PROVOCATIO: Éramos nueve y parió la abuela…[1]

José Alfredo Calderón

Historiador y analista político

Aunque esta expresión es de uso frecuente en España, se aplica perfectamente a la situación que se está viviendo en este bello paisaje que los whitemalans  llaman país.  Es el equivalente español a la Ley de Murphy: “Si algo puede salir mal, saldrá mal. Y si además puede empeorar, lo hará.”

Aunque uno quiera pausar los escritos sobre política, el escenario de Xibalbá se mantiene candente y dispuesto a un apretón más para la gente; total, ya se demostró que aguantan con todo y están siempre vulnerables y abiertos a recibir más. 

Después del gobierno más desastroso de la historia, muchos pensaron que no podía existir algo peor.  “Al fin se va” decían y el resultado es que la alianza criminal se fortaleció y agrandó.  Cual matrimonio perverso, el gobierno saliente aportó sus propios hijos y el entrante los suyos.  En el camino se producirán las nuevas camadas de ambos, siempre dispuestas a esquilmar el erario y servir a los intereses más espurios de empresarios, militares, líderes religiosos fundamentalistas y agentes ultraconservadores del gobierno Trumpista.

Giammatei/Jimmytei contó con tres elementos fundamentales para iniciar con pie derecho y rosca de reyes bajo el brazo:

  1. Un homólogo incapaz y perverso que le dio un nuevo significado al concepto de CUALQUIERA.  El consenso popular anunciaba que no podría haber algo peor que Jimmy y que su sucesor, fuere quien fuere, sería mucho mejor por default.
  2. Oponerse a Sandra Torres se había convertido en una cruzada nacional para las élites y estas se unificaron en torno al “menos peor”. El candidato más necio por su repitencia política y el más conocido, aunque no fuera el ideal por su carácter explosivo y ambivalencia.
  3. El hartazgo político de la gente ante los casos de Otto Pérez Molina y Jimmy Morales, se convirtió en impotencia al no ver[GR1]  cambios sostenibles ante la salida de CICIG, y esto se tradujo en desazón y el sentimiento general fue tener[GR2]  fe en alguien y ya no apasionarse por los cambios que resultaron una ilusión, pues poco a poco, todos hemos sido testigos de la restauración conservadora.

El beneficio de la duda pronto se vino abajo pero ya no había fuerzas para resistir y luchar.  La resignación empezó a adueñarse de la gente y el llamado despertar ciudadano nunca tuvo estructura y su organización fue más bien emocional.  Ante este escenario, el regreso de las fuerzas oscuras que habían sido debilitadas (no aniquiladas) por CICIG, tomaron nuevos aires y ejecutaron los pendientes del plan macabro que Jimmy dejó.  La ultraderecha aprendió una gran lección: No puede dejarle espacios a los sectores democráticos, la cooptación debe ser total como corresponde al espíritu fascista.  Otra coyuntura como la del 2015 no debería regresar nunca y para ello, implementó un plan para terminar de arrasar con todas las instancias en los primeros 100 días de gobierno.

A marchas forzadas sabían que, aunque la joya de la corona era, es y seguirá siendo la Corte de Constitucionalidad, debían controlar los tres organismos del Estado, la institucionalidad autónoma y cuanto coto de poder fuera posible.  El resultado de esta barrida empezó con la elección de junta directiva en el Congreso y el acaparamiento de las principales comisiones legislativas. La alineación del pacto de corruptos (mutado a alianza criminal) se fortaleció y amplió:

  • Silvia Patricia “La Cuchi” Valdés en el Organismo Judicial.
  • Allan Rodríguez en el Organismo Legislativo.
  • Giammattei en el Ejecutivo.
  • Jorge Luis Donado en la Procuraduría General de la Nación
  • Edwin Humberto Salazar en la Contraloría General de Cuentas.
  • La vigilante Consuelo Porras en el Ministerio Público.
  • Fanuel Macbanai García Morales en el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF).
  • Murphy Paiz, rector de la USAC.
  • Ovidio Ottoniel Orellana Marroquín, presidente del colegio de Abogados.
  • Juan Carlos Teffel del CACIF
  • Cash Luna, Jorge H. López y demás pastores neopentecostales de las megaiglesias.

A esto debemos agregar siete decenas de militares de línea dura detrás de la plataforma VAMOS; proveedores del Estado, especialmente el cártel de la construcción y el G8, el grupo empresarial élite entre las élites.

Les quedaba la elección de cortes que, aunque interrumpida, ya está cooptada, así como la elección de nuevos magistrados del Tribunal Supremo Electoral, la cual lograron en plena crisis del Coronavirus, a pesar de las prohibiciones presidenciales de evitar reuniones mayores de cien personas.[2]

Tienen todo el escenario listo para el asalto final: las elecciones de las Cortes de Apelaciones y la nueva Corte Suprema de Justicia como plato preliminar, para entrarle, finalmente, al plato principal que sigue siendo la CC.  Todo esto, dentro del marco de zozobra e incertidumbre actual, que no sabemos exactamente cómo terminará. Los únicos seguros, serán las familias de quienes parten el queso en este bello paisaje, pues papá Estado los arropará de cualquier pérdida patrimonial que pudiera generarles la actual situación.

¿Ahora se entiende el título de este artículo? Ya ni siquiera la Semana Santa nos dejaron para los lamentos catárticos….


[1] La expresión original es “Éramos pocos y parió la abuela”, pero entre sus variantes, ésta refleja más lo que intento describir.

[2] Con mascarillas y guantes, la parafernalia del momento quedó registrada como esos episodios macondinos que tanto gustan al trópico.


 [GR1]Visualizar?

 [GR2]Poner la fe