ocasión, se beneficia ante la ausencia física de quienes podrían organizarse y realizar algunas acciones para defender la autonomía, la transparencia y el mandato de la Universidad.  

José Alfredo Calderón E.

Historiador y analista político

Guatemala nunca se caracterizó por hacer cumplir las medidas de prevención ante la emergencia del COVID 19. De hecho, el encierro como tal, solo se dio en un fin de semana en el primer cuatrimestre de 2020.

El pésimo manejo técnico-administrativo y sanitario de la pandemia, por parte del actual gobierno, así como su confusa, inestable y perversa comunicación hacia la población, crearon un cóctel que produjo desorden y muchos contagios, muchos de ellos, mortales, que pudieron haberse evitado.

Para 2021, una población hastiada empezó a relajar sus medidas de protección ante la poca o nula credibilidad en el gobierno. Para inicios del presente año, el relajamiento se hizo más sensible y pronto surgió una tendencia fuerte en cuanto a plantearse el regreso a clases de los estudiantes del sistema educativo nacional.

Las recientes disposiciones presidenciales sobre menos restricciones, no solo dispararon el abandono de mascarillas, sino todo tipo de precauciones. En el campo educativo de primaria y secundaria, varios colegios están recibiendo clases presenciales desde el año pasado, sobre todo los centros de élite y algunos clasemedieros.

El título de esta columna es particularmente importante para quienes, como yo, ejercemos docencia universitaria, porque si bien la discusión no se ha dado tanto en este nivel, la inquietud ya ha ido creciendo en esta área.  Doy clases en dos universidades, en la primera, en la Escuela de Antropología e Historia y en la segunda, en la maestría de la Escuela de Trabajo Social.

La curiosidad entre mis estudiantes ha crecido por lo que se me ocurrió hacer la pregunta que muchos esperaban: ¿Qué opinan del regreso presencial a clases o de un sistema alternativo? Las respuestas fueron muy variadas e interesantes.

En la universidad privada, el rechazo a lo presencial, e incluso lo híbrido, fue contundente. Entre las razones esgrimidas están:

  • “Había dejado de estudiar y regresé por la facilidad de lo virtual. Si se regresa a lo presencial ya no podría seguir.”
  • “El regreso a lo presencial implica costos que ya no se tenían, como el transporte y el tiempo invertido en la movilización.”  En el caso de quienes vienen de los municipios, el problema es aún mayor, ya que los lugares distantes requieren tener un lugar donde dormir desde el día anterior, comentan las maestrandas.
  • “El tiempo de convivencia familiar se vería muy afectado, pues la mayoría somos mamás y nuestros hijos están felices ya que, aunque recibamos clases, nos tienen cerca y al no más terminar, les ponemos toda la atención inmediatamente.” No está demás indicar que en esta cátedra solo cuento con dos varones por lo que la opinión femenina es dominante.  
  • “A nuestro criterio lo virtual ha sido efectivo y aunque se reconoce la importancia de lo presencial, los intereses personales y familiares son más importantes.”

En la universidad pública, la discusión fue más intensa y las opiniones divididas, aunque se impuso, por escaso margen, lo híbrido. En este caso, las argumentaciones, en términos generales, fueron las siguientes:

  • “Lo presencial es importante, pues nos hace falta el contacto humano. Además, reconocemos que lo virtual ha tenido consecuencias académicas. Sin embargo, la mayoría tenemos problemas por el tiempo y costos que implica el transporte hacia la USAC.”
  • “No solo debe tomarse en cuenta los costos de transporte y tiempo de movilización, sino los riesgos de seguridad que implica trasladarse en buses, taxis colectivos y otros medios públicos.”
  • “La cantidad de tiempo invertido es alta, pues muchos vivimos lejos, e incluso, venimos de municipios aledaños. Los costos, además, se han encarecido por el incremento del combustible y algunos ya gastábamos hasta Q40 o Q50 diarios en movilizarnos.”
  • “Para quienes somos mamás, el tiempo de calidad con nuestros hijos ha mejorado, pues salvo el lapso de clases, siempre están cerca y no gastamos tiempo en el traslado que pueden ser horas.”
  • “La modalidad híbrida sería una buena alternativa, pero velando por la coincidencia de horarios y días de presencial, para que no se tenga que ir más de una vez a la semana.” Una variante en esta opinión, es que lo presencial podría ser para exámenes parciales y finales únicamente.

Como dato curioso (y halagador para mí) algunos hijos se distraen con mis clases y algunos esposos se interesan en los temas y forma de impartir la docencia, por lo que ha sido común, en varios casos, su presencia junto a las alumnas.  

Un referente diferencial importante es el tema político que solo existe en la USAC, la ausencia presencial de alumnos en el campus, ha resentido la actividad electoral y la participación sindical y estudiantil. Las acciones espurias de quienes tienen cooptada la Tricentenaria así como de oportunistas de ocasión, se beneficia ante la ausencia física de quienes podrían organizarse y realizar algunas acciones para defender la autonomía, la transparencia y el mandato de la Universidad.

Ahora bien, en términos estrictamente académicos, debo decir que la virtualidad todavía me queda a deber por muchas razones. En las carreras más prácticas, lo virtual ha impactado con mayor fuerza, pero aún en las ciencias sociales, la falta de contacto físico tiene implicaciones que van más allá de lo académico.

Desde un enfoque integral y socio-humano, antes de tomar una decisión definitiva, deben tomarse en cuenta todos los factores críticos que se ven implicados (con énfasis en la academia) y, sobre todo, la opinión y experiencias de estudiantes, profesores, personal administrativo y autoridades.

Creo que en lo privado se continuará con lo virtual (hablo del caso concreto en donde doy clases) pero en la USAC, me aventuro a pensar en un sistema híbrido. El Consejo Superior Universitario tendrá la decisión, esperando que sea la más adecuada y pertinente.

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