Un asesor de alto nivel de Australia fue cesado este martes, después de que se hicieron públicos videos que muestran a miembros del personal realizando actos sexuales en el Parlamento, uno de ellos masturbándose en la oficina de una diputada.
El suceso tuvo lugar después de que la exempleada gubernamental, Brittany Higgins, denunció que fue violada por un colega en la oficina de la senadora y ministra de Defensa, Linda Reynolds, hace dos años y en medio de una crisis derivada de las informaciones que apuntan a una conducta sexual inapropiada en el Parlamento australiano.
La denuncia de Higgins, hecha hace cinco semanas, ha desatado una ola de denuncias similares que han tenido eco en las calles del país, con miles de personas manifestándose contra el abuso y el acoso sexual a las mujeres australianas.
Filtración
Los videos, uno de los cuales muestra al asesor despedido practicando un acto sexual en el escritorio de una parlamentaria, los filtraron a los medios de comunicación del país por un exempleado gubernamental que declaró haberse convertido en «inmune» a las imágenes debido al volumen de grabaciones que ha recibido, ha informado la BBC.
Además de los videos, filmados hace dos años, este exempleado reveló que el personal solía utilizar la capilla de las instalaciones parlamentarias para mantener sexo y que, incluso, se llevaban prostitutas al edificio.
En este sentido, ha descrito «una cultura de hombres que piensan que pueden hacer todo lo que quieran» y ha tildado a algunos de sus colegas de «moralmente en quiebra».
Primer ministro
El suceso obligó al primer ministro de Australia, Scott Morrison, a comparecer ante la prensa y se ha declarado «impactado» y «disgustado». «Tenemos que tener este lugar en orden. Debemos dejar de lado la política en estos asuntos y debemos reconocer este problema», ha señalado, reiterando que hay que «solucionarlo».
Morrison, que se disculpó con Higgins, reiteró que este comportamiento es «absolutamente vergonzoso». «Estaba completamente atónico, como lo he estado en más de una ocasión durante el transcurso de este último mes», ha agregado, subrayando que «ha sido una vergüenza», ha recogido ABC Australia.
El ‘premier’ australiano ha recibido críticas por su gestión de la crisis y por declinar reunirse con los manifestantes la semana pasada. Posteriormente, invitó a los líderes de las manifestaciones a reunirse con él en el Parlamento, pero rechazaron la oferta justificando que no se reunirían «a puerta cerrada».