PROVOCATIO: Los principales retos de Boric están a la izquierda (2ª. Parte y final)

La derecha ya empezó a hacer su trabajo con el boicot del transporte recién pasado, lo cual anticipa el ataque del capital para garantizar un gabinete que no se contraponga, radicalmente, a sus intereses. De no hacerlo, vendrá lo que ya se conoce cuando asumen gobiernos progresistas: huelga de inversiones, especulación con el dólar, fuga de capitales, apagones de redes digitales, paro del comercio y muchas otras tácticas dentro de la estrategia neoliberal.

José Alfredo Calderón E.

Historiador y analista político

En la primera parte hablé de la victoria del nuevo presidente de Chile y los factores críticos sucedidos antes de la contienda electoral y, en particular, las cuatro semanas de ínterin previo a la segunda vuelta. El cambio de su narrativa y ofrecimientos fue para ganar votos de los moderados, por lo cual se ganó severas críticas de diversas izquierdas del espectro político tradicional, y nuevo, de Chile.

“El centro político apoyado por la vieja clase política de la Concertación será el mejor aliado del modelo que encarna Boric”, fue el titular de un artículo del periodista argentino Carlos Aznárez el 24 de diciembre de 2021, y agrega: “Bachelet y Boric, aliados para lo que viene de aquí en adelante” (acompañando foto de ambos).

Lo que se describe a continuación representa gran parte de la crítica desde la izquierda histórica chilena: “A Boric se lo presentó con cierta lógica, pero con una indudable exageración en los círculos del progresismo, como la única esperanza para aplastar al candidato del pinochetismo, José Antonio Kast. Posteriormente, a partir de los resultados, la campaña de endiosamiento de Boric y lo que pudiera llegar a ser como presidente ha aumentado. Se lo compara con Salvador Allende y con cuanto ícono revolucionario latinoamericano se tenga a mano, además de insistirse ligeramente (o cándidamente) de que ahora sí “se abrirán las anchas alamedas”.

Otra crítica fuerte proviene de Lucho Vega, militante internacionalista y miembro del Movimiento Patriótico Manuel Rodríguez, desde los tiempos de la dictadura pinochetista. Se refiere a Boric en términos de: “… representa a un sector intelectual, yo no me atrevería a decir de izquierda, me inclino más por decir progresista o socialdemócrata.”Menciona, además,su relación con La Concertación y La Nueva Mayoría, ambas, coaliciones de grupos que van desde el centro a la izquierda, así como con Michelle Bachelet “…con todo lo que ella representó cuando fue gobierno”.

A continuación, es más contundente: “Solamente se tiene que ver el programa de Boric para darse cuenta que se refleja exactamente en el marco del neoliberalismo que ha sido impuesto por el capitalismo en su conjunto. Hoy en día, Boric es la expresión del modelo neoliberal con un apoyo indudablemente popular.” Aunque esta afirmación la considero muy extrema, lo que quiero resaltar es la oposición e imagen centrista que se tiene sobre el nuevo y joven gobernante.

Esta izquierda relativiza el triunfo de Boric, refiriéndose a esa diferencia tan grande de votos en segunda vuelta: “…este millón de personas, no votó por Boric sino que votó contra el fascismo, contra esa imagen de la noche oscura del fascismo. Es un millón de votos que no votaron por el programa del gobierno, sino que votó por el miedo.” Aunque la afirmación no deja de ser cierta, hay un aire de descalificación en el sentido de las palabras. Se critica también su distancia y crítica de los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Haciendo una pausa en la crítica directa a Boric, se menciona que: “El marxismo, en rigor, nos enseña a estudiar la realidad, pero aquí vemos todo lo contrario. Te ponen a Boric como Salvador Allende, pero no hablan del programa. Si comparamos el programa de la Unidad Popular con el programa de Boric, son opuestos.”

Una de las críticas más fuertes es el hecho que, siendo diputado, votó por la Ley Anti Barricada y Anti Capucha, impulsada por Piñera, situación que, incluso, se evidencia en un vídeo que la extrema derecha manipuló y distribuyó en redes sociales, que no es actual (2019) y la crítica de quienes lo acosan es por eso y no por otras cuestiones relativas a la actualidad ni a supuesto consumo de drogas.

Otro elemento que se saca a colación es que, detrás de todo este movimiento o campaña, están las ONGs que son verdaderos partidos políticos que financian cuadros, dirigentes, seminarios y encuentros, según dicen varios dirigentes de la izquierda que venimos analizando. “Entonces, el mundo popular por sí solo, por muy fuerte y radical que sea la expresión de lucha, no alcanza.” Todo este mundo que se expresa en la revuelta no tiene expresión popular y política propia, lo cual podría tener un símil (guardando las distancias) con La Plaza en Guatemala. En la primera parte de este artículo me refiero a esto, cuando hablo de una alianza multicolores.

