PROVOCATIO: El Leviatán guatemalteco

“Ganamos el Ejecutivo”: Lo que se obtuvo, es una planilla mínima de los puestos más importante en atención a su jerarquía, pero esto no implica gobernar efectivamente el Organismo en su conjunto.  Los nuevos ministros y viceministros, directores generales y demás puestos de conducción político-adminsitrativa, así como asesores principales, podrán sumar  –siendo optimistas– unos 500. Ahora bien, sin contar con las municipalidades, el dato que proporciona la Contraloría General de Cuentas a 2017, es de 450 mil empleados públicos
José Alfredo Calderón E.

Historiador y analista político

El objetivo táctico de llegar se cumplió y aunque no fue el 14 a las 14, sino en la madrugada del día siguiente, se logró tomar posesión. Lo verdaderamente fuerte y estratégico viene ahora y, por eso, quiero compartir algunas preocupaciones relacionadas con la lectura política que las mayorías hacen sobre lo logrado.

Celebrar y soñar son dos cosas legítimas y reconfortantes, las cuales podemos y debemos disfrutar pero con los ojos bien abiertos y enfocados en lo toral y no lo accesorio, pues los inminentes peligros siguen ahí.  Comento esto porque me sorprende que, en el mundo académico, (donde cualquiera diría que hay mayor profundidad de pensamiento y conocimiento) supuestamente) se ha popularizado la frase: “Ganamos el Ejecutvo y el Legislativo, vamos por la USAC”.

Se que nos gana la emoción y que la calidad de profesional o estudiante activo, no implica necesariamente el análisis serio y efectivo de la realidad nacional, con énfasis en la coyuntura política. Eso sí, estoy completamente de acuerdo que debemos recuperar la USAC y que el usurpador Mafiariegos ya huele a desaucio. Con la experiencia de los errores cometidos, debemos ajustar la estrategia y dejar que esta guie el nuevo camino, rehuyendo los falsos protagonismos y falsos líderes; así como ese activismo locuaz que tanto daño hace por carecer de planeación, coherencia y disciplina. Profundizaré sobre ello más adelante, porque ahora me preocupa un tema general más esencial.

“Ganamos el Ejecutivo”: Lo que se obtuvo, es una planilla mínima de los puestos más importante en atención a su jerarquía, pero esto no implica gobernar efectivamente el Organismo en su conjunto.  Los nuevos ministros y viceministros, directores generales y demás puestos de conducción político-administrativa, así como asesores principales, podrán sumar –siendo optimistas– unos 500 (a finales de enero). Ahora bien, sin contar con las municipalidades, el dato que proporciona la Contraloría General de Cuentas a 2017, es de 450 mil empleados públicos (Esta es la cantidad de personas que trabaja para el Estado (soy502.com). ¿Se imaginan cuánto se ha incrementó en los últimos 6 años? En este punto, espero que ya adviertan la dimensión del problema, pues la maquinaria que echa a andar el monstruo, no necesariamente responde al gobierno entrante; es más, la mayoría de burócratas no lo hace.

Solo en la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac) trabajan más de 130 mil personas (dato más actualizado), sumando otras 168 mil que trabajan en federaciones deportivas, comités, consejos e institutos vinculados al Ministerio de Cultura y Deportes. Como es fácil empezar a discenir, el Estado es como la metáfora usada por Tomas Hobbes en El Leviatán.  Si bien la usó para describir la necesidad del hombre de someterse a un poder muy sólido para protegerse, en realidad describe la complejidad de un verdadero monstruo que somete a los ciudadanos y que ha crecido desmesuradamente. El Leviatán es un ser temible que no tiene piedad, escrúpulos ni compasión, es de una envergadura gigantesca y se le relaciona con el mismo demonio (explicación básica del libro para efectos de comprensión lectora de lo que afirmo).

Los historiadores conocemos muy bien la frase acuñada en La Colonia: “Se acata, pero no se cumple”, que para el caso resulta adhoc.Aludo al desacato que los conquistadores y colonizadores, así como sus familias, hacían de las ordenanzas reales. En pocas palabras, significaba reconocer formalmente la autoridad del Rey de España, pero en el territorio americano, se hacía lo que los reyezuelos de facto querían.

Por experiencia propia se lo que significa que un ministro ordene algo y que, en consecuencia, no necesariamente le hagan caso. La rebeldía no es abierta ni directa sino sinuosa. Por eso, hace 15 años aproximadamente, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo –PNUD– efectuó un estudio que indicaba que el mínimo de funcionarios entrantes que se necesitaban para hacer algún cambio significativo, era de 1,200, pero en realidad, si se quería una coordinación y control más efectivo, la cantidad debería aumentar a 5,200.  Ningún partido político tiene esa cantidad de cuadros directivos aunque terminen cubriendo los puestos, con pura bazofia, eso sí. Ajustando estos datos a la actualidad, los montos se incrementan. Por supuesto, en el estudio del PNUD, estos funcionarios deben cumplir con el perfil de capacidad, experiencia y talante ético, entre otras cosas.

Aunado a lo anterior, dentro del Estado se fue formando y se enquistó una estructura criminal de poder, que se justificó muchos años por la guerra interna, pero que después siguió funcionando por intereses puramente ligados al narcotráfico, la corrupción y  la criminalidad. No se trata únicamente de correlaciones numéricas de empleados y jefes, sino, además, de los riesgos que implica enfrentar al Leviatán, como ya lo hemos constatado múltiples veces.

“Ganamos el Legislativo”: No es así.Lo que se logró, es colocar tres cuadros en la nueva junta directiva del Congreso, en una plataforma donde van otros seis diputados que hasta hace algunas horas eran (unos más y otros menos) parte del pacto de corruptos. Los invito a investigar a: Ervin Adim Maldonado y Raúl Solórzano de la UNE, César Amézquita de VIVA, Nery Manfredo Rodas de CABAL, César Dávila de BIEN y Juan Carlos Rivera de Victoria, todos ellos operadores de partidos de la derecha corrupta del país. De los tres restantes solo puedo dar fe de Samuel y Sonia.  

Debo reconocer que, dadas las circunstancias concretas de la situación concreta, no había otra forma de llegar a acuerdos y respaldo la acción, aunque el tufo de los aliados de ocasión, inunde mi olfato al momento de escribir estas letras.

Se podría decir mucho más, pero el espacio no lo permite. Espero que estas breves líneas dimensionen el tamaño del monstruo por enfrentar.

P.D. Aplaudo y reconozco las primeras acciones del nuevo presidente Bernardo Arévalo. Disfruto además, de la implosión de la UNE.

En el tablero político, ya recogieron los maicitos y empezará un nuevo juego de lotería.

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