Otro crítico es el intelectual, historiador y profesor universitario chileno, Gabriel Segundo Salazar Vergara, quien afirma: “…no va a poder hacer lo que dice que quiere hacer porque la derecha jugará fuerte y él no tiene agallas para enfrentar un ataque de la derecha con toda la fuerza que se necesitaría. Allí está el caso de Pedro Castillo, que nació de una candidatura popular y tampoco está pudiendo realizar lo prometido”.

Otro tema fundamental que será parte de las presiones, es la liberación inmediata de los presos políticos que el gobierno de Piñeira encarceló durante las protestas 2018-2021. Se lo hicieron saber en la concentración después de la victoria electoral y se mantendrá cada vez más fuerte, quedando la incógnita de cómo lo manejará Boric, sobre todo, por el hecho que todo lo relativo a la Convención Constitucional será el eje y preocupación fundamental de su accionar.  Se necesitará mucha cintura política y una respuesta certera con referencia a la acusación de que está siendo asesorado por la vieja clase política de la Concertación, heredera fallida de la era post Pinochet, pues las causas estructurales que siguen impactando negativamente en Chile, no fueron tocadas.

Hay un elemento interesante que resaltar y con el que coincido: “… la única diferencia actualmente es que hay un movimiento social que adquirió vida propia, con incidencia territorial y barrial, que es distinto al de los sectores medios o estudiantiles, universitarios o profesionales. Estos dos mundos se enfrentarán en algún momento.”, termina diciendo Carlos Aznárez.

Otra crítica, aún más demoledora, la realiza el profesor universitario, politólogo, economista y filósofo, Rafael Agacino, quien redactó un artículo que titula: “Gana la casa (patronal): ni espectro del fascismo ni fantasma del comunismo.” Dice Agacino, en forma concluyente: “¿Quién dijo terror? Anoche [domingo 19) en medio de públicos parabienes entre Boric y el “presidente” Piñera, entre Boric y “José-Antonio” Kast y entre los personajes de la elite –las dos derechas y los señoritos del FA (Frente Amplio)–, el miedo se disipó de una y, en menos de media hora, no había ni espectro del fascismo ni fantasma del comunismo. La República se había salvado.”

La principal prueba de fuego para Boric comienza con la elección del nuevo gabinete. Debemos decir que el nombramiento del jefe de este es un acierto. El abogado Matías Meza-Lopehandía Glaesser presenta muy buenas credenciales, aunque, seguramente, será visto como moderado por estas izquierdas de las que vengo hablando. Entre otras muchas cosas, es experto en derechos humanos (magister en la London School of Economics and Political Science (Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres). También es experto en pueblos originarios y actualmente trabaja como funcionario en la Biblioteca del Congreso, donde realiza asesorías y análisis para futuros proyectos de ley.

La derecha ya empezó a hacer su trabajo con el boicot del transporte recién pasado, lo cual, anticipa el ataque del capital para garantizar un gabinete que no se contraponga, radicalmente, a sus intereses. De no hacerlo, vendrá lo que ya se conoce cuando asumen gobiernos progresistas: huelga de inversiones, especulación con el dólar, fuga de capitales, apagones de redes digitales, paro del comercio y muchas otras tácticas dentro de la estrategia neoliberal. Así mismo, la lucha en el Congreso será muy dura pues los resultados de primera vuelta arrojan empate parlamentario.

Por de pronto, Boric ya se presentó en el ENADE chileno (Encuentro Nacional de la Empresa 2022). Inició su discurso con una especie de rapport político[i]: tengo la profunda convicción que todos los acá presentes somos demócratas y no queremos repetir los errores del pasado” (…) tengo claro que soluciones estructurales no se hacen de la noche a la mañana, por eso entiendo el mandato de Chile, que debemos tomarlo con mucha humildad. Fue un resultado claro, pero en ningún caso es un resultado que nos pueda marear para tratar de avanzar sin conversar, sin dialogar”.

Luego, se enfocó en explicar los 3 objetivos de su gobierno, siendo muy explícito con el que inicia: “Primero, fomentar el crecimiento, trayendo inversión y para ello se requiere certidumbre. La alianza público-privada será fundamental y los queremos invitar a ser parte de este desafío. Estamos siempre abiertos al diálogo”. El segundo es la recuperación de empleos formales y el tercer objetivo es que el crecimiento económico sea amigable y respetuoso con el medioambiente.

El tiempo y, sobre todo, la praxis, nos dirá si el acercamiento al centro funcionará más allá de la segunda vuelta y si la alianza multicolor podrá mantenerse sin fisuras fatídicas que pudieran impedir el ataque masivo y contundente de las derechas empresariales que tienen el control de Chile.


[i] Rapport es una palabra de origen francés (rapporter), que significa «traer de vuelta» o «crear una relación». El concepto de Rapport proviene de la psicología y es utilizado para referirse a la técnica de crear una conexión de empatía con otra persona, para que se comunique con menos resistencia.

La derecha ya empezó a hacer su trabajo con el boicot del transporte recién pasado, lo cual anticipa el ataque del capital para garantizar un gabinete que no se contraponga, radicalmente, a sus intereses.